En esta serie, Mallo mira con cariño crítico lo castizo y deja clara la influencia de un recién llegado realismo mágico. El abuso del color, las influencias del muralismo y el arte de Diego Rivera, la figuración vanguardista del arte popular, donde la ironía se mezcla con la deformación para reírse con sarcasmo inteligente de los tópicos, cierto onirismo y un horror vacui que no abruma, marcan el ya definido estilo de una Mallo todavía estudiante.

Como curiosidad, además de manolas y toros, o gigantes y cabezudos con tricornio, tampoco los espejos del callejón del Gato de Madrid, una referencia directa a Valle-Inclán, quien con sus gafas y su barba es el modelo que Mallo directamente utilizaba para ‘El Mago’ (1926).

Uno de los lienzos de la serie 'Verbenas'.

Uno de los lienzos de la serie ‘Verbenas’, cedido por el Pompidou.© Photo CNAC/MNAM – Jacques Faujour

Uno de los lienzos ya formaba parte del catálogo del Reina Sofía, pero con esta retrospectiva se puede volver a disfrutar de la serie completa, pues el Art Institute de Chicago y el parisino Pompidou han cedido piezas, mostrando así el conjunto tal como pasó en 1928 bajo la mirada del teórico de la deshumanización del arte.

De esta primera etapa, la comisaria de la muestra, Patricia Molins, no ha olvidado obras tempranas en las que todavía firma la artista como Ana, pues lo de Mallo llegaría después, siguiendo la estela de su hermano escultor, Cristino Mallo, que escogió el segundo apellido paterno para su nombre artístico. Tampoco otros ejemplos de ese estilo soñador, moderno y ya algo surrealista de la gallega, como su ‘Guía Postal de Lugo’ (1929).

Recorte de periódico en la muestra ‘Maruja Mallo. Mscara y comps.

Recorte de periódico en la muestra ‘Maruja Mallo. Máscara y compás’.Cynthia Martin

Ordenada de forma cronológica, la exhibición prosigue con la breve pero intensa estadía parisina de la gallega, donde una beca la introdujo brevemente en el corazón efervescente del surrealismo. En París se reencontraría con su amigo Dalí y conocería a los pesos pesados del momento. Pero ellos también la conocerían a ella, a su carácter y arte arrolladores: el mismo André Breton llegó a adquirir una obra suya, ‘Espantapájaros’, que luce en la sala dedicada al ciclo conocido como ‘Cloacas y Campanarios’, la parte de pintura oscura que desarrolla Mallo a inicios de la década de los treinta.