No hubo sorpresas. En un abarrotado auditorio que ejerce como consistorio provisional de Ribeira, la moción de censura liderada por la popular Mariola Sampedro ha recibido el apoyo de los 10 concejales de su partido y tres del Partido Barbanza Independiente (PBBI), una escisión … del PP que, en un movimiento no entendido por muchos, en 2023 dio el bastón de mando al nacionalista Luis Pérez Barral.

El primer alcalde ribeirense del BNG ha entregado su bastón de mando a la primera alcaldesa de la democracia de la capital barbanzana en un pleno que se han encargado de calentar las decenas de personas presentes en el público. «Hemos venido a apoyar al alcalde» saliente, comentaban algunos, otros a «la [nueva] alcaldesa Mariola».

Quienes han apoyado la moción, han entrado juntos, primero, precedidos por Sampedro, ovacionada por los suyos entre gritos de ‘alcaldesa, alcaldesa’, pero también con algunos ‘corruptos’ y ‘traidores’ de fondo por los partidarios de Pérez Barral. El ya exregidor entró, también con sus aplausos y sus gritos de ‘alcalde, alcalde’, liderando la comitiva de los que no apoyaron la censura, entre los que se incluyen, como estaba previsto, Tania Redondo y Juan Luis Furones, ahora concejales no adscritos, antes del PBBI, que se desmarcaron.

Al encargado de leer la moción le ha costado hacerlo de manera continuada, entre risas y exabruptos de los partidarios del alcalde nacionalista. Más difícil aún fue para Sampedro leer su discurso como candidata, en el que aseguró que detrás de la moción «no hay ambiciones personales, ni cálculos partidistas», sino «un compromiso con los vecinos de Ribeira, porque gobernar Ribeira no puede ser gobernar solo para unos pocos».

Sampedro reivindicó los más de 5.000 votos obtenidos en las elecciones por el PP y recordó que en 2023 «acataron con deportividad las reglas de la democracia» por las que, a pesar de haber quedado cerca de la mayoría absoluta, la suma de «tres partidos les desplazó a la oposición».

Pérez Barral, a continuación, fue más interrumpido por los suyos que por los otros, para jalearle, acompañándole con gritos y aplausos en su discurso en el que fue señalando a los tres concejales del PBBI que apoyaron la moción. «Si miran sus rostros verán las caras de la traición», espetó. En la cara de Sampedro dijo ver la «corrupción» y la acusó de coaccionar a los partidarios de la censura.

Antes, el ya exalcalde cargó contra una moción «sin ningún motivo objetivo, que solo responde a intereses partidistas de dos partidos e intereses particulares de los concelleiros y concelleiras que la suscriben«. »Si tuviera algo de dignidad, retiraría esta moción de censura«, añadió Pérez Barral.

La ahora concejala no adscrita Tania Redondo, que primero firmó la moción y después se retractó, aprovechó su turno para reivindicar lo hecho hasta ahora: «Impulsar Ribeira hacia un cambio positivo, que pusiera por delante los intereses de la ciudadanía por delante de los partidistas». «Solo deseo que las personas que se incorporan ahora lo hagan con la misma voluntad» de «trabajar para Ribeira» y «no para unas siglas políticas».

Juan Luis Furones, que venía de Ciudadanos y no apoyó la moción desde el principio, optó también por reivindicar logros y recordar que «según la ley de normalización lingüística, Ribeira se escribe con B», una polémica avivada recientemente por Pérez Barral al decidir quitar de la ciudad los carteles en los que la B y la V se fusionaban en forma de corazón, buscando el consenso. Terminó con el manido «venceréis, pero no convenceréis» de Unamuno, al que le añadió un «dignidad». Le siguió el portavoz del PSOE, Francisco Suárez-Puerta, citando a Simón Bolívar: «La lealtad es admirada hasta por el enemigo».

A la intervención del portavoz del PBBI, Vicente Mariño, le precedieron gritos de «Judas», «vendido» y «traidor». Intentó centrar su discurso, interrumpido frase a frase, en censurar la acción de gobierno de Pérez Barral y en defender el motivo de la moción: el «incumplimiento reiterado por parte del Bloque Nacionalista Galego» al no saber gobernar en coalición. «Ribeira no es nacionalista», zanjó.

«No vamos a permitir que se antepongan los intereses partidistas del BNG para seguir tejiendo sus redes clientelares», añadió Mariño, porque «Ribeira tiene dignidad». «La señora Ana Pontón todavía no ha contactado con el PBBI para agradecer que el BNG ostentase la alcaldía de Ribeira durante dos años, tres meses y seis días«, ironizó para terminar. »Tampoco el señor Pérez Barral, por haber sido alcalde gracias a un partido de derechas«, en referencia a su propia formación.

Además de vecinos de Ribeira, entre el público han podido verse a primeros espadas del PPdeG, BNG y PSdeG, como Paula Prado, secretaria general de los populares gallegos, Néstor Rego, diputado nacionalista en el Congreso, o Aitor Bouza, parlamentario socialista.

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