También se añadieron otros elementos contemporáneos a la vieja casa de campo para modernizarla y mejorar su aspecto, como la nueva escalera de madera y una pequeña ampliación. Además, el diseñador descubrió, en el transcurso de las obras, el acceso oculto al sótano. «Pensábamos que era un pequeño armario, pero en realidad eran dos habitaciones más. Así que mandé hacer una puerta que diera a esta nueva zona».
La cocina, de DeVol, apuesta por un estilo más sobrio y contemporáneo. El taburete es de Jesse Butterfield y el pequeño cuadro, de Jaume Roig.
© Felix Speller / Estilismo : Hanna AliComo en un cuadro de Turner
El resto del proyecto se guió por la paleta de colores y la colección de objetos de la propietaria, que quería infundir a su interior un espíritu nostálgico, así como algunas referencias marroquíes y subsaharianas que resonaban con sus propios muebles. «Los revestimientos de yeso eran sus favoritos», cuenta Jobe Burns, que trabajó entonces con un uno natural de color rosáceo. «El resto de los colores hacen referencia a grandes pintores británicos», añade. Aquí, un rojo digno de las puestas de sol de Turner; allí, un verde como sacado de la paleta de Constable; en otros lugares, una gama de beis que recuerda los pasteles de Sisley… La única «anomalía» en este paisaje cromático, como señala el diseñador, es un dormitorio de un azul cielo intenso, como una breve vuelta a la realidad en este lugar atemporal.
El dormitorio principal, deliberadamente oscuro. La cama está vestida con textiles de Zara Home, las lámparas son de Beadsmore Lighting y las alfombras persas vintage, de Thames Carpets.
© Felix Speller / Estilismo : Hanna Ali
El cuarto de baño, con su lavabo a medida, es una de las estancias más bonitas de la casa. Los apliques son de Beardsmore Lighting, la grifería, de Studio ORE; las toallas, de ORBE y el revestimiento de las paredes fue realizado por Studio LOHO.
© Felix Speller / Estilismo : Hanna Ali
El dormitorio principal tiene un ambiente íntimo, envuelto en vigas y detalles de mármol, integrados para reflejar la luz e iluminar esta estancia deliberadamente oscura. El gran cuarto de baño de terracota es la pieza central de la casa. Rematado con madera y mármol, desprende una atmósfera sensual y silenciosa que invitan a sumergirse en el agua durante horas. «Queríamos crear un momento magnífico», describe poéticamente Jobe Burns, al tiempo que confiesa que pasó mucho tiempo trabajando con sus artesanos para lograr este resultado.
Otra de las estancias donde disfrutar de un trago frente al fuego, esta vez, verde bosque.
© Felix Speller / Estilismo: Hanna Ali
Las escaleras conducen a las zonas más privadas. La lámpara de cerámica es de Georgia Weston.
© Felix Speller / Estilismo: Hanna AliUn santuario alejado del bullicio
«Quiero que se sienta cálido, como un refugio «, dijo la propietaria a Jobe Burns al inicio del proyecto. «Así que construí un espacio alejado de la ciudad, un lugar seguro donde refugiarse sin riesgo de ser molestado», explica. De ahí la elección de tonos especialmente oscuros en la planta superior de la casa: un dormitorio berenjena, un cuarto de baño rojo oscuro, una habitación dedicada al piano «sin televisión, sin proyector… solo un piano, una chimenea y sillas. Un lugar para tocar el piano mientras se escucha arder el fuego». Y concluye: «Creo que después de viajar por el mundo, uno busca un santuario donde encontrarse de verdad a sí mismo».
El dormitorio azul, repleto de piezas vintage y con un taburete de Jesse Butterfield.
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El diseñador Jobe Burns en el salón de la casa.
© Rashidi NoahSigue leyendo…
Artículo publicado originalmente en AD Francia