Madrid
Sébastien Lecornu ha presentado por sorpresa su dimisión como primer ministro de Francia justo horas después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, nombrara el nuevo gobierno.
Lecornu no llevaba ni un mes en el cargo y durante ese tiempo ha estado encadenando consultas para conformar el equipo ejecutivo que le acompañaría. Cuando presentó ese nuevo gobierno este domingo, las críticas no tardaron en llegar, al repetirse muchas de las caras que ya estaban en el gobierno anterior.
Pero las críticas no solo llegaron desde la oposición. Bruno Retailleau, reelegido ministro del Interior, se arrepintió poco después de conocer el resto de nombres del gobierno y dejaba en la red social X un duro mensaje que ha desencadenado la dimisión de Lecornu: «La composición del Gobierno no refleja la ruptura prometida. Dada la situación política creada por este anuncio, convoco al comité estratégico republicano mañana por la mañana», en referencia a este lunes.
La composition du Gouvernement ne reflète pas la rupture promise.
Devant la situation politique créée par cette annonce, je convoque demain matin le comité stratégique des Républicains.
— Bruno Retailleau (@BrunoRetailleau) October 5, 2025
Las tres razones para dimitir
El primer ministro saliente francés, Sébastien Lecornu, manifestó este lunes que «no se puede ser primer ministro cuando no se dan las condiciones» para gobernar, deploró los «apetitos partidistas» que han llevado a su dimisión y pidió «borrar ciertos egos».
«Ser primer ministro es una tarea difícil, sin duda aún más difícil en estos momentos. Pero no se puede ser primer ministro cuando no se dan las condiciones» para gobernar, dijo Lecornu en una declaración pública para explicar las razones que le han llevado a renunciar al puesto pocas horas después de nombrar su gabinete.
El primer ministro saliente afirmó en su declaración desde Matignon (sede del gobierno) que había «intentado construir una vía (…) en temas que anteriormente habían estado bloqueados», como el seguro de desempleo y la Seguridad Social, para «reinstaurar la gestión conjunta» con los interlocutores sociales y «construir una hoja de ruta» para sacar al país de la crisis.
Lecornu enumeró tres razones que le impiden seguir siendo jefe de Gobierno. En primer lugar, citó el hecho de que los partidos políticos «en ocasiones fingieron ignorar el cambio, la profunda ruptura que representaba no aplicar el Artículo 49.3 de la Constitución», que permite adoptar leyes sin el acuerdo del Parlamento, y que, según él, desbarataba el «pretexto para la censura previa» en la Asamblea Nacional.
Deploró, en segundo lugar, que «los partidos políticos siguen adoptando una postura como si todos tuvieran mayoría absoluta en la Asamblea Nacional».
El político macronista aseguró que durante las tres semanas de negociaciones que mantuvo con todo el arco parlamentario estuvo «cerca» de lograr un acuerdo, que las «líneas rojas se estaban volviendo naranjas y, a veces, verdes», y que él «estaba dispuesto a ceder, pero cada partido político quiere que el otro adopte su plataforma completa», lamentó.
En este sentido, recordó que «los acuerdos no son lo mismo que los compromisos» y para que se lleven a cabo es necesario «cambiar nuestra mentalidad y no querer implementar todo el proyecto y programa» de cada partido.
En tercer lugar, «la composición del gobierno dentro del núcleo común (los partidos de centro y derecha que componen el gobierno) no fue fluida», reconoció.
Esas tensiones provocaron «el resurgimiento de algunos deseos partidistas, a veces relacionados (…) con las próximas elecciones presidenciales» de 2027, apuntó Lecornu.
La fractura del parlamento y la poca «modestia»
El primer ministro dimisionario terminó su alocución con un mensaje «esperanzador y optimista» al pueblo francés: «Se necesitaría poco para que funcionara» un Gobierno pero para eso hay que ser «más desinteresado», «quizás también un poco modestos a veces» y «tener en cuenta el interés general».
«El principio mismo de construir un compromiso entre partidos políticos es poder combinar líneas verdes y tener en cuenta un cierto número de líneas rojas, pero no podemos estar en ambos extremos, y algunos partidos políticos de la oposición lo han entendido, y me gustaría agradecérselo ahora», continuó.
Lecornu insistió en que, pese al fracturado mapa parlamentario (con tres bloques prácticamente con el mismo peso), las fuerzas políticas deberían «ser capaces de avanzar, al menos para que quienes quieren encontrar un camino para el país puedan avanzar».
Lecornu presentó este lunes la dimisión de su Gobierno al presidente francés, Emmanuel Macron, apenas 13 horas después del anuncio de su gabinete, en un nuevo giro inédito de la crisis política que vive el país. Esa dimisión fue aceptada por el jefe del Estado, lo que abre las puertas a diferentes escenarios, incluida la convocatoria de elecciones anticipadas.
Ante este escenario de inestabilidad, Macron tiene dos posibilidades: nombrar un nuevo primer ministro o hacer lo que no ha querido afrontar hasta ahora, disolver la asamblea y volver a convocar elecciones, como le pide la oposición.