Se suele decir que tu banda es tan buena como lo sea tu batería. Si encima el batería tiene amplios conocimientos en cuanto a la grabación en estudio y directo, la ventaja es doble. Una charla con Ramón Gacias, la mano derecha de Enrique Bunbury.

Pequeño de quince hermanos, Ramón Gacias me cuenta en los preámbulos de la entrevista que en vez de hacer un equipo de fútbol, la mayoría formaron un grupo, de nombre Gazza. Incluso tenían un estudio propio de grabación, Estudio 55. En breve entró en Días de Vino y Rosas, grupo de de pop preciosista que el tiempo no ha dejado ahogarse en el Leteo, sino a categorizarse en el grupo de bandas de culto. Sus encuentros con Bunbury datan desde que era adolescente. Cuando por diversas causas Héroes del Silencio explotaron, Bunbury decidió imaginar otro futuro para su música, y en ese futuro se sentaba a la batería Ramón Gacias.0

Dejemos que el cantante termine la presentación: “Ramón ha grabado en todos mis discos menos en Greta Garbo y ha sido mi mano derecha en la producción en buena parte de ellos. Yo llevo toda mi vida reivindicándole. Es un batería excepcional, único, con una capacidad para tocar distintos géneros y ser creativo en cualquier disciplina.  Asombroso. Es un gran músico, con un gran oído. Además de sus capacidades técnicas como ingeniero y su visión como productor. Qué más le puedes pedir a la vida. Solo lo siento por los demás, que no tienen a Ramón”.

El primer contacto con Bunbury fue en un concierto de Niños del Brasil en 1988 en la sala En Bruto. También estaba un hermano tuyo, Alberto, a la guitarra.
“Fue un concierto que se hizo porque iba una discográfica a decidir si los fichaba. Recuerdo que Enrique salió con una guitarra que llevaba una bandolera elástica (risas). La empujaba para abajo y rebotaba. Yo todavía estudiaba. Salía del colegio y me iba a ensayar”.

Tras varios años con Días de Vino y Rosas, volvisteis a coincidir en los conciertos homenaje a Elvis que organizó Bunbury en el noventa y cinco y noventa y seis. Y entras a formar parte de su proyecto en solitario
“Enrique siempre ha sido muy fan de Elvis. Era algo que le apetecía hacer. Fue muy intenso. La banda era un batiburrillo de gente de Zaragoza. Yo por esa época  trabajaba día y noche en el estudio y en el noventa y seis, al terminarse Héroes, Enrique me llamó para su proyecto”.

Bunbury formó un grupo muy sólido para Radical Sonora. Del Morán al bajo, Copi al piano, tú  y Alan Boguslavsky a la guitarra. Cuéntame tus primeras impresiones de la conjunción de todos.
“Los ensayos los hicimos en una casa que tenía Copi. A Copi lo conocía de hace tiempo. A Del por el estudio 55 porque fue a grabar con un grupo que se llamaba Crisis pero no sabía que iba a estar con Enrique. A Alan no lo conocía. Venía de grabar con Gaza, la banda de familia, grabando cosas de estudio, pero esto era un hándicap enorme. Por fin un proyecto (risas) Me sentía como que no estaba lo suficientemente preparado para lo que venía. Probablemente sea el disco que he grabado donde menos orgulloso me siento, quizá podía haber dado más. Ahí empecé a aprender”.

Hay canciones en las que estás como coautor y en discos posteriores de Bunbury.
“Lo de las autorías de los temas es muy de Enrique. Si él considera que has aportado algo importante en la canción te incluye”.
Antes de entrar Del Morán de bajista, en el primer ensayo para Radical Sonora estuvo Joaquín Cardiel de Héroes del Silencio. Posteriormente en el debut en solitario de Cardiel, Emociones, tocaste todas las baterías.
“Con Joaquín siempre ha habido muy buena conexión. Joaquín me enseñó los temas, todos con baterías programadas. Le dije, ‘vamos a meternos en un estudio y en una mañana te grabo todas las baterías del tirón’. Me gustaban los temas, pero me parecían fríos. Grabé lo que se me ocurrió en el momento”.

La conexión bajista batería, la sección rítmica es esencial. Del Moran es de esos bajistas que impresiona.
“Del Morán es un bajista de peso. Si eres músico lo primero que te gustaría es ser negro (risas). Ojalá hubiera sido negro porque el feeling, el peso, el sex appeal es otra cosa y eso es Del Moran. Toca una nota y te derrumba. Es un bajista que te lleva”.

