Si Paula Ostiz Taco no hubiera nacido en Pamplona el 12 de enero de 2007, sino en cualquier ciudad norteamericana, sus 18 años ya hubieran dado para una serie de televisión. Es la menor de tres hermanos de una familia humilde, trabajadora, que se ha abierto paso en todo con lo justo, sin lujos. Paula ha visto y aprendido en su propia casa lo que de verdad cuestan las cosas. La necesidad forja, curte, enseña. Esta vecina del barrio de San Jorge es un volcán en bicicleta que no conoce sus límites, y una mujer con un profundo mundo interior. 

¿Sigue todavía subida en la nube del Mundial y el Europeo?

Sí, me cuesta asimilarlo. Al llegar a casa pensé que había ganado una carrera normal, pero son un Mundial, un Europeo, que son muy importantes. Lo que he hecho ha tenido muchísima repercusión, es que es algo mundial.

¿Se siente como cuando en el mar le arrastra una ola y no para de dar vueltas?

Sí, es una sensación rara. No lo asimilas, porque esto es muy grande, histórico. Todo el mundo está encima mía y nunca me había sentido así.

¿Le agobia?

No lo llevo mal, me gusta que la gente esté pendiente de mí. Pero hay que saber llevarlo.

¿Cuántas veces ha visto ese final del Mundial?

En cuanto llegué a casa y me puse a cenar con mi hermano estuvimos viendo otra vez el Mundial, pusimos todos los vídeos. Y me emocioné. Es que antes de irme al Mundial le dije, Raúl voy a ser campeona del mundo y de Europa. Y mira, lo he conseguido. Fue increíble.

Todo en 20 días.

Es que es increíble. Gano el Mundial, cojo un avión, corro el Europeo de crono, y lo gano. El de ruta, y lo gano. Todo ha ido muy rápido.

¿Cómo está por dentro?

El día que gané el Mundial no paré de llorar. Pensé: si ganó, me voy a pegar todo el día llorando. Y después de ganar, lloré un montón. Mis amigas de la selección, llorando. Leyre Almena, que es mi mejor amiga, estaba llorando una barbaridad en el podio. Ver a gente que de verdad te quiere tan emocionada por lo que has hecho te llega muy dentro.

¿Por qué todo salió perfecto?

Tuve a la selección a mi disposición, me ayudaron en todo momento. Todo ese trabajo que te ahorras es energía que conservas para jugar tu baza al esprint, y así fue.

Sí, pero usted era la pieza a batir por todos.

Yo estaba tranquila, tenía la confianza de que todo iba a salir bien, tenía una mentalidad fuerte y todo salió perfecta.

Recuerde ese esprint, por favor.

Quedaban creo que 200 metros, 150… Vi claro que ese era el momento, agarré de abajo y me puse a tope. Miraba debajo del manillar y vi que no me pasaba nadie. Veía que lo daba todo y nadie podía conmigo. Y en cuanto crucé la línea toda la emoción se me vino encima de repente.

Sí, llegué, me tiré al suelo y a partir de ahí es que no paré de llorar porque la emoción era increíble, y porque se me vino de golpe a la cabeza todo lo que había pasado y trabajado en los meses previos. En los campeonatos de España lo pasé muy mal, no conseguía estar a mi nivel. Mi entrenador fue quien me ayudó a salir de ese mal momento… Ese oro es todo.

¿Qué sintió la primera vez que vio ese maillot arcoíris de cerca, cuando lo tocó, cuando se lo puso?

Me di cuenta de que ese era un momento histórico no solo para mí, sino para todos. Cuando sonó el himno con mi imagen de fondo, cuando vi a todas mis compañeras superemocionadas cuando me daban el maillot… no paré de llorar. Son momentos que van a permanecer siempre en mi recuerdo. Ese día no me quité mi maillot arcoíris en ningún momento. Tampoco la medalla.

¿Durmió con él?

No, pero casi. Lo veía colgado y le decía a mi compañera de habitación, mira lo que hemos conseguido, ¿somos conscientes? Es que aquello era muy grande.

De todas formas, el día del Mundial de crono usted no acabó contenta.

Es que me quedé sin radio en el kilómetros seis, iba sin tiempos, no sabía nada. En el punto intermedio iba a tres segundos del mejor tiempo, pensaba que estaba para ganar.Pero cuando llegué a la zona del empedrado iba muerta, no tenía nada. No me rendí, cuando vi que había hecho segunda… lloré de alegría porque había mejorado a un segundo puesto.Pero también, mierda qué cerca ha estado.

