El Ayuntamiento de Sevilla, a través del Área de Turismo y Cultura, ha celebrado el éxito sin precedentes de la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión de Sevilla (FLAO), que ha cerrado su última edición como la mejor de lo que va de siglo. Según la Asociación de Amigos del Libro Antiguo de Sevilla, organizadora del evento, la cita ha superado todas las expectativas, con un notable incremento tanto en ventas como en asistencia de público, consolidándose como una referencia nacional en el ámbito del libro antiguo.

En una nota de prensa, la Administración local ha detallado que la cita se consolida como «la tercera feria más importante del país en su sector, tanto por su volumen de ventas como por su repercusión cultural y la afluencia de público».

Ubicación estratégica y nuevas fechas

El adelanto de las fechas y la ubicación en la Plaza de San Francisco, estrenada en la pasada edición, han sido «claves» para alcanzar «las mejores cifras de asistencia y ventas de los últimos tiempos», según el balance de la organización, que también ha destacado el «interés creciente» del público joven por el libro antiguo y de colección.

La delegada de Turismo y Cultura, Angie Moreno, ha considerado que esta feria es «una de las citas culturales más queridas por los sevillanos» y una «seña de identidad de nuestra agenda literaria», y ha destacado que el apoyo del Ayuntamiento de Sevilla es «una apuesta por la cultura, por la lectura y por la memoria literaria de Sevilla».

Participación nacional y oferta editorial

En concreto, esta edición número 48 ha reunido en la Plaza de San Francisco a 22 expositores procedentes de toda España, que desde el pasado 29 de septiembre han ofrecido una «selecta» muestra de libros antiguos, curiosos y descatalogados, junto con revistas, mapas, cartografía, carteles antiguos y otras piezas de coleccionismo.

Además, la FLAO ha contado con un «amplio» programa de actividades paralelas gratuitas que ha registrado una «excelente» respuesta de público, entre las que han destacado las visitas guiadas a los fondos antiguos de la Biblioteca de la Universidad de Sevilla, la Biblioteca Colombina y la Real Academia Sevillana de Buenas Letras.

Asimismo, también ha catalogado como «un éxito» los cuentacuentos del narrador Carloco, «especialmente» en los fines de semana, y la exposición fotográfica instalada en las propias casetas.

Experiencia cultural, educativa y emocional

Además de la oferta cultural, Moreno ha señalado que las actividades complementarias » contribuyen a que la feria sea «una experiencia cultural, educativa y emocional» que conecta a «generaciones distintas en torno a la lectura».

Uno de los momentos «más emotivos» de esta edición ha sido el homenaje al escritor, poeta y traductor Antonio Rivero Taravillo, quien iba a pronunciar el pregón inaugural y cuya publicación, editada por la feria, se ha agotado.

También ha destacado la participación de la feria en La Noche en Blanco, organizada por la asociación sevillasemueve, el pasado 3 de octubre, cuando las casetas permanecieron abiertas hasta la 1,00 de la madrugada, recibiendo una «gran afluencia» de visitantes.

Asimismo, durante la cita se presentó un volumen editado por la feria que reúne ‘La vida imaginada’ y ‘El mapa del lector de poesía’, de Jesús Marchamalo, con ilustraciones de Juan Vidaurre y prólogos de Luis Mateo Díez y Antonio Colinas, en un acto que contó con la participación del propio Marchamalo y del escritor Jesús Carrasco.

El director de la Feria, José Manuel Quesada, ha valorado el interés de los libreros por hacer de Sevilla el «punto de encuentro de los amantes del libro antiguo, mirando al futuro con confianza y con ganas de seguir mejorando», y ha insistido en «la importancia del apoyo institucional para garantizar no solo la continuidad del evento, sino su crecimiento y su proyección».

Por su parte, Moreno ha afirmado que el Ayuntamiento seguirá «respaldando esta feria», porque es «parte esencial de nuestro patrimonio cultural» y una cita que «sitúa a Sevilla entre las grandes capitales del libro de España«.