Volvamos a Radical Sonora.
“Enrique quería que fuera muy tecnológico. En realidad no teníamos ningún tipo de sampler o material. La banda construíamos las canciones. Pocos días antes de entrar en el estudio llegó nuestro primer sampler y me fui corriendo a programar. Alguna cosa quedó de programaciones, pero en sí se hicieron en postproducción. La grabación fue grabar a la banda. Hay mucha tecnología posterior”.

Aunque los fans de Héroes se lo tomaran a mal, visto con la perspectiva del tiempo es el disco más Héroes de Bunbury. Su forma de frasear, las estructuras de las canciones, las letras evolución de Avalancha…
“No había pasado mucho tiempo de la disolución de Héroes y Enrique tenía una dinámica de trabajo, de composición… pero sí que lo quería llevar a otro extremo totalmente diferente”.

Foto: José Girl

“Desde Pequeño he estado haciendo la misma labor hasta el día de hoy, que es apoyar a Enrique en su concepto de disco» RAMÓN GACIAS

Lo produjo Phil Manzanera, que también hizo la misma labor en Hellville De Luxe. Qué enfoques propuso para ambos discos, siendo tan distantes.
“Muy diferentes, sí. Radical Sonora jugaba con la tecnología y las máquinas como distintivo principal y diferenciador de lo que la gente podría esperar del primer disco en solitario de Enrique. En el caso de Hellville el objetivo era sonar como una banda clásica de rock con dos guitarristas. Lo que más me sorprendió de Phil fue la grandeza en crear un entorno de trabajo cómodo y agradable tan importante en una producción. Gestionar a tantas personas involucradas y tantas opiniones lanzadas no suele ser fácil, y lo hizo en ambas ocasiones y en ambas coincidió que eran dos momentos clave en la carrera de Enrique. Además eran bandas recién formadas, con la dificultad que ello supone. En Radical jugaba en casa, en su estudio de Londres, ya desaparecido, y en su equipo contaba con su ingeniero. La banda grabamos prácticamente lo ensayado y nos fuimos a casa. Cuando escuché el disco mezclado me sorprendió. Se añadieron muchas programaciones extras que dieron un giro de ciento ochenta grados al concepto global del disco. En cambio en el caso de Hellville llegó él solo a Girona, a los estudios MusicLan, y en este caso dejó que el  sonido del disco lo fuera formando la banda conforme iban pasando los días y el sonido final fue más fiel a la grabación inicial. Ambas apuestas acertadas bajo mi punto de vista”.

La banda de Radical Sonora sonabais tan bien, que surgió un proyecto paralelo, Bogusflow. Alan Boguslavsky era el encargado de cantar en inglés.
“Había tanta química, que hubo un periodo de tiempo que Enrique se dedicó a otras cosas y la banda nos juntamos a hacer canciones. Alan tiene un gusto exquisito, me sorprendió porque las canciones partían de él. Un proyecto serio. El asunto era decorar las canciones de una forma muy simple pero orgánica y emocional. Sacamos un disco, que se grabó en el estudio 55, y realizamos unos pocos conciertos. Seguimos componiendo, Del Morán nos dejó, y ya éramos formación de trío. Quedan muchas canciones inéditas”.

Qué crees que aportó a Héroes del Silencio Alan Boguslavsky.
“Las canciones de Héroes creo que necesitaban un apoyo rítmico. Juan (Valdivia) es muy melódico. Alan lo hizo muy bien”.

En Pequeño Bunbury cambia de registro en todos los sentidos. En su fraseo, en una música más portuaria, minimalista, mediterránea. Nada que ver con el pasado.
“Después de la experiencia de Radical fue un todo o nada. Giro total y aquí me la juego. Recuerdo en alguna sesión cuando estábamos mezclando las canciones, conversaciones con  Enrique diciéndome ‘dejo la música’, y yo no, la dejo yo, porque sino la dejas tú la dejo yo (risas). Estaba en un punto de decir, “estoy es lo que soy, si la gente realmente lo quiere, lo aceptará, y si no lo acepto yo y me retiro”. Para Enrique fue un disco muy importante. Venimos de Radical Sonora que era una explosión sonora, valga la redundancia, a algo muy desnudo. Había unas pequeñas programaciones pero muy poco. Escuchábamos el disco de Manu Chao en ese momento, Clandestino. Nos gustaba ese concepto de las programaciones pequeñas, rítmico pero sin nada de relleno. Que el sonido no abrase en la canción. Trabajamos en ese sentido”.

