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Con tan solo 16 años, el joven escultor venezolano Josué Benjamín Figueroa ha terminado la escultura más grande del mundo dedicada al doctor José Gregorio Hernández, el «Médico de los Pobres», que será canonizado este domingo en el Vaticano por el Papa.
Nacido en el estado venezolano de Carabobo, Josué Benjamín comenzó su carrera en la escultura a los cuatro años, cuando empezó a modelar figuras en plastilina, como el conocido personaje Mario de Nintendo.
Su propio programa en televisión
Posteriormente, a los siete años, evolucionó hacia el trabajo en arcilla, lo que le permitió perfeccionar su técnica y alcanzar mayores niveles de sofisticación. Este crecimiento artístico lo llevó a ganar el premio «Inspiración del Año» en los Kids Choice Awards 2021.
La escultura que acaba de terminar de José Gregorio Hernández destaca por su tamaño monumental y el nivel de detalle que evidencia la dedicación del joven artista. Estará colocada en el distribuidor Negro Primero de la Autopista Regional del Centro (ARC), del municipio Guacara, en el estado Carabobo.
En un vídeo difundido en su cuenta de Instagram, el joven Josué comentó: «Estoy creando la escultura de José Gregorio Hernández más grande del mundo, pero para terminar necesito de tu apoyo«.
Josué, gracias a su habilidad con el modelado, ha logrado tener su propio programa de televisión en Nickelodeon, «El taller de Josué», y ha fundado su propia galería de arte en Caracas.
Cuenta con una comunidad de 1.400.000 seguidores en Instagram, red que le sirve para expresarse e inspirar con sus creaciones. Su trabajo ha sido expuesto en galerías de Venezuela y en Europa, no está nada mal para un adolescente.
A su corta edad, Josué tiene esculturas instaladas en varias ciudades del país, incluyendo la de San Agustín de Hipona en la entrada de la ciudad de Guacara, de más de 6 metros, con la que buscaba un récord mundial.
Testimonio de generosidad
José Gregorio Hernández nació el 26 de octubre de 1864 en Isnotú, una humilde localidad del estado Trujillo (Venezuela). Sus padres fueron Benigno Hernández y Josefa Cisneros (de origen canario), siendo por línea materna, descendiente del cardenal Francisco Jiménez de Cisneros.
Fue médico, científico, profesor, músico y filántropo, con vocación religiosa, además de franciscano seglar. En cada una de las áreas en las que se desempeñó, fue testimonio de la generosidad, la caridad, la solidaridad y la fe en Cristo, con un corazón especial movido por los pobres y los desfavorecidos.

Dolido por la terrible situación que se vivía durante la Primera Guerra Mundial, ofreció a Dios su vida, pidiéndole que aquella guerra acabara. El 28 de junio de 1919, se firmó el Tratado de Versalles con el que se dio fin al conflicto bélico. Un día después, el 29 de junio de 1919, el Médico de los Pobres fallecía a la edad de 54 años, a causa de un impacto en la cabeza con el borde de una acera, después de tropezar a causa del golpe de un automóvil. Fue beatificado en abril del 2021 y será canonizado este domingo 19 de octubre por el Papa en el Vaticano.