Publicado por
Paco Aguado
Zaragoza
Creado:
07.10.2025 | 03:30
Actualizado:
07.10.2025 | 03:30
El diestro leonés Javier Castaño se ha despedido de los ruedos sin apenas gloria, suerte ni eco, al final de la corrida concurso de ganaderías colocada como segundo festejo de abono de la Feria del Pilar de Zaragoza y que resultó un absoluto vacío de casta y de espectáculo.
Después de veinticuatro años de alternativa y de casi 400 paseíllos de matador en su estadística, Castaño se cortó la coleta cuando ya se vaciaban los tendidos del coso de la Misericordia.
Lo hizo tras un largo y plúmbeo festejo en el que la verdadera bravura brilló por su ausencia, por mucho que se hubiera diseñado un pomposo pero extraño concurso ganadero —incluso un área deportivamente delimitada para la suerte de varas— en el que hubo de todo en cuanto a presentación y encastes, aunque en realidad poco bueno.
Un torero valiente
De ahí que la retirada de un torero de valor reconocido como Castaño, que además volvió a torear tras superar en 2016 un cáncer testicular —su imagen vestido de luces y sin pelo para matar una corrida de Miura en Sevilla se hizo entonces viral—, no tuviera el mínimo de gloria y de reconocimiento que merecía su trayectoria.
El veterano torero, nacido en León pero hecho en Salamanca, se encontró en primer turno con un zancudo y cornalón toro de Concha y Sierra —dizque encaste Veragua— que, descastado y reservón, apenas siguió un mínimo los engaños, y luego con un cuarto ‘domecq’ de Julio de la Puerta, hondo y cornicorto, que apuntó nobleza pero, muy endeble de remos, fue incapaz de embestir.
Ante tan deslucido ‘material’, Castaño intentó tirar de su reconocido oficio para solventar esta tarde de su adiós. Y, tapándole la cara y sin pedirle más que el mínimo esfuerzo, aún logró robarle y ligarle algunos medios muletazos a uno, con un mérito que perdió premio por su fallo con la espada, pero tuvo que abreviar con el último de su carrera, que tuvo una endeblez que este torero apenas encontró en su camino con tantas corridas duras.
Con la corrida del Pilar ha dicho adiós, casi en silencio, el matador leonés Javier Castaño, tras casi un cuarto de siglo en los ruedos.