FECHA: 2 DE OCTUBRE DE 2025
LUGAR: SALA RAZZMATAZZ (BARCELONA)
PROMOTOR: BRING THE NOISE

La noche del pasado jueves en Barcelona suponía el reencuentro largamente esperado con una de las bandas que definió el sonido del metalcore melódico: Killswitch Engage. Sin embargo, después de más de una década de ausencia en la ciudad condal, su poder de convocatoria no fue el esperado, con apenas media entrada en la sala grande de Razzmatazz. Y eso que el cartel que acompañaba este regreso era un verdadero festín con nombres atractivos como Employed To Serve, Decapitated y Fit For An Autopsy.

El maratón de metal comenzó temprano. Los encargados de abrir la velada fueron Employed To Serve, aunque, lamentablemente, la temprana hora de apertura de puertas hizo que la actuación de los británicos fuera inaccesible para la mayoría del público. Sin embargo, su inclusión en el cartel de la gira dice mucho sobre su creciente relevancia en la escena. Provenientes del Reino Unido, practican un sonido que fusiona el metalcore abrasivo con elementos de hardcore punk y groove metal, caracterizado por una intensidad cruda y la poderosa voz de su frontwoman, Justine Jones. Su presencia en una gira de este calibre confirma que son una de las bandas a seguir si se busca la vanguardia del metal más pesado y cargado de mala leche.

Foto Decapitated: Jaume Estrada

Justo a la hora de mayor afluencia de público llegó el primer golpe de la noche con los maestros polacos del death metal, Decapitated. Su actuación fue una demostración de precisión quirúrgica y contundencia sonora que dejó poco espacio para la respiración. La banda opera en un plano sónico diferente al del metalcore: aquí no hay voces limpias ni grandes coros melódicos, sino riffs milimétricos, cambios de ritmo complejos y una batería que golpea como un martillo neumático. La voz gutural de su nuevo vocalista Eemeli Bodde guió al público a través de un repertorio que fusiona la brutalidad del death metal con el groove moderno.

El set comenzó sin preámbulos, disparando la doble ráfaga de ‘Cancer Culture’ y ‘Just a Cigarette’. La ejecución fue impecable con el pico de intensidad llegando con la trilogía demoledora de ‘Earth Scar’ y la densidad rítmica de ‘Never’. Fue durante el clásico atemporal ‘Spheres of Madness’ cuando el caos organizado se desató por completo. Cerraron su contundente repertorio con la pesadez de ‘Blood Mantra’ e ‘Iconoclast’. Decapitated no solo cumplió su función de telonero: dejó Razzmatazz hirviendo, con el público aturdido y la sensación de haber presenciado una clase magistral de cómo se ejecuta el metal extremo sobre el escenario.

Con el público ya exhausto tras el torbellino de Decapitated, la banda de Nueva Jersey Fit For An Autopsy (FFAA) tomó el escenario para inyectar una dosis de pesadez asfixiante y madurez melódica. Su propuesta, aunque brutal, es más introspectiva y densa que la de sus predecesores, moviéndose en la compleja intersección entre el deathcore y el metal progresivo.

Foto Fit For An Autopsy: Jaume Estrada

El setlist fue una muestra perfecta de su evolución sonora, arrancando con la potencia rítmica de ‘Lower Purpose’ y la oscuridad de ‘It Comes for You’. La banda no busca la velocidad ciega, sino el breakdown demoledor y la atmósfera opresiva. El vocalista Joe Badolato dominó el escenario con una presencia física imponente, su voz gutural tejiendo la narrativa oscura de temas como ‘Red Horizon’ y la claustrofóbica ‘Hostage’. La banda es magistral al alternar la ferocidad con pasajes melódicos y riffs más amplios.

La intensidad se disparó con ‘Pandora’ y el himno ‘The Sea of Tragic Beasts’. La joya del set llegó con la épica combinación de ‘Savior of None / Ashes of All’, una pieza que encapsula su maestría al fusionar ira y emotividad. Con el cierre de ‘Far From Heaven’, Fit For An Autopsy completó la fase de teloneros elevando la apuesta y dejando la caldera de Razzmatazz a su máxima temperatura.

Foto Killswitch Engage: Jaume Estrada

La espera de más de doce años llegó a su fin. Después de la triple descarga brutal de los teloneros, Razzmatazz rugía, y el escenario se oscureció para recibir a los maestros del metalcore. Killswitch Engage salieron disparados al escenario, y la conexión con el público fue instantánea.

El golpe de gracia inicial llegó con ‘Strength of the Mind’, seguida inmediatamente por el himno definitorio de la era Howard Jones, ‘Rose of Sharyn’. La sala estalló en un coro masivo, y en un gesto de comunión total, Jesse Leach no dudó en lanzarse sobre la multitud durante este tema, siendo llevado en volandas por sus fans. La banda no dio tregua, intercalando material nuevo como ‘Reckoning’ y ‘Aftermath’ con clásicos fundamentales como ‘Numbered Days’ y ‘This Is Absolution’. Adam Dutkiewicz, el motor de la banda, se pasó el concierto entre riffs perfectos, sus legendarios saltos de kárate y bromas entre canciones, manteniendo la atmósfera festiva.

El corazón del set fue un viaje nostálgico que satisfizo a seguidores de todas las épocas. La ejecución de ‘No End in Sight’ y la profunda ‘Broken Glass’ mantuvo la intensidad, mientras que ‘The Signal Fire’ demostró que su fórmula de riffs agresivos y estribillos épicos sigue vigente. Leach, con su eterna gratitud hacia el público, pedía incansablemente más participación.

Foto Killswitch Engage: Jaume Estrada

La recta final fue simplemente demoledora, sin un solo respiro. Killswitch Engage ejecutó una batería ininterrumpida de hits. La poderosa ‘The Arms of Sorrow’ y la infalible ‘In Due Time’ prepararon el terreno para el asalto definitivo: ‘This Fire’, seguida de la icónica ‘My Curse’. El set principal culminó con el aclamado himno ‘The End of Heartache’. Sin el tradicional parón dramático, Killswitch Engage se lanzó directamente a la joya final que cerró la noche: ‘My Last Serenade’.

Doce años de ausencia pulverizados en una lección magistral. Killswitch Engage no solo saldaron su deuda con Barcelona, sino que nos recordaron quiénes son los verdaderos jefes. Lástima que tanta gente se saltara la clase.

JAUME ESTRADA