«Escuchas Flamingos y hay arreglos más elaborados, otro espectro sonoro. Hellville De Luxe es mucha espontaneidad, una banda de rock and roll jugando en vivo” RAMÓN GACIAS

Afortunadamente el disco conectó con el público. Incluso me acuerdo de gente que no le gustaba Bunbury que ese disco les gustó. Al llevarlo al directo montáis una big band.
“El Huracán Ambulante. He vuelto a escuchar los discos con ellos, porque llevaba tiempo sin escuchar esas canciones en estudio, y me maravillan. Tímbricamente, en los arreglos… Es una etapa muy bonita de la carrera de Enrique, que con el paso del tiempo te das cuenta del trabajo realizado.  Una época de un gran ritmo de trabajo”.

Menos tres discos, tú has sido asistente de producción o coproductor en todos sus álbumes. Qué conlleva eso.
“Desde Pequeño he estado haciendo la misma labor hasta el día de hoy, que es apoyar a Enrique en su concepto de disco. Donde quizá él puede flaquear más, trato de complementar más. Normalmente me manda las canciones antes que nadie, o un conjunto de canciones. Sobre eso elegimos las canciones para el disco y finalmente el concepto. Por ejemplo, en el último disco hacer el casting de músicos latinoamericanos y en el estudio opinar. Si Enrique lo tiene muy claro le dejo hacer y sino pues lo que te comenté antes. Hemos creado un buen equipo. Con Enrique en cada álbum siempre se busca realizar algo distinto en la manera de la producción para que los resultados sean diferentes. Ha habido veces con trabajo de pre producción con la banda en un local o estudio y otros en los que nadie de la banda conocía ninguno tema. Hay muchos métodos que crean esa diferencia. Flamingos tuvo un trabajo previo de canciones, estuvimos un mes o mes y medio trabajando las canciones antes de ir al estudio. Hellville De Luxe éramos una nueva banda, nos conocimos en el estudio y Enrique nos enseña la primera canción, dale, a tocar… Escuchas Flamingos y hay arreglos más elaborados, otro espectro sonoro. Hellville De Luxe es mucha espontaneidad, una banda de rock and roll jugando en vivo”.

Siguiendo el repaso de discos de de Bunbury, continúa con Flamingos que has citado.
“Hay una variedad de estilos muy grandes pero unificados en Flamingos. Un gran logro que no se da en el resto de discos, que van  más en una dirección. Flamingos es un compendio de muchas cosas. Fue mucho más sencillo que hacer que Pequeño, porque en Pequeño estaba la incertidumbre de la respuesta del público. Con Flamingos el Huracán Ambulante estaba formado, habíamos girado. Un proceso más fácil aunque es un disco muy ambicioso. Y de muchas colaboraciones, todo el que pasaba por el estudio grababa algo. Alguna canción tenía ciento noventa y seis pistas, ponte a  mezclar eso”….

El Viaje A Ninguna Parte nace de un viajar por un par de países latinoamericanos Bunbury con una guitarra.  Es un disco en el que pienso, sin ser peyorativo, que Bunbury imposta ser de Latinoamérica, como si hubiera nacido allí.
“Sí, totalmente. Las canciones tienen mucha influencia de Latinoamérica. Las compuso mientras iba avanzando países. También hubo una preproducción para saber qué arreglos pedía cada canción. Lo grabamos en el estudio y durante la mezcla fue lo que le llamamos el día más largo jamás contado. Empezamos a mezclar casi sin dormir. Se mezclaron los temas y Enrique dijo que no estaba bien, y que debíamos mezclarlo de nuevo. Se terminaron las mezclas y me esperaba el taxi en la puerta porque me lo tenía que llevar a masterizar a Nueva York”.

