María Agra

Sábado, 18 de octubre 2025, 19:30

| Actualizado 20:41h.

El 17 de octubre de 1915, Gijón vio nacer «una de sus grandes obras arquitectónicas» en la huerta del Instituto Jovellanos. Un «palacio de cristal risueño, atrayente y adecuado a las modernas exigencias de la didáctica comercial», en palabras de su entonces director, que rápidamente se convirtió en una de las construcciones más destacadas de una ciudad que no se caracteriza, precisamente, por su valor arquitectónico. Estamos hablando de la antigua Escuela de Comercio.

Ubicada en la calle Tomás y Valiente, «fue el primer edificio que se construyó en España para albergar una escuela de comercio, hasta entonces alojadas dentro de institutos u otros edificios», recordó ayer Enrique Loredo, profesor de la Facultad de Comercio, Turismo y Ciencias Sociales Jovellanos, durante el acto conmemorativo de su 110 aniversario que tuvo lugar en el inmueble. Allí permaneció más de 90 años, antes de trasladarse a su actual sede en la Universidad Laboral.

Durante décadas, fue «uno de los tres centros universitarios de la Universidad de Oviedo en Gijón y formó a miles de gijoneses (tanto hombres como mujeres) en comercio, empresariales y otras disciplinas», siendo una de las pocas opciones para cursar estudios universitarios en la ciudad. Aunque su centenario debía haberse celebrado en 2015, coincidiendo con «la fecha redonda» las obras de rehabilitación impidieron hacerlo entonces y el homenaje tuvo que esperar diez años más.

Un homenaje que también sirvió para conmemorar la figura de Valentín Escolar, primer director de la escuela y verdadero artífice de su construcción –gracias al apoyo del Ayuntamiento–, y para redescubrir la vidriera alegórica del comercio que domina el edificio.

Un recuerdo «muy emotivo»

Los estudios de comercio comenzaron a impartirse en 1862 en el Instituto Jovellanos, pero los vaivenes de las reformas educativas terminaron con su supresión. En ese contexto, una serie de personas presionaron en todos los ámbitos para que se volviese a instalar, siendo uno de ellos Valentín Escolar, quien dirigió la escuela hasta 1920. «Consiguió que se crease una escuela de comercio autónoma, fuera del instituto, y fue clave para que el Ministerio de Fomento construyese el edificio», relató Loredo, que estuvo acompañado en todo momento de la decana de la facultad, Cristina López.

Su familia mantuvo el vínculo con la ciudad y, ayer, su nieta, Carmen Rueda, y su bisnieto, Fernando Agulló, se trasladaron a Gijón para participar en el homenaje. «Mi madre estaba deseosa de venir al acto», comentaba, nervioso, momentos antes de empezar. «Los dos estamos muy emocionados de que, después de 110 años, Gijón se siga acordando de él», afirmó. «Es un recuerdo muy emotivo».

En lo que respecta al diseño del edificio, su elemento más singular es la vidriera principal. Realizada por los talleres La Veneciana, de Zaragoza, entre 1914 y 1915, es «la más antigua conservada en un edificio público gijonés», aseguró el historiador del arte Isaac Cuello, que aportó una de las grandes revelaciones respecto a la imagen de la vidriera, fruto de su amplia investigación.

Imagen - Ilustración del pintor Martínez Abades en la portada de una edición especial de EL COMERCIO de 1899.

Ilustración del pintor Martínez Abades en la portada de una edición especial de EL COMERCIO de 1899.

E. C.

Imagen - Ilustración del pintor Martínez Abades en la portada de una edición especial de EL COMERCIO de 1899.

Obra del vidriero parisino Joseph Gullonet, representa una figura femenina inspirada en una ilustración del pintor Martínez Abades, publicada en la portada de EL COMERCIO en 1899 con motivo de un especial ilustrado preparado para la Exposición Regional de Gijón del mismo año (la actual Feria de Muestras), que intentaba imitar a las grandes exposiciones de Londres o París.

La comitiva de autoridades visita el edificio de la Escuela de Comercio de Gijón en el acto inaugural.

La comitiva de autoridades visita el edificio de la Escuela de Comercio de Gijón en el acto inaugural.

E. C.

«Símbolo y seña de identidad» desde el 17 de octubre de 1915 hasta hoy

Después de acumular varios meses de retraso en las obras a causa de incumplimientos del contratista, huelgas en el sector y el establecimiento de la jornada de ocho horas, la antigua Escuela de Comercio se inauguró el 17 de octubre de 1915 en una ceremonia que estuvo presidida por el ministro de Fomento, Javier Ugarte, y que contó con la presencia del rector de la Universidad de Oviedo, Aniceto Sela; el alcalde de Gijón, Fernando Galarza; el senador Fermín Canella, y el Conde de Revillagigedo. Iba a ser la sede de los estudios mercantiles y, por tanto, «símbolo y seña de identidad» de la ciudad, tal y como describió su entonces director, Valentín Escolar. En su discurso del acto de inauguración, dejó atónitos a cuantos lo escuchaban cuando, llevado por la emoción, abogó de manera apasionada por la supresión de exámenes. Actualmente, aunque el edificio ya no forma parte del patrimonio de la Universidad de Oviedo, se ha reconvertido y ha cobrado una nueva vida para dar servicios a la ciudad.

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