Un reencuentro esperado y que deja muy buen sabor de boca. Hablamos con Rubén Pinar nada más salir del hospital de la Ribera en Alzira, donde se encuentra ingresado Samuel Navalón, y nos dio la última novedad sobre el estado del torero herido. «Se encuentra muy bien, dentro de la gravedad de la cornada, pero está muy bien de ánimo, aunque el proceso es lento. Todavía la voz no la tiene, habla muy flojito y le cuesta mucho, por lo que no puede atender a los medios. Ha puesto algunas fotos en las redes por su cumpleaños, pero no habla con nadie porque no está en disposición de poder hacerlo. Tenía un agujero en la tráquea y ha estado intubado muchos días, y cuando le quitaban la intubación, perdía aire por ahí y se ahogaba. Ha estado muy mal. Este tiempo atrás han sido momentos muy críticos y duros para él y aunque ya ha cicatrizado, según la prueba que le hicieron ayer, la voz va a tardar en recuperarla del todo, según le dijo la doctora, ya que lleva un proceso que a día de hoy no tiene mucha capacidad para poder hablar. También tiene una vértebra tocada y no tiene movilidad en el cuello y no es fácil volver al cien por cien, por lo que tiene que pasar tiempo, y tiene todo el invierno por delante para recuperarse totalmente. Hay que tomárselo con calma y hay que dar gracias ya que podía haber sido mucho peor, pero aún así ha sido muy grave y repito que hay que dar gracias por estar contándolo».
Rubén Pinar lo pasó muy mal los días posteriores a la cogida de Samuel Navalón. «Han sido días muy duros para todos, pero para mí han sido terribles. Ten en cuenta que Samuel se ha criado en nuestros brazos en casa de Nazario Ibáñez y cuando con toda la buena intención uno quiere hacer algo bonito y simpático, coger un par de banderillas, dentro de un festival que es una situación alegre y con un novillo arreglado casi como para rejones y muy bonito, cuando ves que pasan estas cosas, te quedas a cuadros. Han sido días muy duros para todos y gracias a Dios, estamos bien ahora de ver que las cosas van evolucionando y con la certeza de recuperarse. La mayor virtud de Samuel, dentro de las muchas que tiene, es la raza desde que yo lo he conocido, sobreponerse a las adversidades, que ha tenido bastantes en muy corto espacio de tiempo. Me ha sorprendido la raza que ha tenido para echar hacia delante y remontar siempre, por lo que creo que está llamado a ser figura, porque en apenas tres años desde que debutó con picadores a ser matador de toros hace un año y lo que ha conseguido, con el reconocimiento del público y la esperanza de que puede ser alguien muy importante en la profesión». Ahora solo queda que, como dice Rubén Pinar, Samuel descanse y se recupere porque le queda una gran carrera por delante.