¿Y qué pasó después?

Cuando vi a la holandesa en el podio con el maillot arcoíris pensé: tiene que ser mío si o si el día de la ruta. No podía irme a casa sin el campeonato.

Es llamativo que tres días después del Mundial usted fuera capaz de ganar los dos europeos.

Es que si conseguía los dos era historia, era rematarlo. Quería conseguirlo, y demostrar que en el mundial de crono tuve un mal día.Y las sensaciones fueron increíbles, iba muy fácil, iba en moto. Yo creo que estaba con el subidón de la altura, esto es mío y no se me puede escapar.

Y de ahí enlaza con tres carreras con Movistar en profesionales.

Sí, han sido tres carreras en las que he tratado de ayudar al máximo al equipo, pero lo que yo quería era llegar a casa, estar y celebrar con los míos.

Llega a la estación de Pamplona y se encuentra con un recibimiento de campeona del mundo.

No me lo esperaba para nada; me cantaron, me bailaron…

¿Qué piensa cuando se nota querida por tanta gente?

Es una pasada, es algo especial. Una cosa es que te feliciten por redes sociales, y otra que lo hagan así y en persona con tanto cariño… nunca he sentido algo así.

¿Por qué llora tanto?

Primero por emoción, y después por todo lo que he vivido. La gente se piensa que gano fácil, pero hay días que estoy muy mal. El día que quedé segunda en el Mundial de crono tenía mensajes de mi hermano, mi familia, mi entrenador y una amiga. Nadie más. Ahí vi quién valía la pena. Por eso lloré.

Es sensible.

Claro.

¿Piensa mucho en bici?

Nada. Cuando entreno, entreno.

Usted siempre se acuerda mucho de su familia. Su madre, sus hermanos, ¿qué es la familia para usted?

Vengo de una familia muy humilde, que vive de alquiler, a veces mi madre no ha tenido dinero para pagar cosas. Yo espero que algún día pueda ayudar a mi familia para que no esté mal económicamente. Mi familia, tener un hogar es lo más importante para mí, es lo principal.

Lo han pasado mal.

Sí, muy mal. Ha habido días que hemos tenido que hacer comida y venderla a amigos para poder pagar deudas en casa. Eso hay gente que no lo sabe. Puede parecer que yo estoy de risas todo el día… pero si vas a mi casa y ves lo que hay, la realidad es otra.

¿Le ha condicionado todo eso en su carácter?

Claro. Me condiciona para bien, por lo que he vivido soy más fuerte a la hora de pelear por las cosas. Voy a conseguir esto por mí, y por mi familia. Yo veo que me ayudan en todo, el esfuerzo que hacen. Aunque no tengan nada, dan todo lo que tienen. Es lo que vale la pena, lo que de verdad importa en la vida.

¿Qué es para usted su madre?

Es todo. Mi madre aunque no tenga dinero, o no pueda, saca fuerzas de donde sea para vernos a nosotros contentos, felices. Eso marca mucho.

¿Su reto es tratar de darle a su familia unas buenas condiciones económicas?

Sí, voy a ayudar en casa. Siempre lo he hecho. Ver que tu madre no tiene para cualquier cosa, y ahora que yo puedo hay que ayudarle a la familia, que es lo principal.

Su hermano Raúl, que es ciclista también, tuvo un accidente muy grave y usted es un apoyo importante para él.

Raúl es fundamental. Veo todo lo que le ha pasado y pienso, no puede ser. Su sueño era ser ciclista profesional, y debido a los accidentes no ha podido conseguirlo. En todos los momentos malos, siempre ha estado conmigo. Y quiero devolvérselo. Quiero que venga a todo lo bueno que me pase. Le voy a dar todo lo que pueda por verlo feliz, es lo más importante.

Hay una pulsera de la Policía Foral que le ha acompañado en todos sus éxitos.

Sí es de mi hermano mayor, que es Foral. Para mí esa pulsera es como una fortaleza, mi familia está en mi brazo, me da energía y seguridad.

Usted lleva muy discretamente todo esto.

Procuro, no hay necesidad. Si se conoce, que se conozca. La gente se cree que estoy alegre siempre y que todo es muy fácil pero por detrás en casa las cosas no son así.

