Lunes, 6 de octubre 2025, 19:05
Hay vacíos imborrables y personas que dejan huella allá por donde pasan. Desde que Kirian Rodríguez anunció el pasado 6 de febrero de 2025 que recaía del cáncer pasaron ocho meses de una larga espera y de un agujero imposible de tapar en el centro del campo y, cómo no, en el vestuario de la UD Las Palmas. Demasiado tiempo sin el emblema del club. Diego Martínez no encontró manera humana de sustituir al tinerfeño mientras su equipo se hundía lentamente y sin remedio en la tabla clasificatoria, con destino final en el infierno de la Segunda División.
Ahora, ocho meses después, Kirian Rodríguez volvió al punto de partida. Como aquella primera vez. En la categoría de plata y teniendo que remar para devolver a la UDLas Palmas a la Primera División. El centrocampista de Candelaria, 244 días después, estaba listo para defender y atacar ante la mirada de todos, ya no solo en Siete Palmas, sino en el mundo entero. Porque Kirian se ha ganado el cariño de cada amante del fútbol por su manera de entender este deporte y por su forma de ser.
Corría el minuto 77 cuando los 18.413 aficionados presentes en el Estadio de Gran Canaria miraron hacia la banda. Por el banquillo se asomaba Kirian Rodríguez, ya con las medias subidas y la camiseta con el dorsal 20 puesta. Sin peto. Dispuesto a divertirse. Era su primera convocatoria después de superar el cáncer por segunda vez y también fueron sus primeras carreras tras superar la enfermedad. Ocho meses después, ahí estaba el tinerfeño. Concentrado. Sediento. Serio. Pero con esa sonrisa que ni las sacudidas que le ha pegado la vida han conseguido ensuciar.
Irradiando luz, la sonrisa de Kirian Rodríguez es brújula e identidad. Nunca la perdió. Al contrario, en esas ‘minivacaciones’ que a su pareja no le gustaba llamar así, porque «estaba de baja», en las que hizo un paréntesis con el fútbol, logró llenar el depósito de pequeños momentos de felicidad. Aún en la oscuridad, Kirian siempre encontró esos destellos luminosos. Pudo, por fin, comerse unas lapas en La Garita en esos fines de semana en los que debía haber estado de concentración porque la UDjugaba una nueva jornada. Pudo estar con su familia, sus amigos y su pareja. «Desconectó del fútbol» para ahora volver a apretar el botón y activar el modo competitivo. De esas «comidas familiares» que pudo volver a disfrutar y que prácticamente no había tenido, pasó nuevamente a bailar sobre el césped como él solo sabe hacer.

Kirian, preparándose para saltar al campo.
Cober
Entrenó y entrenó. Sin pausa pero sin prisa, que diría Melendi. Porque Kirian Rodríguez quería estar disponible y sentir nuevamente ese cosquilleo del fútbol que, durante su baja, no extrañó. «No he echado de menos nada». Por cierto, todas estas palabras y frases entrecomilladas salen de la boca del propio jugador, en una entrevista concedida a CANARIAS7 el pasado jueves 25 de septiembre. Y, cuando Luis García Fernández, su nuevo entrenador, lo necesitó, lo metió en el campo. En su primera convocatoria. En su primera vez en el Estadio de Gran Canaria desde aquella segunda vez que anunció que el cáncer había vuelto. Ganó la batalla. Está de vuelta y hasta las estrellas sonríen en el cielo.
Fueron tan solo 13 minutos más el tiempo de añadido —que se extendieron hasta casi ocho más—. En total unos 21 minutos de pura calidad y alegría. Porque con Kirian en el terreno de juego el nivel de la UD Las Palmas en el césped se multiplicó.
La escuadra amarilla estaba atrapada en las redes defensivas de un Cádiz que solo había encajado cinco tantos en las siete jornada disputadas del campeonato. Pero con los cambios se activó Las Palmas, que en el primer tiempo fue incapaz de someter a los andaluces. En los minutos en los que Kirian estuvo sobre el césped, ya fuera por su excelsa calidad o simplemente por los ánimos que insufló su mera presencia, la Unión Deportiva mejoró. Las jugadas iban fluyendo con mayor velocidad. De hecho, el tinerfeño encontró huecos donde antes nadie atisbaba posibilidades.
En una de esas incluso dejó a Jaime Mata solo contra Víctor Aznar, guardameta visitante, y el delantero mandó el balón encima de la portería —aunque el juez de línea pitó un dudoso fuera de juego que se hubiese revisado en caso de acabar en gol la jugada—. También con Kirian en el campo llegó el tanto de Sergio Barcia (1-0) en el 85. De hecho, el tercer capitán de la plantilla sale en la foto el remate del gallego, pues estaba también dentro del área en busca del gol. Parecía que el destino estaba esperando por Kirian para que también pudiera celebrar desde el césped la diana de la victoria.

Metiendo un pase al espacio para Recoba.
Cober

Su regreso debería sentar muy bien a todos los niveles. Y así lo quiere el propio Kirian, que al término del encuentro no escondió su satisfacción ya que «faltaba un punto de alegría y espero que estos tres puntos, y mi vuelta también, sean un plus de energía para la afición, para nosotros, y que empecemos a ganar los partidos de casa». Aun así, también sacó su lado autocrítico y de exigencia interna: «Me falta un poquito más de chispa, porque hay dos o tres controles que a lo mejor se me van un poco, y necesito esa frescura para estar un poco más vivo y atento», declaró tras ganar al Cádiz en el Estadio de Gran Canaria.
Su entrenador, Luis García, dijo sentir una suerte inmensa por tenerle en la plantilla. «Los que tenemos la suerte de compartir con ‘Kiri sabíamos de la ilusión que le hacía el hecho de volver. Me siento un privilegiado por entrenarle y, sobre todo, por conocer la persona que es», aseveró el preparador de la UD.
Con todo, Kirian Rodríguez es el fichaje más anhelado por todos los seguidores amarillos. De momento ya está de vuelta. Ahora su regreso al once será progresivo y tendrá que ganárselo. Pero el simple hecho de que esté ya en la rueda es un regalo para Las Palmas.
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