La afición de Diane Keaton por el real estate: así es como se convirtió en la house flipper del 1% de California

Dicen nuestras abuelas que de casta le viene al galgo ser rabilargo y, aunque no nos imaginamos a Diane Keaton en una carrera canina, el refrán se materializa a la perfección en la actriz. Si bien la recordaremos por su carisma ante las cámaras, la actriz ha dejado a sus espaldas un ambicioso recorrido en el mundo inmobiliario que heredó de su padre.

La artista californiana falleció repentinamente el pasado 11 de octubre dejando a sus espaldas un extenso legado cinematográfico que la ha convertido en un icono de Hollywood. La naturalidad de sus formas, su estilo irreverente y su interpretación camaleónica la situaron en el punto de mira antes de alcanzar la treintena, cuando un joven –pero ya notorio– Woody Allen se inspiró en ella para crear el personaje de Annie Hall, que terminaría valiendo un Oscar y la fama internacional para la joven artista. Pero, aunque la memoria colectiva le rendirá siempre homenaje como una de las actrices más queridas del sistema, Diane Keaton ejerció durante décadas otra gran pasión: la del interiorismo. Y no fue una afición que surgiera de forma espontánea, sino que fue el sustento con que se la nutrió desde niña.

Woody Allen y Diane Keaton en Annie Hall

Woody Allen y Diane Keaton en Annie HallGetty Images

Cómo empezó el interés de Diane Keaton por el real estate

Tal y como reveló hace 8 años a la revista Wine Spectator, el padre de Diane Keaton, Jack Newton Ignatius, se ganaba la vida como agente inmobiliario y habitualmente se hacía acompañar por su hija en sus jornadas de puertas abiertas. La niña de Los Ángeles creció entre hogares de lujo, comparando acabados y observando a potenciales compradores evaluar distribuciones.

Años después, en los 60, se mudó a Nueva York para perseguir su sueño de ser actriz. Allí fue donde se compró su primer apartamento –justo después del éxito en nombre y cheque que le trajo la citada Annie Hall–, un piso en el famoso edificio San Remo, de estilo Beaux Arts y ubicado en el Upper West Side, que contaba con tres dormitorios y ventanas a ambos lados. El piso la enamoró hasta el punto de despertar una pasión. “Fue el comienzo de mi verdadero interés por la arquitectura”, aseguró.