Las criptomonedas acaban de atravesar un foco de tensión que nadie vio venir, en medio de un mercado alcista. El bitcoin venía de renovar máximos históricos y, tras dos meses algo estancado, rompía el techo de los 125.000 dólares. Ether cosechaba una subida vertical y cotizaba cerca de niveles récord. Las altcoins también vivían un momento dulce. Entonces, Donald Trump reabrió la guerra comercial con China, llevándose por delante el optimismo que reinaba hasta ese mismo momento. Y el mercado cripto sufrió la mayor liquidación de su historia, con 19.000 millones de dólares arrasados.
El viernes, con las bolsas europeas cerca de cerrar, el presidente de Estados Unidos amenazaba a China con recuperar los aranceles masivos y cancelaba la reunión prevista con Xi Jinping. En seguida, los inversores empezaron a reducir el riesgo, con caídas que superaron el 3% en Wall Street, que vivió su peor sesión desde abril y en plena guerra arancelaria.
Wall Street echó el cierre, pero el mercado cripto abre las 24 horas del día y los siete días de la semana, de forma ininterrumpida. Y las turbulencias siguieron allí: «Con los mercados tradicionales cerrados por fin de semana, el mercado cripto se convirtió en el único abierto para el descubrimiento de precios», apunta un análisis de la gestora de activos digitales 21Shares.
En el mundo cripto, la mayor parte del movimiento se concentra en el mercado de futuros, que son perpetuos y en la jerga cripto se conocen como perps. Por eso, buena parte del trading se hace de forma apalancada y las posiciones se pueden cerrar automáticamente para cubrir márgenes, justo lo que pasó. Así se liquidaron 19.000 millones de dólares en apenas 24 horas, algo nunca antes visto en cripto en un periodo de tiempo tan breve.
En bitcoin se liquidaron 5.000 millones y la cripto se desplomó un 12,7% intradía, en ether se desmantelaron posiciones por 4.000 millones y el activo se hundió un 20% y en solana se cerraron 1.800 millones en posiciones, con una caída por precio del 22%, según datos de 21Shares. «La volatilidad se disparó de forma drástica y la volatilidad implícita de bitcoin subió a niveles no vistos desde el colapso de FTX«, apunta el mismo informe.
De hecho, el 90% de las posiciones que se liquidaron eran de alcistas, lo que refleja que las amenazas de Trump a China en su red social Truth Social no pudieron llegar en peor momento, cuando el mercado era más optimista y estaba más expuesto a que su inversión saliera mal. La gran mayoría de los operadores justamente apostaba al alza de las distintas criptos y el vuelco fue tremendo, ya que esas posiciones se suelen hacer con apalancamiento de a partir de 10 veces.
«El problema no son las caídas, es el apalancamiento. Hoy, con la moda de los futuros perpetuos en plataformas descentralizadas (que permiten apalancarse sin un control del cliente previo, KYC) que permiten negociar una moneda recién lanzada con 50 veces de apalancamiento sin lógica ni control, todo está interconectado y todo se liquida en cadena», dice a este medio Vadym Z., fundador de OnChainSchool.
Se refiere a que es muy fácil apalancarse en el mercado de futuros cripto y, en muchas ocasiones, sin apenas control o sin pasar filtros de idoneidad o seguridad. Estas operaciones se hacen en aplicaciones descentralizadas, que no están reguladas. Por eso, cualquiera puede asumir riesgos muy altos y, cuando estos se materializan, las consecuencias son de envergadura. Si negociar en los perps de bitcoin con apalancamiento es atrevido, hacerlo en una moneda de baja capitalización y liquidez es temerario.
Y para mayor caos, Trump desató la incertidumbre en el peor momento, generando la tormenta perfecta. Wall Street lo padeció, pero cerró como cualquier otro día a su hora. A partir de ahí, la liquidez del mercado cayó ya con las bolsas cerradas y en la antesala del festivo en Estados Unidos (la celebración del Colombus Day este lunes). Con esa falta de liquidez, no había compradores ni vendedores suficientes para cubrir los precios.
«A eso se suma otro factor: los creadores de mercado. Su función es mantener el mercado vivo, colocando órdenes de compra y venta para que haya liquidez. Pero si uno de ellos tiene problemas y retira sus órdenes, es como cortar los peldaños de una escalera mientras se está subiendo. De repente, ya no hay nadie al otro lado de la transacción. Cada venta empuja el precio abajo y más abajo, hasta que el suelo desaparece», explica el fundador de OnChainSchool.
«Como la liquidez se estrechó, las liquidaciones automáticas desencadenaron un efecto dominó en las plataformas de intercambio», puntualiza 21Shares. De hecho, algunas firmas tuvieron problemas operativos porque su actividad se multiplicó de un momento a otro y los volúmenes de negociación se dispararon.
¿Quedarán secuelas?
El mercado cripto ya ha vivido liquidaciones históricas, aunque ninguna como esta. En anteriores ocasiones, estos eventos dieron lugar a periodos de consolidación que duraron entre uno o dos meses, antes de iniciarse una recuperación. En sucesos similares, las caídas han llegado a acercarse al 25% en 60 días y la recuperación total ha tardado cinco meses, según la misma gestora. Este lunes, lo peor ha pasado y las criptos han frenado la sangría, rebotando en las últimas 24 horas.
«Vemos las ventas, aunque dolorosas, como algo sano, ya que alivian los excesos. Como la incertidumbre macroeconómica persiste, los posicionamientos disciplinados y la diversificación en distintos productos es clave», señala 21Shares.
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