¿Cómo ves el estado del baloncesto en la provincia?
El baloncesto de Huesca no está en su mejor momento ni en número de equipos ni en número de jugadores. Se ha producido el crecimiento de otros deportes y un cambio en el ocio de la gente joven… No es un problema solo del básquet, sino de todos los deportes. La forma en la que los niños se divierten ahora es diferente. Hay menos calle y menos deporte.
¿Qué se puede hacer para tratar de revertirlo?
Es muy difícil porque ya no es cosa solo del deporte, es del ocio. Una problemática grave es que tenemos falta de entrenadores. Ahora en la provincia hay poca gente joven que le dedique todo el tiempo necesario para formarse como entrenador. La formación de los entrenadores tiene que mejorar y tenemos que intentar tener mejores entrenadores. Eso es muy importante y luego todostenemos que pensar, a nivel nacional, si estamos vendiendo bien el producto del baloncesto.
¿Cómo es trabajar en un club en un lugar pequeño, como Graus?
Al haber muchos menos niños tienes que mezclar edades y es complicado. Pero en estos pueblos pequeños los niños están más en la calle, tienen más habilidad porque han jugado más al aire libre, han corrido más y se dejan llevar más. En mi caso, son gente muy noblota y muy trabajadora y entrenan muy duro. La verdad, es una gozada.
¿Y es duro funcionar como club?
El día a día de un club como nosotros es muy complicado. Tiene mucho mérito que tengamos cada año entre 50 y 60 jugadores ahí jugando básquet. Hemos tenido que abrirnos un poco a la comarca e intentar ofrecer baloncesto en otros pueblos para sacar cantera y poder tener equipos.
¿Hay suficientes instalaciones deportivas en general?
Nosotros en Graus tenemos la suerte de tener un pabellón que es de lo mejor de la provincia: tres pistas, este año hemos puesto parqué. Eso nos facilita mucho el trabajo. En Huesca quizá vamos un poco justos. Huesca tiene muchos pabellones, pero muchos clubes no tienen el sitio para entrenar. Quizá estamos en un momento en el que hacen falta pabellones o más espacios para practicar deporte.
¿Cómo se puede encauzar a los chavales hacia el deporte?
En los últimos años en la adolescencia están muy concienciados con su físico y ha crecido mucho el tema del gimnasio y de hacer ejercicio para verse bien y eso ha hecho que pierdan interés por un deporte reglado. Hay que empezar desde muy pequeños en los colegios e intentar engancharlos. También el número de actividades extraescolares ha crecido mucho y dificulta mucho los horarios para que los niños le dediquen el tiempo necesario a una actividad deportiva.
¿Falta tiempo?
El tema de sacarlos a la calle, de que hagan deporte, de que no estén tanto con el móvil, pues es un problema que hay que atajarlo desde muy pequeños, pero evidentemente es un rival durísimo para nosotros. Es completamente imposible pelear contra eso.
¿Ves accesible económicamente el deporte?
Hay dos variables. Una, históricamente el deporte no se valora económicamente. Es decir, a una familia pagar 60 euros porque su hijo juegue al baloncesto le puede parecer mucho, pero a lo mejor lo lleva a inglés y paga 120. No se valora lo suficiente la figura del deporte como herramienta educativa que puede ayudar a tu hijo a adquirir unos valores muy importantes. Pero también echo de menos apoyos gubernamentales serios para que podamos ofrecer ese deporte a través de becas o convenios y podamos tener más niños becados sin tener que cobrarles.
¿Cómo ves Huesca para vivir?
Yo que he podido vivir en República Dominicana, en varias ciudades de México, en Logroño, en Barcelona, en Lleida y que me he movido mucho, creo que Huesca es una ciudad fantástica para vivir. Siempre me ha gustado mucho vivir en Huesca, creo que es una ciudad muy tranquila, donde todavía puedes criar una familia tranquilo. Está todo cerca, tenemos de todo y lo que no está aquí, pues lo tenemos a mano.
¿Y si tienes que elegir un sitio de la provincia?
Tengo que elegir Graus. Ya no solo por el cariño que le tengo, sino porque creo que es un sitio que es muy accesible desde Huesca, que tiene cerca la alta montaña, es un pueblo muy bonito, con mucha historia, con una buena gastronomía y creo que es un pueblo precioso. Y evidentemente se ha convertido en uno de mis lugares favoritos de aquí, Y, en general, hay que disfrutar de la provincia y de cualquier sitio de los Pirineos, con paisaje, tranquilidad y gastronomía. Tenemos una provincia espectacular.