Enrique Cobreros García tiene 61 años y suma un total de 35 como arquitecto. Además, el de Venta de Baños, pero afincado en Valladolid, es el director de AEICE, desde hace 13 primaveras, un Clúster de Hábitat Eficiente integrado por empresas, centros tecnológicos, universidades y otras entidades del sector que buscan innovar en materia de vivienda.

La vivienda es, en la actualidad y según los datos del CIS y otros estudios de 2025, la principal preocupación para la mayoría de los españoles. Su alto precio, la dificultad de acceso, tanto a la hora de comprar como de alquilar, y el excesivo esfuerzo financiero que supone una hipoteca o el citado alquiler son una pesadilla para muchas familias.

Tres vallisoletanos triunfan con la arquitectura como protagonista

“Estamos en una situación de tensión que es muy irregular. Diferente de unos territorios a otros. Hablamos, en general, del problema de la vivienda, pero no es igual en Madrid, Barcelona o Málaga que en Castilla y León. Y dentro de nuestra Comunidad tampoco es lo mismo en Valladolid o Burgos que en el medio rural”, afirma nuestro entrevistado.

Son problemas “muy diferentes” pero es “evidente” que existe una falta de vivienda. El Banco de España, como asegura Cobreros, cifra el “déficit en 600.000”. Dentro de Castilla y León “ciudades como Valladolid pueden estar empezando a sufrir este problema” pero en “Soria o Ávila no lo hay”, apunta nuestro protagonista.

“Hay un grave problema de falta de vivienda asequible, tanto en las grandes ciudades como en núcleos rurales. Eso es un hecho. En Castilla y León hay más de 21.000 demandantes de vivienda y, como mínimo, se deberían construir este número”, afirma el director de AEICE.

El problema viene de esa crisis financiera de 2008 que hizo que “se parara la creación de vivienda, tanto la social como la privada”. Se ha estado 15 años sin construir por lo que hay “un déficit”.

El sector de la construcción, con la crisis citada “quedó a menos de la mitad” y en nuestra región se pasó de “140.000 a 60.000 en el sector”. El construir cayó en picado, pero, poco a poco, se recupera.

En 2006 se hicieron en España más de 600.000 viviendas y el pasado se visaron un total de 127.000. La solución a este problema tardará cinco o seis años. Se coge ritmo, pero no el suficiente”, añade nuestro protagonista.

Este arquitecto, con una amplia y dilatada experiencia, charla con EL ESPAÑOL de Castilla y León sobre la problemática y nos cuenta también cómo está el sector y cuáles son las viviendas del futuro.

Recuperar la construcción y cambiar la normativa

Tenemos que recuperar el sector de la construcción y que haya más vivienda. El sector se tiene que superar y producir más, pero nos encontramos con que no hay suelo finalista. Tenemos que conseguir poner en el mercado este tipo de espacio”, asegura Enrique Cobreros.

Nuestro entrevistado cita a la Ley del Suelo, del año 1956, eso sí, con muchas actualizaciones. Y señala que lo primero que se necesita es “un consenso político para hacer una nueva Ley”. También hace mención a las normativas urbanísticas que, en ocasiones, son para él “un gran escollo”.

Una obra, hablando de un edificio de viviendas medio, puede tardar 12 meses en construirse. Con el proyecto unos 15. Los trámites pueden estar entre los 30 y los 40. Se necesita una flexibilidad. No puede ser que una licencia tarde más que una obra”, apunta.

Enrique Cobreros en la entrevista con EL ESPAÑOL de Castilla y León

Enrique Cobreros en la entrevista con EL ESPAÑOL de Castilla y León

Además, en cuanto a normativa, la exigencia ahora es “muy alta” con el fin de que “los nuevos edificios sean lo más eficientes posibles” y se está apostando más por “la vivienda compacta que por la unifamiliar”.

Viviendas “más saludables”

“La arquitectura se adapta a lo que pide la sociedad. Desde la pandemia no hay vivienda sin terraza. Otro de los aspectos importantes del diseño, con respecto a años atrás, es el tema de la salud. Todas las viviendas, hospitales, colegios y carreteras afectan a la salud de las personas”, explica Cobreros.

El Clúster de AEICE empezó a estudiar esto en 2018. Los compuestos volátiles, la acústica, la térmica y demás afectan a la salud de las personas en su hogar. Ahora, por tanto, se tiene muy en cuenta ese factor salud a la hora de proyectar.

“La eficiencia térmica, la parte de la acústica, la calidad de la iluminación. Ahora, la vivienda es más saludable. Hay un gran número de muertes que se producen por estrés acústico. Afecta a temas neuronales como el alzhéimer. La afección es clarísima y no te digo nada si hablamos del gas radón”, añade.

Desde AIECE, lo primero que tuvieron en cuenta es esa parte energética. Mejorar la eficiencia para después ocuparse de la salud. Los materiales, los asilamientos, la acústica, todo afecta a la hora de vivir en uno u otro lugar.

“Mejores”

Las viviendas que se construyen ahora son mejores. Por definición. Con esa normativa más exigente nos hemos puesto las pilas. Yo empecé con aislamientos de tres centímetros y ahora estamos por encima de los 15”, explica Cobreros.

Al aislamiento se le une la ventilación continua con recuperadores de calor y otras características que hace años no existían y que hacen que “aumenten las prestaciones” para que sean “mucho mejores”.

El arquitecto hace mención también al Plan Vive de Madrid que apuesta por la construcción industrializada offsite. Elementos que son construidos fuera de obra y que son trasladados al lugar para ensamblar.

