«Laura… Sí, claro que la conocía, una mujer muy joven y simpática. Siempre iba con el jefe de obra de un lado a otro. Con nosotros no hablaba mucho, solo para saludarnos, ‘buenos días’, ‘buenas tardes’… Pero era simpática, a todos nos caía bien». … Doukara Sab, obrero maliense y superviviente del derrumbe del edificio de la calle Higueras –«estoy vivo de milagro, estaba arriba cuando todo se vino abajo y ni sé cómo salí de allí», dice–, hace un esfuerzo para recordar a los compañeros que quedaron bajo toneladas de escombros. Recuerda al ecuatoriano Jorge, al guineano Alfa, a su compatriota Moussa Dembele y, por supuesto, a la joven arquitecta española Laura Rodríguez Sabin. Todos ellos tenían entre 30 y 55 años.
El día anterior, cuando Doukara y varios compañeros de obra procedentes de Senegal, Mauritania o el propio Mali trataban de recuperar las fuerzas y el ánimo en un Döner Kebab próximo a Tirso de Molina, apenas dos horas después del siniestro, el nombre de Laura empezó a circular, casi como un susurro, entre el desolado grupo. Era una de los cuatro desaparecidos. Su cuerpo fue rescatado hacia las dos de la madrugada del martes al miércoles.
Desde enero de 2022, Laura Rodríguez Sabin, nacida en Madrid, en 1995, ejercía como jefa de Producción en Rebilita Habilita SL, empresa a la que había llegado un año antes, previo paso por UVE de Valoraciones, donde realizó tareas de tasadora en prácticas, y PROJASP S.L., compañía de medición de planos base. En 2019 se había graduado en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (Universidad Politécnica), centro donde estudió el Máster Habilitante. En 2013 recibió una beca de excelencia de la Comunidad de Madrid para Estudios Universitarios.
Doukara Sab explica a ABC que en las obra de reforma del inmueble de la calle de Higueras se habían habilitado cuatro baños, «dos para los trabajadores y dos para la gente de oficinas. He oído que Laura estaba en el baño cuando el edificio colapsó. Mi compañero Moussa también estaba en el baño cuando todo se derrumbó».
Moussa Dambele, el obrero maliense fallecido en la tragedia de Hileras
ABC
Moussa Dembele, según Douka, llevaba poco tiempo en España. Nacido en Mali y padre de cinco hijos «llevaba pocos días en la obra de la calle Higueras, no sé si llegaba a la semana. No sabía español, sólo hablaba bambara –idioma propio de Níger y Mali–. Trabajaba a mi lado y tuvo la mala suerte de ir al baño. Alfa, otro muerto, también trabajaba conmigo. Alfa, que era guineano, hablaba el castellano y el fula».
Jorge, el otro fallecido en esta tragedia, era un ecuatoriano originario de la ciudad de Quito. La embajada de este país en España publicó ayer un comunicado expresando su «profundo pesar» ante esta catástrofe. La embajadora Wilma Andrade ha dispuesto a la encargada de las funciones consulares en Madrid que mantenga contacto directo con los familiares para «ofrecerles asistencia y acompañamiento continuo, así como coordinar con las autoridades competentes y con la empresa involucrada para garantizar que se atienda debidamente esta lamentable situación»
Hoy, Doukara, como el mauritano Keita y varias decenas de trabajadores más, esperan en sus casas la llamada que les reactive laboralmente, mientras asumen que el suyo es «un oficio arriesgado, a veces da miedo. Pero seguiremos con las obras que salgan». Y explica con resignación: «Aún no hemos podido recoger nuestras cosas, las llaves, las bolsas, la ropa… Mucho se ha quedado allí dentro».