Foto;: José Girl

Luego hubo un par de conceptos que casi se solapan. Creo que la culpa de lo segundo vino de lo primero. El Freak Show, y el final del Huracán Ambulante. El Freak Show era un concepto tipo Rolling Thunder Revue con músicos amigos participando. Eso sí, en el Freak Show era más circense, con luchadores mexicanos, gente que te leía la mano o te echaba las cartas, una carpa…
“Los ensayos fueron sencillos, tocar dos canciones de cada artista invitado y luego nuestro repertorio. El concepto me pareció algo único que evidentemente lo íbamos a hacer nosotros y no sé si alguien en la vida lo volverá a repetir. Llevar la vida del circo a la música. Te vas encontrando con muchos problemas. Montar una carpa, siendo lona, no es el sonido más adecuado. Había que picar en asfalto para montarlo… La infraestructura era bastante caótica. Eso sí, el final quedó súper bonito. Una experiencia que me hubiera encantado ver como espectador.

¿Fue el Freak Show y la gira posterior los culpables de que el Huracán Ambulante finalizara?
“El Freak Show era un concepto que se sabía a priori que iba a dar pérdidas. Era un regalo de los managers que querían darle a Enrique. De perder dinero pero que artísticamente iba a tener mucho valor. No creo que la disolución del Huracán tuviera que ver con esa gira y la posterior, sino con inquietudes personales de Enrique. Algo más artístico.  El estar tantos años con trompeta, trombón, violín, guitarra, bajo… a la hora de componer te está limitando, porque las canciones tienen que tener esos elementos y al final te das cuenta que has hecho muchos discos así y los nuevos discos necesitan otras texturas. Cansancio sonoro de decir Enrique  “necesito otros timbres y elementos en mis canciones””

En esa época a medias Bunbury tuvo dos proyectos paralelos, Bushido y Panero.
“Lo de Bushido me lo propuso, vi el proyecto y le di las gracias pero dame este parón (risas). Porque estábamos en una vorágine de trabajo que yo necesitaba parar”.

Bunbury casi deja la música. Se fue a Cuba. Siempre ha dicho que fue Nacho Vegas con el El tiempo de las Cerezas, el que le rescató. En un principio iba a ser también con Carlos Ann.
“Después del concierto de Zuera que se canceló por problemas de voz, se fue a Cuba. Pasó el tiempo y me llamó y me dijo que estaba pensando qué hacer y hablando con Nacho me dice lo que ha surgido y qué me parece. Yo le respondí que claro que sí, vamos a ello. Se hicieron dos bloques de ensayo, con Carlos, que estuvo hasta casi prácticamente el final. El primero hicimos unas ocho canciones, en Gijón. Todo fluyó muy bien. Llegamos al estudio con Carlos, empezamos a grabar una canción de cada uno y me levanto un día y me dicen que Carlos ha abandonado el proyecto. No pregunté motivos. Ahí hubo un instante donde Nacho Vegas y Enrique piensan queríamos hacer un disco entre los tres, qué vamos a hacer ahora; un disco doble entre los dos. En vez de un problema surgió un disco doble. El trabajo en estudio fue muy fluido. Estaba Paco Loco que es caótico pero esa es su maravilla.  En su estudio todo es muy inmediato, en seguida lo puedes llevar a cabo. Una agilidad tremenda. Había que vestir las canciones. Bonitas canciones. Creo que en ese disco Nacho hizo un gran trabajo”.

Realizáis la gira en el Liceo y en el Metropolitan de México. Y meses después vuelven Héroes para diez conciertos en los que estuviste presente. Incluso realizaste trabajo de estudio a la hora de sacar el directo de la gira de reunión.
“Me llamó el mánager de Bunbury para contarme lo que iba a pasar y que quería que yo estuviera ahí. Hay que grabar todo, para sacar un disco,  montar un sistema de grabación, diseñarlo…ahora es muy fácil grabar en multipistas pero antes no era nada fácil. Había que llevar un estudio rodante prácticamente. Los vi desde el primer ensayo. Me quedé maravillado. Entiendo que habían trabajado antes individualmente o incluso conjuntamente, pero los ensayos en que se reincorporó Enrique lo que escuché me hizo sonreír. La vuelta del sonido Héroes. Juntas a estas personas y suenan de esa manera. Todo desde el ensayo uno”.

Siendo tú batería y productor, qué definición harías de la sección rítmica de Joaquín Cardiel y Pedro Andreu.
“Fluyen muy bien. Es un tándem que no es tan técnico como puedan ser otros, pero lo que aportan es Pedro y es Joaquín, único. Cualquier otro músico no estaría haciendo eso”.

