Este domingo tuvo lugar en Roma la misa en el Vaticano con la presencia del Papa León XIV, en el marco del Jubileo de los Migrantes y del Mundo Misionero. Allí, junto al jefe de la iglesia católica, estuvo Eduardo Martín Clemens … , párroco de Santa Cruz en Sevilla y que compartió momentos con Robert Francis Prevost antes de convertirse en Papa.
Martín Clemens acudió, tal y como reconoce a ABC, «nervioso, pero fue un encuentro muy cordial y hablamos del tiempo que había transcurrido y de la preocupación que él tenía por la paz en el mundo», algo que trasladó también en la homilía al hablar del conflicto en Gaza y el posible acuerdo de paz que puedan alcanzar Israel y Palestina. «Llamo a todas las personas responsables a comprometerse en este camino, a un alto el fuego y a la liberación de los rehenes para alcanzar una paz justa y duradera», aseveró Leon XIV.
El día antes, sábado, el párroco de Santa Cruz ya había mantenido un emotivo reencuentro con su Santidad en el que «nos unimos en sendos abrazos porque primero le dije que desde que besé la mano a Pablo VI en un viaje no le he vuelto a besar la mano a un obispo. No por nada, porque después de besarle a un santo me costaba trabajo. Sin embargo, tras darle el beso me dio un abrazo y nos despedimos».

Eduardo Martín Clemens, junto a Antonio Fernández, director nacional del IEME
ABC
Recordaba Martín Clemens que «coincidí con él en Perú, él estaba de jefe de estudios de los Agustinos y yo de rector del Seminario Diocesano Metropolitano San Carlos y Marcelo. Lo he visto muy cercano, muy reflexivo, y ha pedido que los migrantes no se sientan nunca extranjeros, que le abramos el corazón, mostrando incluso su dolor con los que mueren en el mar».
El vínculo del párroco con el Papa viene de lejos y se ha mantenido con cierta frecuencia, si bien la agenda de la máxima figura de la Iglesia propicia que ahora los encuentros sean más escasos. «Hace poco él me mandó una bendición muy cariñosa con motivo de mis bodas de oro sacerdotales. Entonces, como tenía que ir como delegado de Misiones, pues aproveché para viajar a Roma y ya me dijo su secretario que podía recibirme unos minutos, por lo que pude saludarle entre los cardenales y autoridades que hemos tenido un encuentro con él». Y no solo quedó ahí ya que en la misa Eduardo Martín Clemens también fue invitado a celebrarla en un sitio próximo al Papa, donde está el baldaquino.
Cuestionado por la imagen que le ha causado la figura del máximo pontífice, Martín Clemens reconocía que «hay un buen Papa, porque en lo fundamental no hay sorpresas, es un hombre que no tiene miedo a nada. Le ha pedido a los obispos, a los sacerdotes y a todos la valentía de salir a anunciar el Evangelio y a compartir con los pobres».