Diane Keaton será siempre, para muchos, la compañera de Woody Allen en la época dorada del cineasta neoyorquino. Con él hizo ocho películas, entre ellas ‘Annie Hall’ (1977), con la que la actriz consiguió el Oscar, y fue su pareja durante … unos años a principios de la década de los setenta. Diane Keaton ha fallecido en California a los 79 años, según ha comunicado su familia a la revista ‘People’. No se han facilitado más datos sobre su muerte. Mujer de fuerte personalidad, fue en sus comienzos un ejemplo para el feminismo, gracias tanto a sus personajes como a su particular manera de vestir, siempre desacomplejada. Trabajó, además de con Allen, con Francis Ford Coppola, Warren Beattty, Alan Parker, Joel Schumacher, Robert de Niro o Paolo Sorrentino, y ella misma probó suerte en el campo de la dirección con dos trabajos: ‘Héroes a la fuerza’ (1995) y ‘Colgadas’ (2000).
Diane Keaton nació el 5 de enero de 1946 en Los Ángeles; su nombre real era Diane Hall. Creció en una familia de clase media en la localidad californiana de Santa Ana. Desde joven mostró interés por las artes escénicas, influenciada por su madre, Dorothy Deanne Keaton, una fotógrafa y escritora aficionada que fomentó su creatividad. Se trasladó a Nueva York, donde participó en el polémico y exitoso musical ‘Hair’ (1968).
Una trayectoria por todos los estilos
Su siguiente trabajo teatral le cambiaría la vida. Fue la obra ‘Play it Again, Sam’ (1969), una comedia escrita y protagonizada por Woody Allen, un joven que empezaba a despuntar como autor en Broadway. En una entrevista, Diane Keaton dijo de Allen: «Era tan gracioso, tan rápido. No podía creer lo brillante que era con las palabras. Me hacía reír constantemente, pero también me intrigaba porque era muy reservado». El cineasta, por su parte, habló siempre maravillas de la actriz, que le defendió incluso cuando Allen tuvo problemas por las acusaciones de Mia Farrow. «Diane tenía esta energía increíble, una especie de torpeza encantadora que era perfecta para la comedia, pero también una profundidad que la hacía real. No actuaba, simplemente era ella misma».
Diane Keaton y Woody Allen trabajaron juntos en ocho películas: ‘Sueños de seductor’ (1972, dirigida por Herbert Ross pero escrita por Allen), ‘El dormilón’ (1973), ‘La última noche de Boris Grushenko’ (1975), ‘Annie Hall’ (1977), ‘Interiors’ (1978), ‘Manhattan’ (1979), ‘Días de radio’ (1987) y ‘Misterioso asesinato en Manhattan’ (1993). Por ‘Annie Hall’, Diane Keaton logró el Oscar a la mejor actriz; Woody Allen dijo entonces de ella: «Annie Hall era Diane en muchos sentidos. Su manera de hablar, su estilo, su sentido del humor. Ella le dio al personaje una vida que no estaba en el guion».
A finales de los años setenta y principios de los ochenta, Keaton quiso alejarse de la imagen que ofrecían sus papeles al lado de Woody Allen y encontró el vehículo perfecto en ‘Reds’ (1981), una película dirigida por Warren Beatty –con quien tendría un romance–; en ella interpretó a Louise Bryant, una periodista y feminista de principios del siglo XX, y su trabajo le valió otra nominación al Oscar.
Siguieron después películas como ‘La pequeña tamborilera’ (1984), ‘Mrs. Soffel’ (1984) ‘Crímenes del corazón’ (1986), ‘Baby Boom’ (1987), ‘La buena madre’ (1988), ‘El Padrino (II)’ (1990), ‘El padre de la novia’ (1991), ‘Vuelve el padre de la novia’ (1995), ‘El club de las primeras esposas’ (1996), ‘La habitación de Marvin’ (1996), ‘Aprendiendo a vivir’ (1999), ‘Cuando menos te lo esperas’ (2003), ‘La joya de la familia’ (2005), ‘Tres mujeres y un plan’ (2008), ‘Morning Glory’ (2010), ‘La gran boda’ (2013), ‘Así nos va’ (2014), ‘Hampstead’ (2017), ‘Mejor que nunca’ (2019) o ‘Amor, bodas y otros desastres’ (2020). En todas ellas mostró su talento innato, su naturalidad, su capacidad de comunicación y su facilidad para transitar por los estilos más diferentes, desde la comedia hasta el drama.
Lo más real posible
«Nunca me consideré una gran actriz en el sentido técnico –dijo en una ocasión–. Solo trato de ser lo más real posible, de encontrar algo en mí que conecte con el personaje. A veces, eso significa simplemente ser yo misma, con todos mis defectos. No soy de las que estudian un personaje durante meses. Me lanzo, trato de entender quién es esta persona en el momento, y dejo que las cosas fluyan. A veces funciona, a veces no».
En Hollywood, el impacto de Diane Keaton ha ido más allá de sus películas, aunque los personajes que interpretó en sus inicios, alejados de los estereotipos femeninos, mujeres a menudo independientes y complejas, fueron una inspiración para muchas compañeras. «No me veo como una gran estrella –dijo en una entrevista en el año 2016–. Solo he tratado de hacer un buen trabajo, de encontrar personajes que me hagan sentir algo. Si he tocado a alguien con mis películas, eso es más que suficiente».