«Es un acuerdo muy bueno y estamos muy satisfechos; es una victoria rotunda y un logro histórico». Con estas palabras un representante sindical resume … el sentimiento que impera en la plantilla de jardineros de Enviser tras la resolución del conflicto laboral por el que llevaban más de seis meses en huelga. Este jueves regresarán al trabajo y lo harán tras haber aceptado de forma masiva la «propuesta de acuerdo» que el comité y la firma encargada del cuidado de las zonas verdes de Vitoria suscribieron el lunes. Un nuevo convenio que les permitirá incrementar sus salarios en 5.000 euros a la conclusión de 2028 mediante una subida de sueldos progresiva que alcanzará el 25%.

Las dos asambleas de trabajadores que se han celebrado a primera hora de la tarde de este martes (ELA por un lado y LAB y ESK por otro) han rubricado el pacto que ya contaba de antemano con el visto bueno de sindicatos y empresa, además del ‘ok’ del Ayuntamiento para aplicar sus condiciones dentro de dos ejercicios, que será el primero de la nueva concesión. Se esperaba un gran respaldo de los empleados y se ha confirmado en las dos votaciones: 46 votos al ‘sí’, 8 al ‘no’ y una abstención.

Las consecuencias son inmediatas. Este mismo miércoles las dos partes de la negociación se reunirán por décima vez en el Consejo de Relaciones Laborales del Gobierno vasco (Preco) para estampar la firma final al nuevo convenio. Y este jueves los jardineros volverán al trabajo. Lo harán con una mejora en sus nóminas de 200 euros mensuales hasta final de año, aunque dicha cantidad no se consolidará en el sueldo base.

2026 será el ejercicio en el que los trabajadores se beneficiarán de una mayor subida, que ya quedará consolidada en sus salarios. Cada uno de ellos percibirá 200 euros más al mes (2.400 en el global del año). Para 2027 la mejora es de 50 euros mensuales (600 cada año); mientras que con la entrada en vigor de la nueva contrata en 2028 experimentarán un nuevo incremento de 167,7 euros en cada nómina, que serán 2.000 en el global del curso. En total, cuando acabe ese año el salario base de cada empleado habrá ascendido hasta 5.000 euros.

Salir de la precariedad

Por poner estas cifras en perspectiva, las ofertas que se estaban barajando desde el primer momento sobre la mesa negociadora rondaban una subida del 10%, que suponían mejoras mensuales de 71 euros (2026), y 50 tanto en 2027 como en 2028, lo que elevaba los salarios en poco más de 2.000 euros anuales. Lo conseguido (se insiste) es un incremento del 25%.

«Supone la recuperación del poder adquisitivo perdido y dignificación de salarios que eran indignamente bajos. Esta plantilla ha logrado salir del pozo de la precariedad más absoluta. El convenio estatal anterior había acumulado una pérdida de poder adquisitivo cercana al 13% que ahora se recupera y se mejoran también las condiciones laborales», señala ESK en un comunicado.

Reacciones

«Valoramos este acuerdo como una victoria rotunda y un logro histórico», señalan desde ESK

Pero las mejoras pactadas en el ámbito económico no son las únicas que disfrutarán los jardineros, que en el aspecto social también han mejorado con el nuevo convenio. Pasarán de las 1.700 horas anuales que trabajan actualmente a 1.592 en 2028. El recorte también será progresivo. Y consiguen consolidar su horario actual: de lunes a viernes en turno de mañana.

De la misma manera, se implementará un aumento del tiempo de descanso, desde los 15 minutos actuales a los 30 en tres años. Además, disfrutarán de 8 horas anuales de permiso para acompañamiento médico a familiares, 2 horas anuales para celebrar asambleas en horario laboral y derecho automático al contrato de relevo.

Tensiones internas entre los sindicatos

Los seis meses de negociación no han estado exentos de tensiones internas entre los tres sindicatos con representación en el comité. En su comunicado de ayer ESK acusó a ELA de «romper la unidad de acción» al cumplierse los tres primeros meses de paros, en junio, cuando las partes acudieron al Gobierno vasco. Esta central, que destaca su unidad con LAB, denuncia que ELA inició una negociación «por su cuenta que rebajaba las pretensiones de la plantilla sin consultarles, rompiendo los acuerdos intersindicales y actuando de manera totalmente irresponsable». «Tras el fracaso de su ruptura unilateral, su desaparición de la huelga es inaceptable», remarcó ESK.