Hace años que la Fórmula 1 ha cambiado su perspectiva. Ya no es un reducto exclusivo, imposible el acceso, en el que se disputan carreras de coches. Liberty, la multinacional propietaria del negocio, lo ha transformado en una máquina de generar ingresos al más puro … estilo norteamericano. El espectáculo y el dinero, por encima de todo. La última tendencia en aras de su majestad el dólar ha provocado reacciones adversas, sobre todo en los pilotos españoles Carlos Sainz y Fernando Alonso. Es la moda de mostrar la reacción de las parejas de los pilotos en busca del glamour y la audiencia.

Este fin de semana se celebra en Austin (Estados Unidos) el Gran Premio de las Américas y la controversia surgió en voz pública durante la última carrera del Mundial, en Singapur. La realización de la carrera dio prioridad a los gestos y las respuestas de las novias de los pilotos en los garajes de los equipos y relegó algún momento de intensidad en la pelea por la posición en el asfalto.

Esa fue la crítica que, en particular, realizó Carlos Sainz en una entrevista en ‘El partidazo de Cope’: «Durante la carrera no sacaron ninguno de los cuatro o cinco adelantamientos que hice, tampoco sacaron la persecución de Fernando a Lewis. Te pierdes lo primordial. Para mí, incluso exageran un poco con lo de las famosas y las novias».

Más que un caso concreto, el piloto madrileño pone el acento en una tendencia que tiene más que ver con la exposición de novias, parejas, celebridades, actores, actrices, cantantes y famosos. Una pasarela que enlaza con la idea de espectáculo que tiene la propiedad de la F1 y que se traduce en la invasión de vips en el ‘paddock’ de la F1, donde la mayoría de los pilotos ya se mueven en patinete y otros medios de transporte para evitar la avalancha de pulseras rosas.

En el Gran Premio de Singapur se vio poco a los pilotos españoles, pese a que protagonizaron luchas encarnizadas. Carlos Sainz avanzó del decimoctavo puesto en la salida al décimo. Apenas recibió atención en pantalla. La persecución de Fernando Alonso a Lewis Hamilton, quien tuvo problemas con los frenos en las vueltas finales, tampoco se refrendó en las imágenes pese a que se trata de una rivalidad histórica en la F1.

Fernando Alonso ironizó al respecto con un mensaje en la red social X. «Con la pole asegurada para la transmisión de radio privada, es hora de afinar la cobertura principal y llevar toda la emoción de la pista a los aficionados. ¡Vamos!».

Reacción de la F1

Ante el cariz de los acontecimientos, la presión de los pilotos y los comentarios en las redes sociales, la F1 difundió un comunicado: «Siempre nos centramos en ofrecer a nuestros aficionados las mejores imágenes posibles de la carrera y nunca comprometemos el objetivo principal: la carrera en la pista. Nuestro equipo realiza un excelente trabajo cubriendo una situación altamente compleja con múltiples coches en diferentes puntos de la pista y también brinda excelentes momentos contextuales de las tribunas, los invitados de alto perfil y las sedes donde corremos. Siempre buscamos la excelencia y la mejora continua en nuestros servicios«.

Este jueves en Austin, Carlos Sainz rebajó sus impresiones respecto a lo comentado en Singapur: «No necesitaba una respuesta, creo que mis comentarios han sido algo exagerados en la repercusión, pero está claro que en Singapur la transmisión no hizo un buen trabajo. Hay otras carreras en las que hacen un trabajo increíble y nos muestran cosas increíbles y una acción en pista increíble. Para mí Singapur no fue bueno«.

La serie de Netflix ‘Drive to survive’ (Conducir para sobrevivir) convirtió las entrañas de la Fórmula 1 en un fenómeno de masas, sobre todo en Estados Unidos, donde este deporte tenía poca aceptación y popularidad escasa. El manager de Carlos Sainz, su primo Carlos Oñoro, pasó de ser una persona desconocida a ser carne de selfis y autógrafos a diario en cada gran premio.

«La Fórmula 1 ya no se ve como carreras de coches, sino como una serie más», dijo a ABC Carlos Oñoro.

Personas hasta hace poco no conocidas, como Rebecca Donaldson, pareja de Sainz; Magui Corceiro, actriz y novia de Norris; y Alexandra Saint Mleux, influencer y pareja de Charles Leclerc, han ganado visibilidad y cuota de seguidores con sus apariciones televisivas.

La nueva Fórmula 1 cuelga el cartel de completos en los ‘paddock club’ durante las últimas temporadas. Es la élite de la élite: cocina gourmet en estancias cerradas con vistas a la recta de meta, paseos por el ‘pit lane’ y el paddock, acceso a los garajes y a la ceremonia del podio, y charlas con los pilotos.

Los invitados son usuarios de primer nivel económico. Una entrada individual de cuatro días para el fin de semana en un gran premio de tamaño medio, Silverstone, ronda los 8.500 euros. En Miami la cifra escala hasta los 15.000. Y en Las Vegas, tope de gama al final de temporada, la cantidad se dispara: 27.000 por cada pase vip.