El calendario propició un arranque ya duro de por sí para el Río Breogán, con tres partidos a domicilio en las cuatro primeras jornadas, que se ha enrevesado todavía más por el buen estado de forma que atraviesan los rivales que le han tocado en suerte en este amanecer de la Liga Endesa. Es el caso del Casdemont Zaragoza, que este sábado recibe al equipo celeste en el Pabellón Príncipe Felipe (21.00 horas, Dazn).
El cuadro maño, tras una pretemporada difícil en cuanto a resultados —cayó en cuatro de sus cinco enfrentamientos ante conjuntos de la ACB— cambió de semblante en cuanto las balas dejaron de ser de fogueo. Así, los del recién llegado Jesús Ramírez firman un bagaje en Liga de 1-1 después de derrotar al Baskonia en el duelo inaugural (107-88) y caer en Badalona in extremis (89-86). En la Fiba Europe Cup debutaron este miércoles con una cómoda victoria frente al Falco Szombathely húngaro (97-82).
El proyecto que dirige el míster de Granollers, que fue técnico ayudante de Veljko Mrsic en el Bilbao Basket la campaña 2017-18, tiene preliminarmente mucho potencial, pero está por ver si su filosofía cala y la adaptación de las nuevas piezas. El Zaragoza, otrora una plaza noble en la ACB, aspira esta temporada si no a codearse con los grandes, sí por lo menos a no acabar pidiendo la hora y a ilusionar de nuevo a su afición.
Para tal fin, se apuntaló el juego interior con la llegada de Devin Robinson. Sadir Emir Kabaca —el turco pasó por el quirófano a finales de septiembre y es baja de larga duración, por lo que no jugará ante el Río Breogán— y Joel Soriano, que se unen a Bojan Dubljevic, entre otros.
El pívot montenegrino forma parte del eje principal que mantiene en nómina el Casademont, junto a Trae Bell-Haynes, Santi Yusta —ambos han empezado la competición en un estado de forma superlativo—, Joaquín Rodríguez o Marco Spissu. Para reforzar el perímetro, el cuadro aragonés fichó a D.J. Stephens, que ya conoce la Liga y a un Erik Stevenson del que se espera mucho.
Trabajo continuo en la identidad del equipo
En clave breoganista, Luis Casimiro ha insistido en la previa en que continúan «trabajando» con denuedo para encontrar la «identidad como equipo» y valoró sobremanera la «actitud siempre buena del equipo» para intentar mejorar y «hacer las cosas bien». Ciertamente, el 0-2 que señala el casillero del Río Breogán en este amanecer de la Liga Endesa —derrota en Lleida ante el Hiopos (87-68) y en el Pazo frente al Valencia Basket (90-113)— no es per se preocupante, pero las victorias siempre generan confianza, pues afianzan el buen trabajo que se realiza entre semana.
El preparador manchego asimismo hizo hincapié en que su equipo «crecerá con la competición», esto es, mejorará sus prestaciones tanto atrás como adelante. El propio entrenador del Río Breogán ha reconocido que deben mejorar su balance defensivo, pues han encajado una sangría de puntos al contraataque por parte de sus rivales, la mayor parte de ellos muy baratos.
El cuadro lucense destaca en el porcentaje de acierto
Y es que el ciudadrealeño quiere construir a partir de la solidez defensiva y del rebote y esto todavía no lo ha conseguido controlar su equipo. En la ofensiva, destaca el porcentaje de acierto del cuadro lucense en el lanzamiento triple (35,4%, el sexto mejor de la competición), que casi iguala al de tiro de dos puntos (37,5%, el último en el ránking). Con la mejora de este último, que llegará, las opciones de victoria del cuadro celeste se multiplicarán.
En cuanto a individualidades, a medida que DeWayne Russell, un gran director de juego y asistente al que no le está acompañando el acierto, Keandre Cook se asienten, especialmente, el Río Breogán habrá dado un paso adelante. En el juego interior celeste, ya sin Dario Dreznjak pero con la buena mano de Mihajlo Andric, también hay mucho espacio para crecer. Y esta evolución será lo que permita a los de Lugo competir ente cualquiera. Hoy es un buen día para ello.