Lionel Messi está viviendo un auténtico calvario con su mansión en Ibiza. Ni las reformas realizadas, ni la reformulación de los planos iniciales, ni el apoyo de determinados sectores políticos han logrado normalizar la situación de su propiedad en la isla pitiusa. El origen de los problemas es claro: el terreno sobre el que se levantó la villa no contaba con los permisos necesarios ni cumplía los requisitos mínimos exigidos por el ordenamiento urbanístico. La propiedad se construyó en 2022 sin cédula de habitabilidad, lo que significa que no era urbanizable y, a día de hoy, sigue sin poder legalizarse. Es decir, según la normativa vigente, la villa no puede ser reconocida como legal, y su dueño se enfrenta a un problema que parece no tener solución inmediata.
Desde hace tres años, el futbolista argentino libra una batalla judicial para poder dar uso a su proyecto inmobiliario, valorado en 11 millones de euros. La villa está bajo sospecha de irregularidades urbanísticas, y las autoridades buscan responsabilidades por la construcción. Según informa el programa El tiempo justo de Telecinco, Messi podría enfrentarse incluso a la demolición parcial de su propiedad, tras la apertura de un expediente urbanístico por parte del ayuntamiento del municipio en el que se señala la realización de obras presuntamente ilegales dentro de la vivienda.
Leo Messi en Miami. (Foto: Gtres)
La investigación sobre la mansión no se limita al ámbito municipal. La Guardia Civil, a través de su unidad de medio ambiente, también ha reclamado expedientes e información sobre la finca dentro de una investigación más amplia sobre construcciones irregulares en suelo protegido de la isla. La villa, de 560 metros cuadrados, cuenta con seis habitaciones, piscina, gimnasio privado y todo tipo de lujos, pero ninguno de estos detalles puede ocultar que no se contaba con permisos de primera ocupación ni con la correspondiente cédula de habitabilidad, aspectos fundamentales para considerar la vivienda legal.
A pesar de que la mansión sigue bajo el control del entorno de Messi, su estado refleja cierto abandono. Según ha informado el paparazzi Sergio Garrido en directo para Telecinco, el futbolista solo pudo disfrutar de la propiedad durante unos 25 días en 2022, acompañado de Luis Suárez y sus respectivas familias. Desde que comenzaron los problemas legales y burocráticos, Messi ha optado por no regresar a la villa. Garrido señala que, aunque la propiedad cuenta con 22 empleados que la mantienen operativa, existen detalles que muestran su estado de inactividad, como palmeras que no han sido acondicionadas o limpiezas pendientes, elementos que contrastan con la imagen de lujo que debería proyectar.
La villa de Leo Messi en Ibiza. (Foto: Telecinco)
El problema no solo afecta al disfrute personal de la mansión, sino también a su posible explotación económica. La imposibilidad de alquilarla de manera legal durante estos años ha impedido que Messi pudiera sacarle rendimiento económico a la inversión, algo que hubiera sido viable de no existir la problemática urbanística. Por el momento, la villa parece estar «muy parada», según los informes del propio paparazzi, y su futuro depende ahora de las decisiones judiciales y municipales que se tomen en los próximos meses.
Este conflicto pone de relieve la complejidad de construir propiedades de lujo en zonas con estrictas regulaciones urbanísticas, como Ibiza, donde la presión sobre el territorio y la protección del entorno natural obligan a cumplir con normativas estrictas. En el caso de Messi, la falta de cédula de habitabilidad y los problemas derivados de la legalización de su terreno han transformado lo que debería haber sido un refugio de lujo en un auténtico quebradero de cabeza legal y burocrático.