Cualquier piso que compres en la actualidad cumple una normativa alta. Depende de los gustos, pero lo ideal sería adquirir un edificio colectivo con buena ventilación, aislamiento y que se centre en las energías renovables que es la tónica habitual a día de hoy”, apunta.

Vivienda pública

“Es un mito decir que la vivienda pública es peor. He diseñado muchos pisos protegidos y, antes y ahora, los materiales son los mismos que para una vivienda normal. No hay lujos, eso sí, pero la calidad es media-alta”, asegura nuestro entrevistado hablando de esta vivienda pública.

De hecho, Enrique Cobreros tiene claro que “necesitamos” dar un empujón a este tipo de vivienda porque “En España estamos en un 3% del parque de vivienda social cuando la media en Europa es del 9% o en Austria del 20%”, por poner varios ejemplos.

Recalca, de hecho, la “necesidad de impulsar este tipo de construcción” porque “hemos estado parados 15 años” y puede “regular una parte del mercado y “atender a sociedad más desfavorecida que no puede acceder a una vivienda normal”.

En este especto cita a la Junta de Castilla y León y al Programa Tuya que “está funcionando” y a la labor de Somacyl (Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente) que “va a construir un total de 3.000 viviendas”.

“Necesitamos urgentemente vivienda social”, apunta el director de AIECE.

Rehabilitación

Uno de los problemas graves que tiene España, en lo que a la vivienda se refiere, es el de la rehabilitación de las mismas ya que el 50% del parque está construido en los años 80 por lo que son lugares que cuentan con una calificación energética “mala” de F o G.

“Necesitamos rehabilitar ese parque. No porque se nos haya ocurrido ahora, sino porque la Unión Europea lo exige y nos pide conseguir estos retos. Se traspone a España y de ahí a las Comunidades. Así está escrito en el Plan Nacional de Rehabilitación y en el que se está elaborando ahora”, añade nuestro especialista.

Según el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) habrá que rehabilitar en nuestro país un total de 1.380.000 viviendas hasta 2030 y, desde ahí, el ritmo será de 300.000 al año, cuando, por ejemplo, el pasado curso solo se rehabilitaron unas 50.000.

“Este es un reto de país y tenemos que conseguirlo. El 20% de las familias dice que no consigue calentar su casa de una forma suficiente y eso tiene que ver con la eficiencia energética. Se están dando subvenciones, pero esa no es la solución”, apunta Cobreros.

Desde el Clúster de AIECE se está haciendo un trabajo de análisis para que estas rehabilitaciones tengan el apoyo de los gobiernos utilizando rebajas de IVA, exenciones fiscales y demás.

“La salud y el bienestar de las personas dependen de eso y hay muchas que están viviendo en casas con eficiencia F y G. Se necesita un consenso para apostar por la rehabilitación del parque”, explica.

Enrique Cobreros

La vivienda del futuro

Passivhaus (o casa pasiva) se refiere a un estándar de construcción de edificios de muy bajo consumo energético que consigue un alto confort interior logrando un ahorro de entre el 70 y el 90% respecto a una vivienda convencional. Sus claves son el gran aislamiento térmico, con ventanas y puertas de altas prestaciones, la eliminación de puentes térmicos, la alta hermeticidad y un sistema de ventilación mecánica con recuperación de calor.

“En España y en Castilla y León se están haciendo passivhaus. Se puede vivir con un consumo energético mínimo, salvo en momentos puntuales y con excepciones, claro está. Tienes un gran ahorro en el día a día. Se ahorra mucho en calefacción. En la actualidad son más caras, lógicamente, pero es el futuro”, explica Cobreros.

Hay empresas “muy capaces de construir estas viviendas” en “determinadas condiciones” y “con grandes prestaciones para la sociedad”. El precio, que todos los lectores se lo estarán preguntando, es de entre un “10-20% más caro” que se puede recuperar con los años de ahorro energético.

“Hay compañías que están haciendo viviendas de protección oficial, no unifamiliares sino en edificios colectivos, que son passivhaus. Son edificios mucho mejores. La tecnología lo propicia y tienen mejores materiales”, añade el arquitecto.

Vacía

En Castilla y León hay vivienda vacía. Según lo que nos cuenta el director de AIECE, el Clúster que se ocupa de estar a la vanguardia en materia de vivienda y de asesorar fielmente a sus socios, un total de “70.000”.

“Con que solo 7.000 salieran al mercado sería muy bueno. Además, hay mucha vivienda vacía en el medio rural que es difícil poner en el mercado. Se necesitan soluciones porque esto es un reto de país. No podemos echar la carga de la rehabilitación a los ciudadanos, hay que darles herramientas para mirar adelante”, afirma.

Sin embargo, en los diversos municipios de nuestra Comunidad también cuenta, a la hora de rehabilitar, que las viviendas están ocupadas por personas de avanzada edad que son más reticentes a la hora de afrontar cualquier tipo de obra.

El futuro

Yo soy optimista. Si eres pesimista no vives. Este es un sector que se transforma a marchas agigantadas y que siempre ha respondido bien. Ha sido denostado porque le cayeron todas las culpas de la crisis financiera, que no del ladrillo”, asegura el arquitecto mirando al futuro.

Un sector, el de la construcción, que fabrica y mantiene las casas en las que vivimos, los hospitales que nos curan y las escuelas que nos educan. También las infraestructuras que permiten que nos movamos.

“Este sector no puede estar denostado. Se recupera, avanza y hay un interés público para que el problema de la vivienda se resuelva y mejore. Falta el consenso, pero espero que se consiga en algún momento”, finaliza Cobreros.