Las primas Leslie Mayerson y Caroline Brickman salieron del hotel Méndez Núñez de Lugo con unas fotografías en blanco y negro reveladas en papel. Las realizó hace un siglo su tía abuela Ruth Matilda Anderson. La fotógrafa visitó la ciudad en enero de 1925 para documentar la vida rural, con el foco mirando a la mujer.

Leslie Mayerson insistía este viernes en «la emoción de estar en el Lugo que fotografió Ruth Matilda hace un siglo y de alojarnos en el mismo hotel que lo hizo ella». Se había hecho una idea de que era «una ciudad pequeña» a través de las fotos que que hizo su antepasada, pero le sorprendió que «se conserve tan bonita» sin haber perdido la esencia de hace 100 años. Añadió que había aprendido mucho sobre el paso de la fotógrafa por Galicia gracias al documental  ‘A viaxe de Ruth’ (2018) de Xosé Reigosa y Jaime Pardo.

La visitante norteamericana comentó que era «la primera vez que venía a Galicia» y que lo había para conocer en persona «el país y la gente» a los que retrató su tía abuela. Lamentó, únicamente, «no hablar español, como ella». La entrevista se le hizo en inglés.

Conoció a la fotógrafa en los últimos años de su vida. «No la veía a menudo porque yo crecí en California y ella vivía en Nueva York, Fuimos a visitarla cuando yo era una niña. Mis padres me habían hablado de que era una gran viajera y una gran fotógrafa». Ruth Matilda Anderson era una persona mayor cuando Leslie hizo esa visita, pero, pese a la edad, «estaba siempre ocupada» con el museo de la Hispanic Society, en el que se guardan los miles de fotografías que sacó; entre ellas, las de Lugo.

La sobrina nieta comentó que habían traído libros y fotografías para hacer este sábado conocer la catedral y el puente romano. Seguirán viajando «por los sitios por los que ella viajó, como O Cebreiro».  Las siguientes etapas serán «Vigo, Pontevedra y el parador de Baiona», comentaba con alegría. Añadía, con una previsión de melancolía, que «en unos días volveremos a California».

Leslie, Caroline y su hijo fueron recibidas en Lugo por Xosé Reigosa. El también fotógrafo indica que la pionera «veu buscar o que se estaba perdendo: a forma de vida; os costumes; os traxes tradicionais,que se estaban cambiando por monos de traballo; carros de vacas,…».

Una imagen hecha en A Mosqueira

Una de las imágenes de Ruth Matilda Anderson está hecha en A Mosqueira. Hay una fotografía que saca ella en la que se ven una caseta cerca de la Muralla y decenas de ollas y jarras de cerámica que estaban a la venta en la zona ajardinada.  En otra se ve a la etnógrafa situada detrás de un trípode, entre las cerámicas, haciendo una foto. Una tercera imagen muestra un carro de bueyes cargado de naranjas para ir a la feira en la Praza de Santo Domingo. Una pareja de mujeres con sombrero y una tercera que sostiene a una niña en su regazo que miran a cámara en el adarve, junto a la Porta de Santiago, es otra imagen.

Ruth Matilda(1893-1983) era hija de un fotógrafo de Nebraska. Estudió Magisterio en Nueva York. Cuando trabajaba como decoradora de interiores para la burguesía más sofisticada fue contratada para un trabajo de campo. La Hispanic Society, fundación que creó Arthur Milton para estudiar las culturas hispanolusas, aceptó su propuesta. Entre 1924 y 1926 viaja por Galicia con tres cámaras para catalogar los modos de vida y costumbres del país, todavía deudor de lo ancestral.

Xosé Reigosa hizo un documental, ‘A viaxe de Ruth’, junto a Jaime Pardo, hace siete años. Seguía el camino gallego de la norteamericana.»Viron o documental na Hispanic Society e gustoulles. Dúas sobriñas netas anunciáronos a súa viaxe hai uns meses», comenta. 

Tras el itinerario de su tía abuela

Leslie Mayerson y Caroline Brickman aterrizaron en Bilbao. Llegaron a Lugo siguiendo el itinerario de Anderson. Eligieron el Méndez Núñez por ser el hotel en que se había alojado Ruth Matilda Anderson. El restaurante del Méndez había recibido sus alabanzas en 1925

Xosé Reigosa trata de explicar las razones por las que un rico aficionado a financiar excavaciones arqueológicas como Arthur Mitlon aceptó pagar el periplo español a una decoradora de 28 años con formación educativa. «Escollérona por ser metodista. España era nese momento moi relixiosa, moi espiritual e moi supersticiosa». Las creencias eran importantes para el mecenas.

«Gustábanlle os traxes típicos, por iso lle manda que os documente», indica el también fotógrafo. Colectivos de recuperación de ropa tradicional como Traxandaina o la artesana Marga Portomeñe usan esas fotos en su trabajo de recuperación.

El archivo que reunió la norteamericana suman las 6.000 imágenes. «Cinco mil son súas e mil son compradas a fotógrafas locais», calcula Reigosa.
Hizo un viaje dos expediciones, en 1924 y en 1925. En la primera, su padre, Alfred, decidió que una mujer joven no debería moverse en solitario a través de un país poco modernizado. Su hija había estudiado fotografía, pero le faltaba práctica. Él era profesional. Xosé Reigosa destaca que la Ruth se hizo enseguida con la técnica. «Tiña incertezas sobre o seu traballo.  Foi aprendéndoo sobre a marcha. Poñíalle grande interese», valora.

El documentalista lucense explica que los Anderson llegaron con tres cámaras de diferentes tamaños –dos pequeñas y una grande— , un trípode y un laboratorio portátil, un peso notable que cargaron a pie, a caballo y en taxi cuando era posible. «Van revelando as fotos e enviándoas á Hispanic Society sobre a marcha». La tarea era inmensa. «Cada vez que se lles acababan as películas ou se lles estropeaba unha cámara tiñan que ir a Madrid para poder comprar ou reparar».