Con cierta premura, incluso antes de lo previsto, pero Antonio Banderas ya está en Valladolid a tres días de que se celebre la boda de su hija Stella del Carmen. Así se puede vislumbrar en un video conseguido por este periódico en el que se ve al actor a la salida del aeropuerto de Villanubla en disposición de coger un transfer privado, tal vez para poner dirección a Sardón de Duero para vislumbrar los preparativos de la ceremonia en la bodega de Abadía Retuerta.
Ni rastro de fans ni paparazzi, el actor malagueño desembarcó en un jet privado en la provincia vallisoletana a las 13.15 horas de este miércoles, con un atuendo escaso de incógnita con el que se lo podía reconocer a varios metros de distancia. Y, además, según las imágenes se puede apreciar que viajaba en solitario, sin la compañía de su exmujer Melanie Griffith o de su hija, quien se dará el «sí, quiero» con Alex Gruszynski este sábado en la Milla de Oro de la Ribera del Duero.

De esta forma, Antonio Banderas supone el primer invitado de gran escala que llega a Valladolid para vivir el que será el evento del año con mayor repercusión mundial y del que, además, contará con un rol importante al ser el padrino del futuro enlace matrimonial. Tal vez de ese relevante cometido nazca su premura de haber viajado tres días antes de la boda hasta la provincia vallisoletana, para el que sea un día de orgullo en su vida personal salga redondo.
Y es que a la estrella de Hollywood todo lo que le ha salido de la boca desde que anunció el casamiento son buenas palabras, incluso cuando se trata de Valladolid y no de Málaga el sitio que acogerá el evento. A pesar de ello, el actor se mostró «muy orgulloso» de que su hija, «muy andaluza, muy de Málaga», se case en España. «Es su manera de recolectar de sus raíces y de compartir su tierra con su futuro marido», afirmó en declaraciones a la revista ¡HOLA!.