Durante varios meses, el futuro de Franco Colapinto en la Fórmula 1 fue una mezcla de rumores, apuestas y silencios estratégicos. Hoy, esa historia está a punto de cambiar. Aunque el Gran Premio de Singapur no trajo milagros, con un discreto 16.° puesto, lo que realmente importa ocurrió fuera de la pista. Las piezas ya están casi todas sobre la mesa, y el próximo movimiento de Alpine podría definirlo todo: el destino del piloto argentino se resume a una decisión que está a punto de caer.
Un rendimiento que trasciende el resultado
En este contexto, correr con el Alpine A525, considerado como el peor auto de la parrilla actual, no impidió que Colapinto volviera a destacarse por sobre su compañero de equipo, Pierre Gasly. Lo superó en clasificación por cuarta vez en cinco carreras, y también cruzó la bandera a cuadros por delante, algo que logró en tres de las últimas seis fechas.
Asimismo, el piloto argentino mostró nuevamente su capacidad de largada, ya que ganó tres posiciones en los primeros metros, superando a Gabriel Bortoleto, Lance Stroll y Yuki Tsunoda con maniobras agresivas pero limpias. No obstante, la estrategia del equipo de arrancar con neumáticos blandos en una carrera sin incidentes le jugó en contra. La degradación temprana le quitó ritmo en el último tercio, y acabó cayendo a la posición de partida.
Una carrera sin milagros ni sorpresas
La escudería francesa apostó por una estrategia que dependía casi exclusivamente de un safety car, es decir, de un coche de seguridad, o de una bandera roja que nunca llegó. El clima, con una temperatura más baja por la lluvia previa, empujó al equipo a montar los compuestos más blandos para la largada. La idea era bastante clara: ganar ritmo inicial y esperar una neutralización que les permitiera cambiar gomas sin perder tiempo. No obstante, esto no ocurrió.
Asimismo, Franco Colapinto hizo su única parada en la vuelta 15 y calzó neumáticos medios. Mientras tanto, Pierre Gasly, con otra estrategia, paró dos veces y en la vuelta 52 se le colocaron blandos nuevos, con los que marcó la mejor vuelta personal. En cambio, el argentino había registrado su mejor vuelta apenas salió de los boxes.
En este sentido, sin neutralizaciones ni sorpresas, y en un circuito donde los adelantamientos son escasos, todo se resolvía en los boxes. Franco Colapinto llegó a estar en el puesto número 12, pero con el desgaste de sus ruedas cayó nuevamente a la posición 16 en las últimas vueltas de la carrera en Singapur.
De menos a más: experiencia contra frescura
Mientras Pierre Gasly suma 171 carreras en la Fórmula 1 y lleva tres temporadas en la escudería Alpine, Franco Colapinto apenas acumula 21 Grandes Premios en la Máxima. El francés conoce el auto, participó de la pretemporada y tiene un equipo que lo respalda desde hace varios años. Aun así, el argentino lo ha igualado en el mano a mano: 6 a 5 clasificaciones y una creciente paridad en carreras.
En este sentido, el camino de Franco en Alpine no fue nada fácil. Tuvo que adaptarse sobre la marcha, sin pretemporada y con errores estratégicos del equipo que afectaron su rendimiento en citas claves como España, Gran Bretaña y Hungría. Sin embargo, su actitud fue siempre profesional, sin críticas públicas y con el foco puesto en seguir mejorando.
La resiliencia de un piloto hecho a pulmón
Asimismo, la historia de Franco Colapinto no es solo deportiva, sino que también es emocional. Desde aquella temporada en la Fórmula 4 donde su padre financió vendiendo una casa, hasta correr lesionado en la Fórmula 3 para asegurar presupuesto, el bonaerense se ha forjado bajo una presión constante. Y hoy, esa fortaleza vuelve a marcar la diferencia una vez más.
El joven argentino supo manejar la presión cuando Alpine le comunicó que su continuidad sería evaluada carrera tras carrera. Siguió enfocado, incluso cuando sufrió accidentes por errores propios, como en Imola, Silverstone y Bakú. Aprendió, se adaptó y se mantuvo en pie.