La vida del ex número 1 del mundo, el mallorquín, Carlos Moyà, cambió de golpe cuando el más grande de todos los tiempos, Rafa Nadal, anunció su retirada. Su último entrenador los últimos ocho años, ahora Moyà– tras un currículum impecable de jugador primero y técnico después– aprovecha para hacer lo que antes no podía tanto, entre otras cosas, dedicarse de lleno a su familia. Y estos días ha sido un espectador de lujo en el XXXVII Circuit Illes Balears celebrado en las pistas del Club Tenis Ciutadella, donde su hijo, Carlos Jr. ha competido. Un regreso de Carlos Moyà después de muchos años a un club que le vio crecer y progresar como jugador, donde fue y es muy querido y donde protagonizó grandes enfrentamientos ante su ex entrenador e inseparable amigo, el ciutadellenc, Joan Bosch.
Reconocía a «Es Diari» el mallorquín que volver a pisar el club de Cala en Blanes le supuso, «muy buenos recuerdos. En verdad hacía mucho que no venía al CT Ciutadella y lo vi tal cual, entre muestras de cariño de la gente que me vio jugar de pequeño y aquí siempre se me ha tratado súper bien», decía Moyà, añadiendo que, aunque no es fácil por sus compromisos profesionales, «siempre me gusta volver donde lo pasé tan bien de pequeño y unos grandes recuerdos, una gran experiencia mi vuelta».
Moyà quiso poner en valor la fábrica del CT Ciutadella, recordando nombres como el mismo Joan Bosch, Nito Llorens o Sergio Martos, entre otros. «En este club se palpa historia, sin duda, tratándose de un mítico, un clásico y con estas instalaciones. Salir jugadores de esta talla– y claro también los Rafa Nadal o Carlos Alcaraz– hace que la afición al tenis crezca», manifestaba, poniendo como ejemplo el torneo celebrado en Ciutadella estos pasados días. «La Isla siempre ha dado grandes jugadores y deportistas en general, también en otros deportes y referentes como ellos hace que el tenis siga adelante». El laureado raqueta y entrenador, ya de regreso a Mallorca una vez finalizado el Circuit Illes Balears, nos habla de cómo es de momento su día a día tras la retirada de Nadal. «Sencillamente descansar, pasar tiempo con la familia y aprovecharé para practicar deporte y hacer cosas que antes no podía», hablando para este diario del adiós del más grande, Rafa Nadal.
«Valoro su despedida como algo que tenía que llegar, pese a que nos pudiera parecer eterno. Los hemos disfrutado mucho y en mi caso lo he podido hacer en todos los aspectos de su vida y en diferentes roles, desde que era un niño, hasta su retirada», dice, emocionado, Moyà. «Agradecido de poder haber estado a su lado todo este tiempo como entrenador; súper contento y agradecido y haber estado al lado del mejor deportista español y uno de los grandes del tenis mundial te hace aprender mucho».
Y como no podía ser de otra manera, Moyà habla– entre suspiros– de su pasado como alumno de su gran amigo, Joan Bosch, ahora uno de los directores técnicos en la Rafa Nadal Academy. «Joan, más que un entrenador, ha sido y es un amigo, algo que es lo número 1. Y sí, en su momento estuvo de entrenador conmigo y la verdad es que me ayudó muchísimo, en momentos que no eran fáciles», recuerda, muy agradecido al ciutadellenc. «Él siempre estuvo a mi lado y, al final, la trayectoria posterior lo ha demostrado que mi decisión fue acertada y es de los mejores técnicos de España», se sincera, sin tapujos.
«Fue tener a un técnico, un amigo, un hermano con quien pude confiar y después de derrotas duras, estando solo a miles de kilómetros de casa, tener al lado no al entrenador sino al amigo es algo muy importante para cualquier tenista y Joan cumplió sobradamente. Le tengo gran cariño y respeto», cerró Moyà.
El apunte
Una relación ya de pequeños