Garazi Albizua (Santurtzi, 1985) es una de las voces más rompedoras de una nueva generación de escritores vascos que aborda nuevos caminos literarios y comienza … a despuntar. Así ha sido en el caso de la escritora santurtziarra con ‘Termita’, su debut en la narrativa de adultos después de diversas obras juveniles y de cómic. Un libro publicado hace casi un año y que está teniendo un exitoso recorrido que ha culminado este lunes con el Premio Euskadi de Literatura en Castellano, el principal de los cuatro galardones que se entregaron ayer en Vitoria y que se suman a los tres otorgados la semana pasada en Bilbao.

Esta novela está escrita en castellano pero Albizua escribe en euskera por igual, se maneja con la misma destreza en ambas lenguas. Según el fallo del jurado, ‘Termita’ es «una apuesta innovadora que plantea relatos alternativos» a los discursos sociales hegemónicos. «Su prosa indócil y precisa, rompe con las muy consensuadas imágenes sobre el deber del maternaje y los cuidados. Sus violentas metáforas dan cuerpo a delicadas percepciones acerca de la lealtad, la amistad y la supervivencia», añade el galardón.

«Recibir este premio es la leche», celebra una ilusionada Albizua que lo ve como un impulso para seguir con su carrera de escritora con todas las de la ley: «Me ayuda a que se reconozca que ser escritora es una profesión. Es un sector tan precarizado que a veces nos cuesta decir que nuestra profesión es escribir».

Por otra parte, le permite alargar la vida útil de la novela en el mercado literario. «’Termita’ se publicó en noviembre de 2024 y ahora este galardón me va a servir para que siga teniendo recorrido, lo cual es un privilegio, teniendo en cuenta que es mi primera novela», destaca.

– ¿Cómo fue la concepción de esta obra?

– Escribiéndola y corrigiéndola estuve dos años largos, fue un proceso muy extenso y también súper bonito. Y creo que este premio es el colofón a todo ese trabajo, que también ha sido un aprendizaje, teniendo en cuenta que ha sido mi primera novela para el público adulto.

– Usted venía de la novela gráfica.

– Sí, había hecho mucho guión de cómic y he publicado novela juvenil en euskera. ‘Termita’ ha sido de las primeras cosas que he hecho en castellano.

– Destaca el jurado que la suya es una voz «indócil». ¿Se siente representada ahí?

– Sí, ese rasgo, al igual que la emoción, el enfado y la ira, es lo que está presente al inicio de la novela. Me he dejado arrastrar mucho por la rabia y, a través de ella, he construido el personaje en primer persona de ‘Termita’, un personaje que no tiene nombre. Está alejado de la autoficción, porque yo personalmente no estoy en ese plano, pero sí que me reconozco en haber construido una mujer muy real. Y entonces, en ese sentido sí que hay cercanía con la protagonista.

– En tiempos de precariedad, reivindica con fuerza la escritura como una profesión más.

– Quitando las editoriales ya consolidadas y la cadena del libro que sí tiene sueldos como los de imprenta, empresas y librerías, el trabajo de escritoria está un poco en el aire. Si realmente eres una voz bastante reconocida y con un suficiente volumen de ventas, te puedes profesionalizar. Pero si no lo eres, al menos en mi caso, buscas, por un lado, un trabajo para comer, y luego esto otro. Y claro, eso da un poco de rabia, porque parece que escribes como afición y no es así. Mi intención es, de hecho, aprovechar este premio para dedicarle más tiempo y espacio a la escritura.

– ¿Está ya trabajando en algo nuevo? ¿Va a seguir explorando la novela para adultos?

– Sí, ahora mismo estoy con dos proyectos a la vez. Por un lado, con una nueva novela para adultos en castellano en la que estoy trabajando mucho pero que todavía no sé cuando estará lista. Y, en euskera, estoy con una juvenil. Un género que me gusta mucho. La experiencia de ‘Termita’ ha sido muy valiosa, me ha permitido coger confianza, que es algo indispensable para seguir en esto.