José Antonio Guerrero

Martes, 30 de septiembre 2025, 00:41

| Actualizado 09:06h.

El suizo Stephan Nacht y su esposa japonesa Makiko, con la que lleva 30 años casado, se engancharon a la magia de Sad Hill al ver hace unos años el documental de Netflix ‘Desenterrando Sad Hill’ (2017), que narra cómo un grupo de fans de ‘El bueno, el feo y el malo’ (1966) recuperó el cementerio donde se rodó el clímax de la película, en la comarca burgalesa del Arlanza. «Me pareció increíble lo que hicieron con la reconstrucción de ese lugar y siempre quise conocerlo», afirma Stephan, de 52 años, que tras una prematura prejubilación como jefe de ventas en Suiza de la multinacional de herramientas Bahco, trata ahora «de disfrutar de los placeres de la vida» entre San Sebastián, donde reside seis meses al año, y la pequeña ciudad medieval de Bremgarten, cerca de Zúrich, donde pasa los otros seis.

El matrimonio desembarcó en Sad Hill por primera vez en 2018, cuando aún vivían en Suiza. «Fue impresionante, era como estar dentro de la propia película, rodeado de miles de cruces y en mitad de un paisaje bellísimo», recuerda este enamorado de los wéstern de Sergio Leone.

Luego han vuelto una decena de veces más, y hasta cuentan con su propia sepultura con la inscripción M+S Nacht. «También tenemos bastantes amigos con sus tumbas», señala Stephan en referencia a los nombres que figuran en las cruces de Sad Hill, y que forman parte de la campaña que los promotores de la reconstrucción del cementerio iniciaron hace diez años para recaudar fondos.

Aquella iniciativa resultó un éxito hasta el punto de que cuando llegaron a las cinco mil tumbas decidieron parar «porque no dábamos abasto», como recuerda Joseba del Valle, uno de aquellos locos de los ‘spaghetti western’ que trabajaron sin descanso hasta recuperar Sad Hill y convertir este territorio de la España vaciada en el destino del turismo de cine que es hoy, con miles de visitantes (70.000 al año) llegados de todo el mundo.

En sus frecuentes visitas a Sad Hill, los Nacht suelen aprovechar para conocer las joyas monumentales que ofrecen los pueblos del entorno, como Santo Domingo de Silos o Covarrubias, y disfrutar de la espléndida gastronomía de la zona. Pero una vez traspasan la icónica figura de Clint Eastwood que da la bienvenida al visitante a la entrada del camposanto, la pareja sortea las infinitas filas de cruces hasta localizar sus favoritas, y si están deterioradas por el paso del tiempo, las reparan, repasan la pintura o las clavan para que queden bien asentadas sobre la tierra y no se caigan.

El pasado agosto aprovecharon para restaurar la tumba de Claudia Cardinale, una de las actrices favoritas de los Nacht. «Claudia nos encantaba. En ‘Hasta que llegó su hora’, de Sergio Leone, está soberbia. Era una mujer bellísima, una gran intérprete y por lo que dicen una buenísima persona».

«Nos adelantamos a Todos los Santos»

Hace una semana Stephan y Makiko se toparon con la noticia de la muerte de la actriz italiana a los 87 años, y no se lo pensaron dos veces. «Nuestro plan era llevar flores a las tumbas de nuestros amigos el 1 de noviembre, cuando los españoles vais a los cementerios, pero Claudia nos caía muy bien y adelantamos la visita».

El pasado viernes se enfundaron sus sombreros, se anudaron el pañuelo vaquero al cuello y pusieron rumbo a Sad Hill, donde tras dejar algunas flores en las tumbas de sus colegas, se dirigieron a la de la Cardinale, donde depositaron una maceta con una docena de crisantemos frescos y, como recuerdo, se tomaron una foto. «Su muerte nos ha entristecido. Junto a Clint Eastwood era la última grande que quedaba de aquellas películas de Sergio Leone. Pero a pesar de toda la pena, ha vivido 87 años. ¡No está mal!», exclama Stephan, feliz de ver ‘florecer’ de nuevo a Claudia en un escenario de cine.

Joseba del Valle repasa la cruz de Claudia Cardinale, un día después de que Stephan y Mikiko depositaran las flores.

Joseba del Valle repasa la cruz de Claudia Cardinale, un día después de que Stephan y Mikiko depositaran las flores.

R. C.

Se da la circunstancia de que la actriz italiana, que también se puso a las órdenes de Visconti y Fellini, fue la primera mujer en tener su propia tumba en Sad Hill. La construyó el propio Joseba del Valle el 22 de mayo de 2016 y la levantó en un lugar privilegiado, entre la de su padre, Ismael del Valle, que participó como extra en el rodaje de ‘El bueno, el feo y el malo’ y otro burgalés de pro: Félix Rodríguez de la Fuente. «Los tres están en muy buena compañía», bromea Del Valle, que admite su «grata sorpresa» tras ver las flores bajo la cruz de Cardinale. «Para nosotros es un ejemplo del alma de Sad Hill, la gran familia a nivel internacional que gira alrededor del proyecto», reflexiona.

Claudia Cardinale rodó en 1971 'Las Petroleras' a apenas 20 kilómetros de Sad Hill, en la provincia de Burgos.

Claudia Cardinale rodó en 1971 ‘Las Petroleras’ a apenas 20 kilómetros de Sad Hill, en la provincia de Burgos.

R. C.

La cruz de la actriz italiana ocupa la fila principal del cementerio, junto a otras con los nombres de Sergio Leone, Ennio Morricone, el trío protagonista de la película, Clint Eastwood, Lee Van Cleef y Eli Wallach; el escenógrafo y creador de Sad Hill, Carlo Simi (cuyo legado es la base del museo Carlo Simi-Sad Hill, que este otoño abrirá sus puertas en Covarrubias), o Metallica, la banda heavy que siempre arranca sus conciertos con una escena del filme «y que es la tumba que más veces nos han robado», como apunta Del Valle, «unas cinco o seis», precisa.

El propio Joseba se desplazó este pasado domingo a Sad Hill para completar la inscripción con el año del fallecimiento de Cardinale. Junto a 1938, fecha de su nacimiento, añadió «con mucha pena» el 2025 de su final. «Claudia rodó ‘Las Petroleras’ en 1971 a escasos 20 kilómetros de Sad Hill», explica Del Valle, que llegó a conocer en 2018 a la intérprete en el desierto de Tabernas en Almería, con motivo de los 50 años del rodaje de ‘Hasta que llegó su hora’ (1968), con Charles Bronson y Henry Fonda acompañando a «una espléndida» Cardinale.

«Allí se recreó el rancho Sweetwater de la película y pudimos entregar a Claudia una foto de su tumba en Sad Hill. Era una mujer cercana y entrañable y le cogías afecto enseguida. Cuando pinté la primera vez su nombre en la cruz no podía imaginar que también iba a inscribir su fecha de partida«, dice entristecido. Del Valle también colocó la semana pasada en Sad Hill la cruz de Robert Redford, que no la tenía. La ha levantado también en esa privilegiada primera línea de las ‘estrellas’ de Sad Hill, muy cerca de la de Cardinale. »Eran dos colosos que merecen estar ahí«, apostilla.

Reporta un error