Se grabaron los conciertos y fuisteis al estudio.
“Grabé todos los shows, escuchar todas las tomas de cada canción de cada show, y decir esta viene de aquí, esta de este otro…. sobre eso, pasárselo s Enrique, él darme un set list y construir el disco. Hubo algún overdub en el estudio MusicLan. Creo que Juan regrabó algunas cosas y Gonzalo. Pero pequeños matices”.

«Creo que lo mejor de Palosanto fue la gira. Es la mejor gira que hicimos a todos los niveles, la propuesta sónica y visual fue muy importante” RAMÓN GACIAS

Enrique forma otra banda, Los Santos Inocentes. Debutáis con Hellville De Luxe que ya hemos analizado. Tras un álbum de rock and roll sale Las Consecuencias, con letras muy íntimas, un tempo más lento. Le dije a Bunbury que era una especie de The Boatman’s Call mediterráneo.
“Cuando me enseñó las demos, le dije, salvando las distancias, ‘este es tu  Berlin de Lou Reed’. Era mucho más íntimo. Grandes canciones sí, pero en ese momento pensé  no sé si el público quiere un disco tan relajado. A Enrique eso nunca le ha importado. Y en ese disco me remito otra vez a Berlin. Para mí era muy importante el orden de las canciones, cómo llevaba al oyente en ese trayecto sonoro. Le di mucha importancia a la secuencia de las canciones”.

Y qué tal la relación con un nuevo bajista, aquí Robert Castellanos.
“Así como Del Moran es un bajista de peso en la canción, Robert es más melódico. Tiene una habilidad innata en el concepto melódico, porque es más guitarrista que bajista. El bajo lo que tiene que hacer es sujetar la canción, dar espacio a que se expresen las guitarras, los teclados… en el caso de Robert hace melodías con el bajo y es otra visión y aporte”.

En ambos grupos, Huracán y Santos Inocentes, contabas con percusionistas. Luis Miguel Romero y Quino Béjar.
“Partimos que Luis Miguel es peruano, y Quino es español, más enfocado en raíz española. Los dos manejan otro tipo de ritmos fuera de su área. Luismi creció con el Huracán, un aprender juntos. Quino había tocado con todo el mundo en España. Era a ver cómo me adapto a él”.

Licenciado Cantinas es arqueología pura. Versiones de canciones originales de Latinoamérica bajo un marco de banda de rock.
“Yo le tenía mucho respeto. Te estás metiendo en un género que desconoces, pero esa es la virtud. Vamos a hacer nuestro aporte desde la visión rock al sonido de raíz. Lo grabamos en Texas y alquilamos dos estudios. En uno se configuró el de grabación y el otro de ensayo. Llegamos sin haber tocado nada. Íbamos tocando en uno y cuando teníamos algo lo grabábamos en el otro. Yo estaba más con la banda, con los arreglos y Bunbury con la parte de grabación. Redujimos a la mitad el tiempo de estudio”.

De ahí a Palosanto.
“Buscábamos modernizar el sonido. De algo mucho más orgánico y de banda queríamos construir algo más nuevo. Creo que lo mejor de Palosanto fue la gira. Es la mejor gira que hicimos a todos los niveles, la propuesta sónica y visual fue muy importante”.

Ajeno a Palosanto, se hace un doble cartel en México con Bunbury y Calamaro, del que sale el directo Hijos del Pueblo.
“Calamaro tiene muchísimo conocimiento de la música. Los shows primero tocaba Calamaro con su banda y luego tocaba Enrique con nosotros, su banda, y al final hacíamos una mezcla de músicos y estábamos los dos en el escenario. Fue una convivencia con la banda de Calamaro maravillosa. Un orgullo poder haber estado en esa gira”.

Citando el mundo giras, las canciones con Bunbury siempre han mutado. Sea Héroes, versiones de otros artistas o propias, pasan a sonar en otra clase de tesituras, más lejanas.
“Cada disco y cada gira que conlleva, es un concepto sonoro diferente. A Enrique siempre le gusta que si lo vas a llevar al directo, el directo tenga un contexto unificado. Igual hay canciones que le apetece meter a Enrique y no entran en ese contexto, y hay que versionearlas y llevarlas a ese terreno. Eso pasa en cada gira. Estas encajan, estas no, hay que adaptarlas”.

