El Real Madrid de baloncesto encara una renovación estival profunda, marcada por salidas de peso y la llegada de nuevos perfiles que, bajo la batuta de Sergio Scariolo, pretenden abrir una nueva era en el club blanco.
Mirando ya a la campaña 2025/26, la entidad asume movimientos decisivos tanto en la cancha como en los despachos, apostando abiertamente por juventud, físico y versatilidad dentro de una transformación de arriba abajo.
El gran golpe de efecto técnico recae en Scariolo, quien firmará su contrato hasta el 30 de junio de 2028 tras el Eurobasket 2025 —del 27 de agosto al 14 de septiembre—. El italiano llega acompañado de un staff de perfil NBA: seis ayudantes de garantías.
Destaca Luis Guil como segundo entrenador. Le escoltan Stefan Ivanovic, que aterriza desde Paris Basketball; Lolo Calín, con ocho años en la casa blanca; Matteo Cassinerio —procedente de Virtus—, Piti Hurtado para el área de scouting y videoanálisis y David Gimeno, que llega desde Joventut.
Así, el club muestra su ambición por la modernización, apostando por la máxima especialización táctica y por una riqueza de recursos casi inédita en el baloncesto europeo.
Sergio Scariolo en un entrenamiento de la Selección.
Europa Press
La llegada de Scariolo y su equipo reconfigura el modelo tradicional del banquillo blanco, planteando una apuesta clara por la polivalencia y el análisis avanzado.
Los despachos también viven su particular revolución: Sergio Rodríguez asimió la dirección deportiva, relevando a Alberto Herreros tras casi dos décadas de trayectoria en esa posición. El Chacho, recién retirado como leyenda blanca en 2024, es el encargado de diseñar el futuro inmediato del club, un futuro centrado en el talento joven y el refuerzo del músculo competitivo.
Cuatro fichajes confirmados
A nivel de plantilla, la actividad en el mercado ha sido intensa y se traduce en cuatro caras nuevas ya confirmadas públicamente. El primero en sumarse fue Théo Maledon, base francés procedente del ASVEL, que firma por dos temporadas tras promediar 17 puntos y 5 asistencias en Euroliga. Su creatividad y verticalidad cubren una necesidad prioritaria en el backcourt blanco.
Junto a Maledon, otro fichaje clave es David Krämer. El escolta alemán llega desde Tenerife con la reputación de ser un tirador fiable y un recurso decisivo para abrir el campo, cubriendo la marcha de Dzanan Musa y aportando frescura a la rotación exterior.
La tercera incorporación es Gabriele Procida, exterior alto y físico, directo desde el ALBA Berlín. Procida fue elegido mejor jugador joven de la Euroliga en 2023 y firma hasta 2028. Puede recibir minutos tanto en la posición de 2 como de 3, añadiendo energía, defensa y proyección al bloque de Scariolo.
Chuma Okeke, presentado con el Real Madrid de baloncesto
Real Madrid
El cuarto refuerzo es Chuma Okeke, ala-pívot estadounidense que aterriza tras su paso por Cleveland Cavaliers. Fichado hasta 2027 y con cláusula de salida a la NBA, Okeke llenará el vacío interior desde la marcha de Guerschon Yabusele, aportando físico, rebote y capacidad para abrir la cancha desde el ‘cuatro’.
El gran movimiento pendiente se focaliza ahora en el fichaje de un escolta anotador de alto perfil. Tras los intentos fallidos por incorporar a Vasilije Micic —fichado por Hapoel— y a Lonnie Walker -de la NBA-, la dirección deportiva del Chacho sigue abierta a nuevos nombres tanto en el mercado europeo como el estadounidense.
Cinco salidas oficiales
En cuanto a las salidas, las cinco bajas ya han sido ratificadas oficialmente, sellando una de las mayores reestructuraciones recientes. Dzanan Musa se marcha como estrella al Dubai BC. Por su parte, Eli John Ndiaye y Hugo González cruzan el Atlántico para iniciar su aventura en la NBA, firmando con Atlanta Hawks y Boston Celtics, respectivamente.
Además, Serge Ibaka cierra su etapa en el Real Madrid tras no renovar, y Xavier Rathan-Mayes ya es oficialmente nuevo jugador de Bayern Múnich. El club ha optado por liberar masa salarial y ganar flexibilidad de cara a nuevas incorporaciones estivales.
Dzanan Musa celebra una canasta
EFE
Todo este proceso configura la nueva hoja de ruta del Real Madrid de baloncesto. Bajo el mando de Scariolo y con la visión de Sergio Rodríguez en los despachos, la sección prioriza el refuerzo del talento joven, sin renunciar a la experiencia que aportan figuras como Mario Hezonja o Walter Tavares.
El objetivo no varía: competir al máximo nivel en ACB y Euroliga, recuperando la ambición que históricamente caracteriza al palmarés blanco.
El desenlace del mercado, a la espera de ese escolta de garantías, pondrá la última piedra en un verano de cambios tan profundos como ilusionantes en la casa blanca. El nuevo proyecto, que combina rigor táctico, especialización y la apuesta decidida por la juventud, quiere proyectar al Real Madrid como el referente del baloncesto continental durante los próximos años.