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Pero en 1998, las Spice se separan. Durante la última gira, Victoria cuenta que estaba embarazada de Brooklyn, que tenía un cubo para las náuseas al lado del escenario y que cada día tenían que cambiar su vestuario, porque su cuerpo estaba cambiando. “No puedo más”, le dijo al mánager del grupo. “No te preocupes”, contestó él. “Sólo tienes que aguantar 102 conciertos más”. Y, tras eso, la nada: “Estaba en lo más alto con la Spice. Éramos como un tornado. Y, de repente, se acabó. Nuestra separación fue un cambio radical para mí. Pasé de ir por el mundo hablando de girl power a ser una mujer casada metida en un piso en Manchester, sin amigos y lejos de la familia. Fue una transición muy difícil”.
El exfutbolista confiesa que podría haberlo hecho mejor: «Mi vida no cambió, porque yo seguí con mi carrera, haciendo lo que me gustaba. Pero para ella todo cambió y confieso que entonces yo no fui consciente de lo duro que fue para ella«. El fin de ese éxito mundial y las constantes críticas que durante años tuvo que soportar en los tabloides y la televisión (algo que David critica abiertamente) “hicieron que la Victoria que yo conocía, la que tenía confianza, la que siempre se reía y que iba por casa en chándal, empezara a desvanecerse”. “Yo quería decirle ‘tómate un descanso y ya se te ocurrirá qué quieres hacer con tu vida’. Pero eso era lo que yo pensaba por dentro. Porque además ella no tiene la paciencia para vivirlo así”.
Pero el acuerdo entre ambos de apoyarse se ve durante todo el documental. Mientras la prensa critica el agujero financiero de la marca Victoria Beckham, cada miembro de la pareja cuenta lo mal que lo pasó al tener que afrontar los problemas. “Me iba a casa con mi pareja”, dice Victoria, “pero también con mi socio”. Y David cuenta que no quería preocupar a Victoria (una constante muy visible en el documental en los momentos de mayor estrés de su pareja), pero que internamente estaba preocupado por las pérdidas millonarias. Aunque su carácter bromista nunca se pierde. “Creo que aporto muchas cosas a la moda de Victoria”, dice durante la preparación de su desfile más importante. “A veces, incluso doy mi opinión”.
Al empresario también se le ilumina la cara cuando tiene que hablar sobre distintas facetas de su mujer: “Llevamos juntos 27 años y sigue siendo tan decidida como cuando la conocí. Tiene otra forma de ver las cosas». Y cuenta que nunca se planteó otra vida: “A mis padres les habría gustado que me echase una novia de Manchester, y a mi entrenador [sir Alex Ferguson, que dirigió al Manchester United durante 27 años] también le habría encantado: una chica de Manchester, que viviese en Manchester, que no quisiera irse nunca de Manchester y que simplemente fuese mi mujer. Pero yo no quería eso. Nunca quise eso”.