Al Covirán le salió cruz frente al Baskonia en un incierto final de partido. No pudo impedir la tercera derrota consecutiva (80-83) en la … Liga Endesa, lo que le deja en el fondo de la clasificación. Los granadinos rozaron el primer triunfo, al darle la vuelta a una desventaja en torno a los diez puntos con el corazón de Jonathan Rousselle, que tuvo que asumir la batuta sin apenas respiro.
El despertar de Thomas en el segundo tiempo contribuyó junto a Bozic y Kljajic en una clara opción de triunfo, desperdiciada por errores puntuales en el momento clave, y ante un poderoso rival pero que vino a Granada diezmado por las bajas.
Ramón Díaz tuvo que dar la batuta a Jonathan Rousselle y el francés tomó las riendas hasta que el cansancio se apoderó de él, con la cuarta falta y una pérdida en el tramo final, tiempo del entrenador granadino. El partido siguió sin dueño. 77-76 y restaron tres minutos. Diakite puso el tapón y un dos más uno seguido para el 77-79. Rousselle coló el triple para el 80-79. Pero los últimos ataques rojillos fueron inútiles, con fallos de Valtonen y Hankins mientras Spagnolo aprovechó con una bandeja las acciones defensivas de Diakite.
El Covirán recibió a un Baskonia muy mermado por las lesiones, con cuatro bajas, algo cansado por la doble jornada de Euroliga y en horas de depresión tras las derrotadas encajadas con el París y Partizan. Los granadinos tuvieron la obligación de sumar ya en la tercera jornada de la Liga Endesa y con la plantilla al completo.
Esta vez Ramón Díaz se decantó por Edu Durán en el descarte, por lo que Pere Tomàs completó el róster de doce jugadores. En cambio, Paolo Galbiati tuvo que tirar de jugadores del segundo equipo, al estar fuera de combate el base Trent Forrest y los exteriores Marcus Howard y Rodions Kurucs.
A esas tres ausencias se sumó la del pívot Samanic a última hora debido a un resfriado. Por tanto solo nueve de los trece senior. Y con el base Kobi Simmons, que estuvo en el punto de mira del Covirán hace tiempo, a punto de aterrizar en Vitoria, director en pista que tendrá un contrato de dos meses, el tiempo previsto para la recuperación de Forrest.
Los quintetos iniciales, formados por Rousselle, Thomas, Valtonen, Bozic y Hankins por los locales y el de los vitorianos con Nowell, Villar, Diallo, Frisch y Diakite. El Covirán palió el mal inicio con la aparición de Thomas, para el 6-9, pero tuvo los primeros problemas cerca del aro con Diakite.
Galbiati realizó rotaciones con rapidez, a los tres minutos, con Spagnolo, Luwawu-Cabarrot y Diop, manteniendo a Villar de dos, buscó manejar el balón y velocidad con dos bases.
Acto seguido, Sedekerskis y Joksimovic completaron los relevos, un triple de éste, más el anterior de Luwawu-Cabarrot, lanzó al equipo de Gazteiz en el marcador al 8-16, primer hueco serio.
La formación alavesa encestó con mucha facilidad y en penetraciones que descolocaron por sorpresa a los nazaríes: 13-22. Restaron tres minutos de cuarto, momento en que Díaz sacó a Speight, Kljajic, Babatunde y Burjanadze, con solo Valtonen de los hombres de principio.
Luwawu-Cabarrot siguió en su momento dulce de tiro y al Covirán le volvió a costar un mundo el tiro exterior. 17-27. Nueve abajo al final del primer cuarto: 21-30, estuvo once con 17-28. La diferencia del rebote, 2 por 8 y de triples, 1/6 por 6/8 fue determinante, de un 16,7% a un 75%, casi nada.
Al empezar el segundo cuarto, Frisch se sumó a la fiesta alavesa del triple. El baloncesto del Baskonia fue fácil y rotundo, o penetraciones por su calidad en el uno contra uno y bandejas o, si estaban tapados, sacar el balón y noquear al Covirán desde el perímetro con lanzamientos letales. Rousselle, Thomas y Hankins regresaron con Burja y Bozic juntos, en otra novedad del entrenador granadino, en busca de un revulsivo. Pero Matt continuó sin puntería, ya 0/4.
Saltaron las alarmas, 25-39, el Covirán no supo frenar al Baskonia, ni siquiera con cambios defensivos. El dominio de los vitorianos fue absoluto en quince minutos. Paolo Galbiati paró el partido tras un robo y bandeja de Kljajic y 29-39. El partido entró en un bucle de errores y precipitación, donde apenas el montenegrino tuvo acierto. Pérdidas y descontrol.
Babatunde rebañó y Kljajic apretó de tres al 36-40, nuevo tiempo del técnico italiano del club de Gasteiz. El balcánico fue el revulsivo con nueve puntos, pero Luwawu-Cabarrot, también con nueve, impidió un mayor acercamiento al descanso: 39-45.
El Covirán corrigió el rebote en el segundo cuarto, 14 por 16, algo clave, aunque Rousselle y Bozic vieron limitada su presencia al acumular tres faltas de cara al segundo tiempo. El triple, igual de flojo con 2/12 y 16,7%.
Thomas asumió la responsabilidad del ataque en la salida del tercer cuarto, aunque Frisch le respondió pronto. Los cinco primeros puntos del estadounidense y 44-48. Valtonen apretó al 46-48, el partido entró en una dinámica de más igualdad. Bozic volvió con tres faltas y empató a 52 puntos. Y un triple de Rousselle adelantó a los nazaríes en el marcador, 55-52. Restaron cuatro minutos y el público se notó de lo lindo.
Speight y Burjanadze protegieron a Rousselle y Bozic por las faltas en los últimos minutos del tercer cuarto. Kuwawu-Cabarrot devolvió la iniciativa al Baskonia, 4/8 en triples y ya 13 puntos: 57-60, tiempo de Díaz.
Al intermedio 60-62. El Covirán superó el trance de que Rousselle estuviera en el banco. Speight subió bien el balón pero sin generar lo necesario, y Kljajic le echó una mano pero, cuando pasó a Babatunde, creada la ventaja, el pívot de Sierra Morena volvió a sacar la pelota fuera, a la casilla de salida como en el juego de la oca… Así fue muy complicado, en especial en otro día de muy bajo porcentaje de acierto en el tiro exterior.
En el último cuarto, Ramón Díaz se la jugó con Rousselle y Bozic con tres faltas, pero no le quedó más remedio, con Speight poco en pista y Munnings, cero segundos. El Baskonia se mostró infalible al 67-72 a falta de siete minutos para el final. Kljajic y Thomas mantuvieron a los granadinos en el encuentro, intentando arreglar el pobre porcentaje de triple global. Nuevo triple de Matt Thomas y tiempo de Galbiati, con empate a 72 a falta de cinco minutos y medio. Una prórroga por delante… En la que, con la moneda al aire, cayó cruz para los granadinos.