Casi cuatro horas tardaron ayer los bomberos de Mérida en sacar de su domicilio a Pedro, un vecino de 47 años de unos 300 kilos de peso que requería el traslado al hospital para ser atendido de una peritonitis, y que finalmente ha fallecido esta mañana. El hombre residía en el primer piso del bloque G de la calle Panadero, en la barriada de Santa Eulalia, y para poder sacarle de la vivienda, los profesionales del parque emeritense tuvieron que afanarse en abrir un hueco en una de las ventanas.
Según ha podido saber este diario, entre siete bomberos lograron mover a Pedro desde la cama en la que se encontraba postrado hasta un palé en el que pudo ser transportado con una máquina elevadora (toro mecánico) hasta el exterior de la fachada, donde aguardaba una grúa. Una vez en la calle, el varón fue trasladado al centro hospitalario emeritense aquejado de dolores intestinales, aunque lamentablemente no ha podido superarlos.
El pasado mes de febrero, como informó este diario, los bomberos, junto a efectivos del servicio de urgencias y emergencias 112 de Extremadura, Cruz Roja, policía local y del ayuntamiento emeritense tuvieron que montar un operativo especial para trasladar a Pedro hasta el hospital. En esa ocasión, el traslado sí estaba planificado, no como ocurrió ayer, que tuvo que gestionarse sobre la marcha ante la urgencia de atender a Pedro.