Las cartas ya están echadas en la opa hostil de BBVA sobre Banco Sabadell. A las 12 de esta pasada noche terminó el periodo de aceptación de la operación y ahora solo queda esperar al resultado definitivo de la oferta, que se dará … a conocer por parte de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el próximo 17 de octubre.

La opa ha llegado a su fin tras 17 meses de procedimiento en el que han intervenido todo tipo de actores y que se ha politizado desde el minuto uno; el papel más agresivo lo ha protagonizado el Gobierno de Pedro Sánchez, que ha vetado durante al menos tres años la fusión posterior en caso de que triunfe la opa.

En otros procesos en que hay accionistas de control el resultado puede llegar a intuirse cuando acaba el periodo de aceptación pero en este caso, al no existir un grupo de accionistas que manejen el Sabadell, todo está en el aire; algo más del 40% son pequeños accionistas y el resto son de los considerados institucionales o profesionales. Y aunque cada una de las entidades trata de transmitir ideas contrapuestas sobre cómo ha ido todo, la realidad es que ahora se enfrentan a una semana de plena incertidumbre con consecuencias de calado.

Tal como están ahora las condiciones de la oferta, BBVA solo considerará que ha triunfado con su propuesta y ejecutará el resultado si logra más del 50% del derechos de voto del Sabadell, pero hay alternativas. Si se queda por debajo, entre el 30 y el 50%, el banco vasco tendría dos opciones: desistir o conformarse con menos de la mitad de la entidad catalana. En caso de querer seguir adelante con entre el 30 y el 50% del accionariado, BBVA estaría obligado a lanzar una segunda opa en dinero en efectivo y eso entraña riesgos.

Sobre esa posible segunda opa ha girado buena parte del discurso en los últimos días. Los analistas creen plausible que BBVA solo logre entre el 30 y el 50%, decida seguir adelante y tenga que lanzar otra oferta en efectivo. El problema aquí radica en el precio. El Sabadell ha dicho en los últimos días que probablemente el precio tendría que ser mayor al de la opa actual y que, por tanto, podría tener sentido esperar; el BBVA, en cambio, ha señalado que el precio tendría que ser el mismo.

Para atajar esas posiciones opuestas, la CNMV decidió actuar a mediados de semana para aclarar la situación. Por un lado, advirtió a BBVA y Sabadell para que no confundan al mercado con sus pronunciamientos; por otra, confirmó que el propio supervisor bursátil fijará los criterios en base a los que debe establecerse el precio de una segunda opa. Ese mismo día 17 se conocerá, entonces, el resultado de la primera oferta, la decisión de BBVA si logra menos del 50% del accionariado y cómo sería el precio de una hipotética segunda opa.

La CNMV fijará los criterios para determinar el precio equitativo de una hipotética segunda opa

Con todo, el presidente del BBVA, Carlos Torres, ayer quiso dejar claro que «nunca» existiría una segunda opa a un precio distinto que el de la oferta actual. «Esa segunda opa nunca sería un precio distinto que la primera porque nunca renunciaríamos a la condición si el precio no fuera el mismo», aseguró en una entrevista en Radio Nacional de España, añadiendo así más presión al proceso.

Pese a ello, en el banco vasco creen que lograrán superan ampliamente el 50% de los derechos de voto y no será necesario abrir ese melón. Consideran que tienen un respaldo mayoritario entre los grandes fondos, lo cual les daría un porcentaje relevante, aunque necesitarán también el apoyo de una parte de los pequeños accionistas.

El Sabadell, en cambio, es más de la posición de que probablemente los vascos apenas alcancen el 30% del accionariado, o menos. Basan su posición no tanto en la postura de los institucionales sino en la de los minoritarios, de los que sí que disponen datos de aceptación ya que la mayoría de ellos tienen depositados sus títulos en el propio Sabadell.