París (EFE).- El presidente de Francia, Emmanuel Macron, volvió a nombrar este viernes a Sébastien Lecornu, quien había dimitido el pasado lunes, como primer ministro, tras una jornada de negociaciones para sacar al país del bloqueo político en el que se encuentra.
El fiel político macronista, de 39 años, había presentado su renuncia al considerar que «no se daban las condiciones» para seguir en el cargo, al que había llegado el pasado 9 de septiembre después de que el centrista François Bayrou perdiera una moción de confianza.
Tras confirmarse su nombramiento, Lecornu dijo que «hay que terminar con la inestabilidad política que daña la imagen de Francia y sus intereses» y aseguró que su equipo de Gobierno estará formado por personalidades que no tengan ambiciones para las presidenciales de 2027.
«Haré todo lo que esté en mi mano para dotar de un Presupuesto a Francia hasta finales de año y para responder a los problemas de la vida cotidiana de nuestros compatriotas», declaró Lecornu en redes sociales.
El mandatario francés había descartado el adelanto de las legislativas, tras reunirse con los líderes de los principales partidos moderados del país, un encuentro en el que los líderes de la izquierda mostraron su profundo descontento porque el primer ministro no será nadie de su campo como reclamaban.
Cronología de la crisis
La segunda oportunidad a Lecornu pone fin a una semana trepidante, que comenzó el pasado domingo, cuando el primer ministro eligió a un Gobierno muy continuista, que generó rencillas internas.
El lunes por la mañana Lecornu presentó su dimisión, pero Macron le encargó sondear las opciones de generar una mayoría que evitara el adelanto electoral.
El presidente francés, Emmanuel Macron. EFE/EPA/RADEK PIETRUSZKA/ Archivo
El miércoles, el primer ministro en funciones le aseguró a Macron que esa opción era mayoritaria y le recomendó nombrar un nuevo primer ministro, al tiempo que señaló que su misión estaba «acabada».
Pero dos días más tarde, el presidente no ha encontrado otra opción mejor, a pocos días de tener que presentarle al Consejo de Ministros el presupuesto para 2026, la prioridad del Ejecutivo.
Reclamos por el primer ministro
Macron reunió este viernes en el Elíseo a los grupos moderados, descartados la ultraderecha de Marine Le Pen y el grupo izquierdista de Jean-Luc Mélenchon.
El primer secretario socialista, Olivier Faure, se quejó de que Macron no les ha dado «ninguna respuesta clara» en los puntos que le han pedido, como una renuncia a la aprobación de leyes por decreto o a la suspensión de la reforma de las pensiones, y advirtió sobre la posible censura del primer ministro que pueda nombrar.
Representantes de los partidos de izquierda franceses llegan al Palacio del Elíseo para reunirse con el presidente francés Emmanuel Macron en París. EFE/EPA/Teresa Suárez
En una línea similar, la líder de los ecologistas, Marine Tondelier, denunció que, a la vista de lo que han escuchado en reunión, para el presidente «nombrar a un primer ministro ecologista o de izquierdas no es su opción».
Al término del encuentro, el presidente aseguró que existían opciones de consenso y optó por mantener a su fiel colaborador al frente del Ejecutivo.
En la reunión también participaron los principales responsables del macronismo, los antiguos primeros ministros Édouard Philippe y Gabriel Attal, y los líderes del partido de la derecha tradicional Los Republicanos, Bruno Retailleau y Laurent Wauquiez.
Lecornu se comprometió a formar un Gobierno que «encarne la renovación y la diversidad de competencias», formado por figuras que no tengan ambiciones personales para las presidenciales de 2027.
Lo que viene para Lecornu
Su primera misión será mantener unida a la alianza macronista, cada vez más crítica con el presidente y en la que algunos de sus componentes se oponen a renunciar a la reforma de las pensiones.
Además, Lecornu tendrá que convencer a la derecha moderada, cuyos votos son importantes para conseguir una mayoría de supervivencia, pero cuyo presidente, Bruno Retailleau, actual ministro del Interior en funciones, toma distancias con el macronismo.
En tercer lugar, deberá buscar el apoyo de la izquierda, en particular de los socialistas, cuyos 66 diputados son esenciales para conformar una mayoría, pero cuyos líderes exigen retirar la reforma de las pensiones.
La tarea de Lecornu aparece más compleja de la que tenía sobre la mesa hace una semana, con la amenaza de una moción de censura de Le Pen y Mélenchon.