Que no cunda el pánico. A pesar de su excelente estado de forma, con un podio y puntos en las últimas dos carreras, Carlos Sainz no estará al volante de su Williams durante la primera sesión de entrenamientos libres del Gran Premio de Estados Unidos. La razón no es un problema de rendimiento ni una sanción, sino una de las normativas más interesantes de la Fórmula 1 moderna: la que obliga a los equipos a dar una oportunidad a sus jóvenes talentos.
La normativa que abre la puerta a los novatos
La decisión de Williams responde a una regla de la FIA que exige a cada equipo ceder al menos dos sesiones de entrenamientos libres por temporada a pilotos que no tengan experiencia previa en la categoría. En el caso del equipo de Grove, han decidido duplicar la apuesta, y esta será la tercera de las cuatro sesiones obligatorias para pilotos debutantes que completarán este año.
Esta normativa es fundamental para el futuro del deporte, ya que ofrece a las jóvenes promesas una oportunidad de oro para demostrar su valía al volante de un monoplaza de F1 y familiarizarse con el entorno de un Gran Premio.
Foto: Carlos Sainz Instagram
¿Quién es Luke Browning? La nueva joya de la corona de Williams
El piloto elegido para subirse al FW47 de Sainz es Luke Browning, una de las mayores promesas de la academia de Williams. El británico no es un desconocido en el paddock; actualmente se encuentra inmerso en la batalla por el título de la Fórmula 2, ocupando la tercera posición de la clasificación en su primera temporada completa.
Su rendimiento en la antesala de la F1 ha sido impresionante, acumulando nueve podios y una victoria, cifras que justifican con creces la confianza que el equipo ha depositado en él para esta importante sesión.
Foto: Instagram Carlos Sainz
Un fin de semana atípico y de alta presión para Sainz
Para Carlos Sainz, esta situación añade una capa extra de desafío a un fin de semana que, además, tiene formato Sprint. Al no participar en la única sesión de prácticas libres, el piloto español se subirá por primera vez al coche directamente para la clasificación sprint del viernes.
Foto: Luke Browning Instagram
Esto significa que no tendrá tiempo para encontrar el ritmo ni para probar la puesta a punto del monoplaza, dependiendo enteramente de los datos recopilados por su compañero Alex Albon y por el propio Browning. Es una prueba de fuego que pondrá a prueba su capacidad de adaptación inmediata.
La sesión en Austin será, por tanto, un momento de doble interés: por un lado, la oportunidad de ver en acción a una de las posibles futuras estrellas de la F1 y, por otro, el desafío de ver cómo uno de los pilotos más en forma de la parrilla afronta un Gran Premio sin apenas tiempo de preparación.
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