“Es frecuente escuchar el comentario sobre que es mejor no conocer en persona a tus héroes en persona porque te acaban decepcionando, pero Bruce superó cualquier expectativa que tuviera sobre él”, asegura Scott. “Es increíblemente generoso y humilde: la guitarra de mi hija Stella se quemó en el incendió, él se enteró de ello y decidió enviarle personalmente una de las suyas. Hemos vivido en su casa mientras intentábamos salir adelante… Mientras escribía el guion, él se mostró completamente abierto y vulnerable hacia mí. Solo el hecho de caminar junto a Bruce Springsteen, alguien cuya música me ha conmovido, y poder examinar desde cerca su alma y su arte, ha supuesto una de las experiencias creativas más profundas de mi vida”.

Esa deuda ya parece saldada con la película en sí, a juzgar por las reacción de Springsteen después de verla.

“Cuando Bruce vio la película por primera vez, salió del cine llorando”, asegura Cooper. «Estaba visiblemente conmovido, me dio un beso en la mejilla y me abrazó durante un momento que pareció que iba a durar para siempre. Me dijo al oído: ‘Menudo regalo”.

“Vio la película entonces con sus dos hermanas [Virginia y Pam], y también la ha visto con su mujer, Patti, con sus tres hijos, con los miembros de la banda, con sus amigos íntimos… Ha visto la película como 10 u 11 veces, y creo que la seguirá viendo”, continúa el realizador.

Para conocer la recepción del público habrá que esperar al estreno en cines el 24 de octubre (y algo más para ver si se cuela en los grandes premios cinematográficos; de momento, Jeremy Allen White está entre los favoritos en las quinielas para estar entre los cinco nominados al Oscar a mejor actor), pero, cuando menos, el filme contribuirá seguro a reforzar aún más el legado y el impacto de Nebraska, algo que no ha disminuido con el paso del tiempo, como enfatizan tanto White como Cooper.

“Hay mucha furia en ese álbum, hay también muchos interrogantes, mucha confusión. Hablamos de personas que viven en los márgenes y actualmente hay una epidemia de soledad, hay mucha gente que se siente que vive al margen de todo, que todavía persigue esa idea del sueño americano, pero que cada vez se sitúa más lejos de su alcance, sea lo que sea que signifique esa idea”, destaca el actor. “Solo el hecho de poder proveer para tu familia o perseguir la felicidad son objetivos cada vez más complicados y este álbum trata sobre este tipo de personas, cuenta sus historias, pero también crea un espacio para ellas. Es un disco que contiene mucha empatía, lo que es una de las muchas razones que explica por qué la música de Bruce conecta con nosotros y nos invita a vivir nuestra vida con una mayor comprensión. Hay mucha esperanza en ella y yo también tengo mucha esperanza para nosotros como estadounidenses”.

“La historia, al menos en Estados Unidos, tiende a repetirse constantemente. Bruce es inherentemente político, no desde un sentido de partido, pero sí en uno espiritual y humano”, subraya por su parte el realizador. “Escribe sobre asuntos con un trasfondo político, como la desilusión presente en Estados Unidos, la fatiga moral, la decadencia espiritual que estamos experimentando, el sentimiento de soledad en los hombres… El anhelo de alcanzar el sueño americano para luego quedarse corto. Él compuso ese álbum en 1982 y no puede ser más relevante hoy en día”.