S.U.: Supongo que en ese momento sí estaba más acostumbrada a relacionarme de una forma más fría, más desde la ironía, como forma de acercarte al otro, de decirle al que te cae mal, “qué pesado”, pero en realidad quieres ser su amiga desesperadamente.

G.: Existe una idealización de la amistad, el concepto de que es un entendimiento incondicional.

M-F.: A las dos, en nuestra trayectoria, siempre nos ha interesado la amistad, no sólo sus derivas, sino también sus grietas, sus zonas de misterio, de distanciamiento, de problemática. La idealización de la amistad, que no es incondicional, sino todo lo contrario. Venimos de un momento en el que se hablaba de amistad para dar un título absoluto: el del amigo leal e incondicional. Esta reflexión tocaba ya, después de que se abordara colectivamente la desromantización de la pareja que era más urgente porque mata. Y la de los amigos en principio no.

S.U.: Igual no mata, pero carcome.

MF.: También puede perjudicar gravemente la salud. Pero digamos que la pareja era un territorio urgente, y de la amistad ahora se está hablando. Hay necesidad de abordar las rupturas, la incomprensión. Creo que el libro se suma a este auge de ensayos y novelas sobre amistad entre mujeres. En mi opinión, fue Elena Ferrante la primera que lo trajo a la mesa de forma directa y exhaustiva. Hasta entonces había una especie de invisibilidad.

S.U.: Recuerdo quedar muy impresionada con Irlanda, de Espido Freire, un libro que es muy raro mencionar. Hay otros títulos como Anticrista, de Amélie Nothomb, que la destaco también en el ensayo. Todos ellos se me quedaron muy clavados, porque hablaban de relaciones entre mujeres jóvenes, amistades con fascinación y oscuridad.

M.F.: Es importante mencionarlo porque siempre hubo libros sobre mujeres, pero son rarezas. Esa especie de compartir, de regalar. Creo que en los regalos entre mujeres lectoras es donde se deciden muchas veces las tendencias. Este libro también aporta a la conversación esas reflexiones sobre la pandilla.

“Yo sí propongo la abolición total del término sororidad. Se ha idealizado igual que la fraternidad. No sirven una vez que llega un apagón. Dices sororidad y se institucionaliza”

María Folguera

G.: No es lo mismo la amistad de uno a uno que la del grupo.

S.U.: Sí, hablábamos de la amistad como un lugar donde no tienes que estar siempre dándolo todo, siendo chispeante hasta el agotamiento social. Recuerdo con cariño la primera vez que me di cuenta de que ya no era la mascota de una pandilla. Poder sentirme adulta en un grupo ha sido muy interesante. Y saber además que el papel de la mascota iba cambiando según el día.

M.F.: Me interesa mucho la gente que analiza Friends desde el punto de vista del conflicto. Porque ahí están el aislamiento, el bullying desde la ironía, la armonía falsa de “somos así”. Qué malestares laten ahí debajo.

G.: Otro punto que analizáis es la asimetría en las relaciones de amistad. Qué complicado mantener el equilibrio. Además existe cierta vanidad el querer mantenerla cuando una está arriba.