Antes, incluso antes de que la Vuelta a España ‘estallara’ en una protesta multitudinaria contra el equipo Israel-Premier Tech, un ciclista de renombre dio un primer paso. Fue el canadiense Derek Gee, uno de los destacados del conjunto, que dijo ‘basta’ y rescindió unilateralmente su contrato a mitad de temporada. Aunque entonces no detalló el motivo, todas las miradas apuntaban a su ‘hartazgo‘ por estar relacionado con Israel en plena masacre de Gaza. Y ahora, meses después, ha dado cuenta de todo en un muy contundente comunicado donde, sin mencionar la guerra, sí da cuenta de la multimillonaria indemnización que le reclama su exequipo.

Derek Gee, ganador de la vuelta española O Gran Camiño y cuarto del Giro de Italia en 2025 entre otros logros, defiende que terminó su contrato con una «justa causa», como es el «derecho» de hacerlo en las «circunstancias existente». Por ello, y tras un pormenorizado análisis, continúa, optó por la rescisión «por seguridad y por mis propias convicciones» que «pesaban severamente en mi conciencia«.

A sus 28 años y en medio de la que era su mejor temporada, el canadiense —compatriota del fundador del equipo, Sylvan Adams— su ruptura no tuvo nada que ver con el dinero. En su comunicado denuncia que «cuando hay problemas humanos de por medio, el dinero se convierte en la clave y no, aquí el dinero no fue la clave». Tanto es así, que se detiene en cuánto arriesgo en su carrera al quedarse sin protección laboral ante una posible lesión. «Pero simplemente ya no podía seguir corriendo para el equipo», del que reconoce entender que lo vean «de manera diferente».

No es únicamente el riesgo de estar sin equipo —ya por entonces se daba por hecha su llegada al potente INEOS—. Para Gee el problema es que ahora se enfrenta a una multimillonaria reclamación del Israel-Premier Tech por incumplimiento de contrato, que llega a 30 millones de euros según apunta, «por no hacer sino el ejercicio de mis derechos fundamentales como profesional y como persona».

Tras insistir en que esto no es precisamente lo que uno sueña cuando llegar a ser ciclista profesional, lamenta que esta demanda choque «con los valores que el deporte busca defender«.

El cierre termina de despejar las dudas del más incrédulo, al reforzarse en su decisión de romper el vínculo con la estructura israelí «a pesar del reciente anuncio del cambio de marca y los cambios estructurales cosméticos«.