¿Usted cree en algo?

¿En Dios? Mi familia siempre ha sido creyente. No sé… ahora mismo está pero no está, es algo intermedio. Mi padre es de una familia muy creyente, y mi familia me ha educado siempre muy bien. Él siempre me dice que aunque llegue a lo más alto siempre siga siendo la misma persona, que tenga los pies en el suelo porque es lo más importante. He conseguido un Mundial, un Europeo y sigo siendo la misma persona. Hablo con todo el mundo… y me gusta que la gente me quiera como soy, no por mis éxitos.

Cuando ganó el Mundial, le dio un maillot firmado a cada compañera. ¿Es agradecida?

Sí, si he ganado ha sido por ellas. Yo soy agradecido con todo el mundo.

Entre sus agradecimientos siempre aparece su entrenador, Imanol. ¿Por qué confía tanto en él?

Llevo trabajando con él desde que era cadete, cuando tenía 14 años. Lo conocía a través de mi fisio, Iñaki Arraiza. Él me ha ayudado a conseguir todo, aunque la gente piensa que no vale para nada. Este año mira lo que ha conseguido, en el futuro quiero seguir con él. Hay buena comunicación, nos entendemos y los entrenamientos son adecuados. Poco y bien. La gente tiene que saber que es la persona con la que quiero trabajar.

Cuando le conocen, la gente se sorprende por la determinación que tiene con todo.

Es que es fundamental. La gente se piensa que el año que viene le gane a las profesionales. Soy realista, el nivel es altísimo y tengo que seguir progresando. Yo no puedo decir si voy a ganar un Tour o no, no tiene sentido. Hay que ir paso a paso, no saltos gigantes. Todavía no sé qué ciclista soy, si clasicómana, si para vueltas… en dos años podré saberlo.

¿De dónde ha sacado esa determinación?

De mis padres. Mi padre hace las cosas muy a rajatabla, todo tiene que estar ordenado. El orden y la limpieza me los han inculcado desde niña. Y mi madre, igual. Si se me mete una cosa en la cabeza, tengo que conseguirlo y voy a por ello.

Pero habrá cosas que no salgan.

Da igual, siempre hay más oportunidades.

¿Y si siguen sin salir?

Pues a seguir trabajando, no hay que frustrarse.

Bueno, ha dicho que quiere ir a unos Juegos Olímpicos.

Tengo tres años, y me gustaría ir a Los Ángeles. Si puede estar Imanol, lo llevaré. Si hay una opción de medalla voy a ir a por ello. Los Juegos creo que es lo máximo, más que el Tour, el Mundial…Allí están los mejores de todos los deportes, todos los famosos.

¿Usted es de famoseo?

Para mí no, pero ver a todos los deportistas famosos tiene que ser increíble.

¿Qué cosas lleva mal de la gente?

No puedo con la mentira, no quiero gente falsa en mi vida; personas que engañen o mientan, no. Conmigo solo tienes una oportunidad, si me engañas una vez ya te hago la cruz. Conmigo hay que ir de frente.

¿Es rencorosa?

No, no me gusta que me engañen. Conmigo las cosas claras.

¿Qué va a hacer en vacaciones?

Es que tengo concentración con el equipo, el 26 creo que tengo que ir al Sadar. Y el 29 tengo prácticas de un grado que estoy haciendo de Emergencias Sanitarias. Empiezo a correr en enero, hay que entrenar… Solo tengo 11 o 12 días sin bici.

¿Qué le apetece hacer?

Estar con mi hermano, llevármelo a algún sitio…

¿Dónde querría viajar?

A muchos sitios, pero tengo que ir con la bici si o si.

¿Salir?

Sí, pero salir normal no de fiesta. No me gusta la fiesta.

Nada.

Me agobia. Me gusta estar tranquila, disfrutar de otras cosas, ir a la playa, al monte.

¿Y sus amigos de Pamplona?

Tengo amigos de la bici; de Pamplona, pocos. Al final la gente del colegio y el instituto se ha ido cada uno por un lado.

¿Y en su tiempo libre?

Me gusta ver vídeos, leer libros de deportistas. Veo series, voy poco al cine…

Novios, novias…

…Nada no me sale nada, con nadie. Ya me llegará. Si empiezas a buscar, malo.

Te puede interesarPaula Ostiz