El endeudamiento de OHLA y su capacidad para pagarlo vuelven a estar bajo la lupa de la agencia de calificación Fitch Ratings, que ha restablecido su cobertura con una nota corporativa de ‘B-‘ con perspectiva estable (Stable IDR), y de ‘B’ para OHL Operaciones, S.A.U., que es la filial emisora de los bonos.
Las calificaciones de Fitch van desde el ‘AAA’ que otorga a las compañías más solventes hasta la ‘D’ que pesa sobre aquéllas que tienen mayores posibilidades de incumplir sus compromisos con los acreedores. La letra ‘B’ que acompaña a OHLA habla de una empresa vulnerable si se dan condiciones adversas de mercado.
El rating es vital para el precio que pagan las grandes compañías por su deuda. El grupo que preside Luis Amodio vio mejorado el rating corporativo (CFR) por parte de Moody’s el pasado 13 de marzo, subiendo desde Caa2 a una calificación de B3. Semanas después, el 20 de junio, la misma agencia volvió a bajar un escalón tanto el rating corporativo como el del bono de OHL Operaciones, quedando ambos en ‘Caa1′ con perspectiva estable.
Este paso atrás se produjo tras las pérdidas por 21,8 millones declaradas en el primer trimestre y en la antesala de una junta de accionistas rodeada por la polémica: los hermanos Amodio medían sus fuerzas con el inversor José Elías, que entró en diciembre de 2024 como segundo partícipe y vicepresidente, y acabó denunciando malas prácticas en la gestión del grupo constructor.
Ahora, la apreciación de Fitch es mejor que la de su competidora Moody’s y se produce pese a las pérdidas de OHLA en el primer semestre, entre mayores gastos por la reestructuración financiera llevada a cabo a primeros de año. Los números rojos se elevan a 29,7 millones (frente a los 34 millones en rojo de un año antes), mientras el resultado bruto de explotación crecía hasta los 84 millones (+46,3%).
En los cinco años que han pasado desde que los inversores mexicanos tomaron las riendas en lugar de la familia Villar Mir, OHLA ha logrado elevar sus ventas un 47% mientras la cartera de contratos ha dado un salto del 86%, hasta superar los 9.000 millones de euros. La deuda, por su parte, ha adelgazado en 537 millones. La compañía ha sido sometida a tres ampliaciones de capital en los últimos meses, las dos primeras por un total de 150 millones, entre diciembre y febrero, fueron las que dieron entrada al citado José Elías y un grupo de inversores de su confianza. Ya el pasado mes de mayo, OHLA fue recapitalizada con otros 50 millones para cubrir la ejecución de un aval por un litigio en Kuwait. Tras estas operaciones, la familia Amodio ha mantenido un porcentaje del 21,6% en el capital; el también mexicano Andrés Holzer atesora un 8,4%, y la participación de Elías está en el entorno del 8,6%.
OHLA cuenta con un plan estratégico 2025-2029 con el objetivo de mejorar los márgenes, lograr mayor actividad en EE UU, impulsar de nuevo la división de concesiones y rebajar el endeudamiento. Su previsión pasa por un aumento promedio anual del 5% en los ingresos, hasta llegar a los 5.000 millones en 2029. El ebitda, por su parte, debe mejorar del 15% al 17% en el periodo, hasta los 300 millones.
La ratio de apalancamiento (ebitda frente a deuda bruta con recurso) partía de 11,2 veces al cierre de 2019 y baja hasta el actual múltiplo de 2,2 veces mientras se mantienen planes de desinversión en activos no estratégicos como el 50% en el desarrollo hotelero y comercial de Canalejas (Madrid) y la división de servicios encabezada por la filial Ingesan. También está en marcha un plan de eficiencia valorado en 40 millones.