La mejor forma de salir de una decepción monumental como la sufrida la madrugada del lunes en Washington (la segunda ocasión de esta campaña … en el que dilapida una final medio ganada) es con tenis. Con más tenis. Alejandro Davidovich se subió en un vuelo privado junto a su verdugo, Alex de Miñaur, y ya piensa en nuevas metas en el Masters 1.000 de Toronto, en el que fue semifinalista en 2023 y que ha empezado con muy buen pie, rindiendo a la mejor versión de siempre de Corentin Moutet (46º), por 6-4 y 6-3 en poco menos de hora y media.

Alejandro Davidovich derrota a Corentin Moutet (46º) por 6-4 y 6-3, en 1 hora y 28 minutos, en la segunda ronda del Masters 1.000 de Toronto

  • ‘Aces’:
    4/2

  • Dobles faltas:
    3/5

  • Primeros saques dentro:
    60/57%

  • Puntos ganados con primer saque:
    74/53%

  • Puntos ganados con segundo saque:
    36/43%

  • Puntos de ‘break’ convertidos:
    5-6/2-10

  • ‘Winners’:
    25/8

  • Errores no forzados:
    35/20

  • Total de puntos ganados:
    64/52

El malagueño, con la ausencia por lesión del búlgaro Dimitrov, ha escalado otro puesto más en el ‘ranking live’ y presume de su decimoctavo lugar en el ATP Ranking, una situación de privilegio que define la excelencia de su tenis. Fue así como tumbó a su amigo Moutet, que acudió con asiduidad a entrenarse en la Costa del Sol en pretemporadas antes de que su anfitrión se asentara en Montecarlo.

Su talento y carácter díscolo a veces les acerca como tenistas. En especial Moutet es casi una versión gala y de nuestro siglo de John McEnroe. No se sabe si es realmente así o ejecuta un rol, con sus desaires, histrionismo y mal perder. De la misma generación que Davidovich (fueron rivales ya desde júniors) ha empezado a tener regularidad y a asentarse en el ‘top 50’. Tiene una habilidad enorme con la raqueta para imprimir efectos diabólicos y ejecuta muchos golpes cortados, pero su condición de zurdo no fue un problema para Davidovich, con un seis de seis de victorias ante ellos este curso.

Con todo Davidovich entró algo lento de piernas al partido, pero salvó un delicado 15-40 en el cuarto juego, con cuatro puntos seguidos, y aprovechó en el noveno su único ‘break point’ para definir el primer set, en el que estuvo muy fino con primeros (89% de puntos ganados), y no tanto con segundos.

Desde el 4-4 entró en ebullición al tiempo que Moutet perdió el hilo del partido. Jugó un muy mal juego en el arranque del segundo set, y por momentos a Davidovich le salía todo entonces. Para el recuerdo de este partido queda una especie de volea-dejada del rinconero cortando la bola y dándole un efecto diabólico para regresar a su pista tras botar en la contraria. De buen rollo, el francés se acercó a felicitar a su rival. Y es que fue un duelo muy decantado por las subidas a la red del costasoleño (22/26 frente a 5/9 del galo) y no tanto desde el fondo, donde Moutet fue superior (31/19) en 50 ‘rallies’ más o menos largos.

En un santiamén Davidovich se colocó dos ‘breaks’ arriba, con 3-0, tras lo que se relajó o bajó sus prestaciones. El partido entró en una fase de errores, y al pupilo de Felix Mantilla, ausente en este gira, casi se le va toda la ventaja, pues sirviendo con 4-3 tuvo que salvar cuatro bolas para el empate. Así se acabó la resistencia de Moutet, un tipo que tan pronto se gira mientras saca para reprender a unos espectadores que estaban hablando, como suelta improperios o gritos tras ceder puntos que hacen sonreír al respetable.

Ahora Davidovich, que quiere más y parece seguir inspirado, espera este viernes al checo Jakub Mensik (17º), al que gana por tres a uno en el cara a cara, con victorias en los duelos más recientes, dos este 2025, en dos mangas en Eastbourne y remontando dos sets en contra en el Abierto de Australia.