Una «turbulencia significativa» que se originó de forma repentina sembró el caos la noche del miércoles (madrugada de este jueves en España) en un vuelo … de Delta Air Lines que había partido de Salt Lake City, en Utah, rumbo a Ámsterdam. El avión, un Airbus A330-900 con 275 pasajeros y 13 miembros de la tripulación, apenas había recorrido 45 minutos del trayecto cuando en pleno servicio de cena se vio fuertemente zarandeado. Los pilotos no tuvieron tiempo de advertir a los viajeros para que se abrocharan el cinturón y aquellos que no lo llevaban puesto salieron despedidos de sus asientos y e impactaron varias veces contra el techo del aparato. Como resultado, 25 personas resultaron heridas y tuvieron que ser hospitalizadas.

El extraño suceso, que está siendo investigado por la Administración Federal de Aviación, obligó al Airbus a desviarse de su trayectoria para realizar un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto internacional de Mineápolis-Saint Paul, a fin de que los heridos pudieran recibir «evaluación y atención», según precisó la aerolínea en un comunicado. Al tomar tierra el accidentado vuelo en Minesota a las 19.45 hora local, miembros del departamento de Bomberos y varios paramédicos brindaron las primeras asistencias a los afectados, muchos de ellos en estado de shock por la grave experiencia vivida.


«En una turbulencia no es habitual descender ni 600 metros»

«Agradecemos el apoyo de todo el personal de emergencias involucrado», declaró un portavoz de Delta Air Lines en declaraciones a medios locales mientras que uno de los pilotos indicó a la CBS News que el avión sufrió una caída de más de 300 metros, lo que derivó en escenas de pánico por parte del pasaje. «Nunca antes había visto una turbulencia tan severa», reconoció.

Leeann Nash, quien estaba en el vuelo con su esposo, contó por su parte a la cadena ABC News que la tripulación acababa de comenzar a servir la comida cuando las sacudidas surgieron de la nada. «En realidad no hubo ninguna advertencia. Fue un golpe muy brusco y fuerte. Quienes no llevaban el cinturón de seguridad puesto se golpeaban contra el techo y luego caían al suelo. Hubo heridos. Los carritos también salieron volando. Y esto ocurrió varias veces, al menos en tres ocasiones, así que fue realmente aterrador», confesó.

Aunque las turbulencias son un fenómeno relativamente habitual en los vuelos desde hace mucho tiempo, sufrir lesiones graves a causa de ellas es algo muy infrecuente. No obstante, los expertos advierten de que este problema será cada vez más virulento y constante a causa del cambio climático. De hecho, en mayo del año pasado un hombre murió por uno de estos fenómenos en un vuelo de Singapore, siendo la primera persona que perdía la vida por este motivo en una importante aerolínea en varias décadas.