El LIV Golf y el PGA Tour representan dos enfoques muy distintos dentro del mundo del golf profesional. LIV Golf, creado en 2022, ha sido impulsado por el fondo soberano saudí PIF con una estrategia clara: atraer a los mejores golfistas del mundo a base de contratos millonarios y premios elevados, aun sabiendo que operaría a pérdidas en sus primeros años. Entre 2022 y 2024, los promotores de LIV Golf invirtieron aproximadamente 1.049 millones de dólares, principalmente en compensaciones a jugadores, gastos de personal, inversión en clubes internacionales y gastos legales derivados de litigios con el PGA Tour.
El calendario internacional del LIV Golf incluye torneos en lugares como México, Arabia Saudí, Hong Kong, Australia, Singapur, España y Reino Unido. Solo en el Real Club Valderrama, el circuito saudí comprometió 150 millones de euros para garantizar su presencia entre 2022 y 2029. A pesar de esta fuerte inversión, los ingresos fueron mucho menores: en 2024, el circuito internacional generó 64,9 millones de dólares, lo que muestra un crecimiento del 74% respecto a 2023, pero sigue estando lejos de cubrir los gastos.
Por su parte, el PGA Tour es un circuito consolidado con décadas de historia. Su modelo de negocio se basa en derechos televisivos, patrocinios corporativos y venta de entradas, lo que le permite mantener operaciones rentables y premiaciones elevadas sin depender de inyecciones externas de capital. Los jugadores que destacan en el PGA Tour pueden obtener ingresos significativos gracias a los premios por torneo y acuerdos de patrocinio personales, pero el circuito en sí no necesita operar a pérdidas para atraer talento.
Diferencias abismales de retribución
En el pódcast de ‘Makeshiftgolf’, con Brian Conz y Zach Misischia, ambos debaten sobre estas cifras.
En términos de ingresos de golfistas, los jugadores más reconocidos de LIV Golf recibieron contratos directos por varios millones, además de premios de torneo. Por ejemplo, figuras destacadas como Dustin Johnson o Phil Mickelson habrían percibido decenas de millones solo por sus contratos con LIV Golf, mientras que en el PGA Tour los mayores ingresos provienen de la combinación de premios y patrocinios, con campeones de torneos importantes como Rory McIlroy o Scottie Scheffler alcanzando también cifras multimillonarias anuales.
Por ejemplo, figuras como Jon Rahm, ha ganado diferentes proporciones de premios, dependiendo del circuito que juegue. En PGA, ganó 51 millones de dólares en 153 eventos. En cambio, con tan solo 24 eventos en LIV Golf, se embolsó, ni más ni menos, que 52 millones de dólares.