Posible y Curso de Levitación Intensivo salieron el mismo año, 2000, el año de la pandemia y por eso precisamente no tuvieron  representación en las tablas.
“Yo no sé si viajé de México a España como cinco o seis veces, y estabas como en otro universo. Aeropuertos vacíos, sitios vacíos…pero menos mal que teníamos esos dos discos de estudio. Hubo más trabajo de programaciones.  Curso de Levitación Intensivo está en el mismo propósito sonoro, pertenece al mismo grupo de canciones que Posible”.

Realizasteis una gira de despedida de Bunbury de los escenarios a raíz de sus problemas de garganta, pero se tuvo que interrumpir.
“En giras anteriores Enrique ya no se sentía cómodo en los directos. Se ahogaba y no sabía por qué. Y en esta es que no podía. Se le cerraba la garganta”.

Los Santos Inocentes publicasteis un disco, La Orilla De Los Inocentes.
“Algo tipo Bogusflow en cierto sentido. No tenemos nada que hacer, nos juntamos, ponemos las canciones y salió ese disco. Un disco sin ambición. Las canciones están bien, pero esto quién lo va a cantar… y fueron Rebe (Jorge Rebenasque) y Álvaro (Suite). En definitiva creo que aunque todo está bien, hace falta un plus”.

Ese plus sí que se da en Bogusflow, que con una discográfica potente y más armas promocionales podía haber entrado en listas.
“Sí, totalmente”.

Bunbury saca Greta Garbo y por primera y única vez en su carrera no cuenta contigo. En cambio para los conciertos sí que te llama a ti y a Los Santos Inocentes.
“Nos escribió a la banda para que supiéramos que iba a grabar el próximo disco con otros músicos.  En los conciertos no supuso ningún problema. El material iba en la misma onda de dónde veníamos. Te miras cinco o seis temas de Greta Garbo y el resto Huracán Ambulante y Santos Inocentes”.

El último disco, Cuentas Pendientes, es arriesgado para ti, imagino. Son músicos de allí, México y tú el superviviente desde Radical Sonora.
“Es más de raíz. Enrique lo que me dijo fue busca a músicos de Latinoamérica. En principio íbamos a grabar en Puerto Rico pero quería también una visión jazz. Busqué un enfoque. Vamos a México a buscar músicos que hayan hecho Jazz. Utilizamos  a Rebe (Jorge Rebenaque -ndr.), que es el pianista y acordeonista como de puente, de comunicación, de harmonías…Luego, de ejemplos de músicos que grabaron, teníamos a un bajista, Luri Molina, que toca en salas de jazz prácticamente todos los días y tiene sus bandas. Johnny Molina es un percusionista que le enseñas una canción, le dices lo que necesita y en seguida te lo plasma. Un aprendizaje brutal, de Rebe y yo de la vieja guardia. En las sesiones Enrique me preguntaba qué vas a tocar aquí, y yo le decía esperamos a que él aporte y luego yo sumo, sino, si sumo yo y luego se suma el percusionista vamos a llegar a los mismos puntos. Vamos a hacerlo al revés, que ellos hagan un planteamiento y después nos incorporamos nosotros”. 

El Huracán Ambulante retorna para unos conciertos. En este tour se echa de menos a Rafa Domínguez que no está por cuestiones de salud. Es un guitarrista único, que sabe dónde tocar y dónde no tocar.
“Tiene una cabeza digna de admirar. Es realista y a la vez abstracto. Así es como toca. A lo mejor técnicamente no es brutal pero esa abstracción nadie te la puede dar más que él. Lo que tocas es lo que eres. La personalidad de Rafa es eso mismo, una imaginación espectacular. Hay ciertas personas que conoces y dices es única. Rafa es único. Imaginativo, poético, romántico…un compendio muy curioso.

Para terminara diez discos que te tuvieras que llevar a una isla…
“Discos… Tengo que hacer una lista… David Bowie The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders From Mars, Bob Dylan Highway 61 Revisited, Neil Young Harvest, The Beatles Abbey Road, Jimi Hendrix  Are You Experienced, Radiohead OK Computer, Michael Kiwanuka Love & Hate, Wilco Sky Blue Sky, The Cure Disintegration y Elvis Golden Records”.

IGNACIO REYO