Por sorpresa, el torero Morante de la Puebla se retiró como torero por la puerta grande. En una plaza tan icónica como la de Las Ventas, el de La Puebla del Río se dirigió al centro del ruedo para, sin que el público se lo esperara, cortarse la coleta después de cortarle dos orejas a su último toro.
Del Morante de la Puebla torero se han escrito miles de líneas ensalzando sus virtudes profesionales, pero su vida personal no es tan conocida. José Antonio Morente Camacho se casó por primera vez en 2005 con Cynthia Antúnez. Juntos tuvieron su primer hijo, pero el matrimonio se terminó antes de lo esperado, en 2008. El joven, ya mayor de edad, es futbolista en la cantera del Betis.
Dos años más tarde, el torero volvió a contraer nupcias con Elisabeth Garrido, aunque en esta ocasión la ceremonia fue mucho más familiar. De esta unión nacieron María y Lola, las otras dos hijas del diestro, y un bar de copas de nombre La Capilla que es uno de los puntos emblemáticos del municipio.
Salud mental
Morante ha sido uno de los pocos toreros que han expresado abiertamente tener problemas de salud mental desde prácticamente el principio de su carrera. Con 22 años, los médicos le diagnosticaron un trastorno disociativo consistente en que separa sus emociones de su cuerpo. “Es una enfermedad muy triste y dolorosa”, contó en una entrevista.
En una entrevista en ‘ABC’ contó que ha recibido terapias de electroshock, un método poco convencional y bastante invasivo que precisa de anestesia general y que le provoca amnesia transitoria. Además, diversos cuadros depresivos le han provocado en otras ocasiones dejar el toreo: la última en 2024.
“Todo esto lo hago por el toreo. Podría estar más tiempo con otro tipo de tratamiento, pero tenía confianza en este, aunque fuera más agresivo. Creí que era el más rápido y, para la temporada, el tiempo mandaba”, explicó sobre el electroshock. Además, se ha erigido como un defensor de normalizar el ir a terapia. “La visita al psiquiatra se debe normalizar como el que va a un fisio o a un médico general. Le cuentas tu problema, cómo es el día, la noche y te manda un tratamiento”.
Durante este proceso, Morante confesó haber pensado numerosas veces en el suicidio. “He pensado en la muerte como alivio, pero no me lo puedo permitir porque tengo una familia y una responsabilidad”, declaró. Además, en la entrevista se mostraba orgulloso porque, a pesar de la desgracia de la enfermedad, “fue capaz de remontar”.
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