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Han pasado quince años desde su estreno y, pese a su discreto paso por cines, este romance adolescente ambientado en los años cincuenta se ha convertido en una de las películas más vistas de Netflix España. Dirigida por Rob Reiner, su reciente resurgir en la plataforma ha devuelto a la conversación una historia tan nostálgica como universal sobre el primer amor.
La cinta es Flipped, estrenada en 2010, una comedia romántica y de maduración basada en la novela homónima de Wendelin Van Draanen. Su narrativa, centrada en los vaivenes emocionales de Juli y Bryce, dos jóvenes vecinos con sentimientos desincronizados, ha conquistado a una nueva generación de espectadores, pues se ha posicionado como una de las películas más vistas esta semana en España, del catálogo de la plataforma de vídeo bajo demanda (VOD).
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A. R.
La película cuenta con Madeline Carroll y Callan McAuliffe como protagonistas y un reparto en el que figuran nombres como Rebecca De Mornay, Anthony Edwards, Penelope Ann Miller o Aidan Quinn. Ambientada en la Norteamérica suburbana de los años cincuenta y sesenta, Flipped retrata la inocencia y la confusión de la adolescencia desde una doble perspectiva: la de ella y la de él.
Ese juego narrativo, heredado directamente de la novela, permite al espectador revivir los mismos acontecimientos desde dos miradas distintas, reforzando el tono íntimo y reflexivo que caracteriza el cine de Reiner. El director, autor de clásicos como Cuenta conmigo o La princesa prometida, combina la ternura del primer amor con el retrato social de una época marcada por las apariencias y las diferencias de clase.
Tráiler de ‘Flipped’. (Rotten Tomatoes)
Aunque en su estreno apenas superó los 4,3 millones de dólares en taquilla frente a un presupuesto de 14 millones, la película ha ganado prestigio con el paso del tiempo. Críticos y espectadores coinciden en señalar su autenticidad y su tono cálido, mientras su fotografía de Thomas Del Ruth y la banda sonora con clásicos de Carole King o Smokey Robinson terminan de envolver a Flipped en una atmósfera de nostalgia atemporal que explica por qué, quince años después, sigue enamorando al público.