El Unicaja mandó este miércoles un mensaje a todos los equipos que sueñan con el título de la Basketball Champions League. Es el campeón y … quiere lograr lo que nadie ha conseguido hasta el momento, ganarla tres veces. La defensa de su trono continental comenzó con un triunfo arrollador ante el Mersin (97-66). Los aficionados que viesen el partido tendrían la sensación de que el nivel del conjunto turco es muy pobre. Tendrán parte de razón. Sin embargo, la superioridad del Unicaja es tal que hace que sus rivales parezcan malos. Lo que está claro es que seguramente, la competición europea tendrá poca ‘tensión’ para los de Ibon Navarro hasta que no llegue la siguiente fase en el mes de enero. Y el aficionado no es ajeno a esto, por eso el Carpena registró ante el Mersin una de las peores entradas de los últimos años con sólo 6.662 en la grada. La actuación de Xavier Castañeda fue lo más destacado de un encuentro que el Unicaja dejó resuelto al descanso ante un rival que por momentos hizo un baloncesto caótico.

El comienzo del partido dejó entrever las limitaciones del Mersin, un conjunto con nombres destacados y cierto recorrido en el baloncesto europeo, pero que carece de la indentidad de equipo todavía. No tiene conjunción. Los ataques erráticos de los turcos y las sucesivas pérdidas dieron muchas facilidades a un Unicaja notablemente superior en todas las facetas del juego. Los de Ibon Navarro se mostraban muy sólidos en defensa y, a partir de ahí, todo iba fluido. Contragolpes, buenas situaciones de tiro, circulación rápida y acierto desde la línea de tres dieron como resultado un 22-11 al final del primer cuarto. El Unicaja bombardeó a su rival desde la línea de3 6,75 con cinco aciertos en los primeros diez minutos.

La superioridad física que Tyson Pérez y Balcerowski ejercían en la zona cajista hizo que al Mersin se le cerrasen casi todos los caminos al aro. En algunos ataques daba la sensación de que los jugadores del equipo turco no sabían qué hacer con el balón, con pases sin sentido e incidiendo en las pérdidas. El Unicaja dominaba con facilidad y esto permitió a Ibon Navarro meter a jugadores en esa buena dinámica. En el minuto 15 apareció Castañeda en el partido. El estadounidense es el fichaje que peores sensaciones había mostrado hasta ahora, pero se contagió de esa inercia positiva. Metió dos triples, luego una bandeja y dejó dos buenas asistencias. El banquillo cajista celebraba los aciertos de su compañero, pues Castañeda necesitaba de unos minutos de calidad como los que había mostrado.

Con todos los jugadores que salían a la pista produciendo, el Unicaja acentuó su dominio. De nada le valieron al Mersin algunos triples aislados de Pako Cruz, porque el partido casi quedó sentenciado al descanso con un contundente 51-31.

Un monólogo

Por si quedaba alguna duda de que el Unicaja iba a ganar el partido sí o sí, la puesta en escena del Mersin tras el descanso fue desastrosa. Cinco pérdidas de los turcos seguidas (17 en 23 minutos) acabaron en contrataques locales que elevaron la ventaja hasta los 30 puntos (63-33, min. 25). El partido iba camino de romper todos los récords históricos del club cajista en lo que a mayor ventaja de puntos se refiere, pero como suele suceder en estos casos, el equipo malagueño se relajó un poco y permitió a su rival empezar a maquillar ya el marcador. A pesar de esto y de un tiempo muerto de Ibon Navarro para reactivar a los suyos, el Unicaja llegó al último cuarto ganando 70-47.

Sobra decir que el último acto era ya un añadido, porque el partido estaba resuelto desde el segundo cuarto, pero partidos como este sirven para cambiar la dinámica de los jugadores. Castañeda siguió produciendo, asumiendo responsabilidades y dando una idea de la dimensión que puede llegar alcanzar. Cada acierto del estadounidense era celebrado por todo el pabellón. Metió dos triples al ecuador del cuarto y con 17 puntos era de largo el máximo anotador del partido. Cuando Ibon Navarro lo sentó el público lo ovacionó y seguramente será uno de los aspectos más positivos de un partido en el que volvió a demostrarse la superioridad del Unicaja en esta competición.