Sábado, 18 de octubre 2025, 21:07
| Actualizado 21:17h.
Pintar es transmitir una visión personal del mundo. Para los aficionados, llega a ser una terapia con la que evadirse del día a día. Para Isabel Rodriguez ha servido de medio de comunicación con su familia. «Isabel es autista y por ahí encontramos un puente para poder comunicarnos con ella», cuenta su padre, Jesús.
El jueves inauguró en Altarte su primera exposición en la que muestra su visión del mundo y afán de superación con la que abre la nueva temporada en la sociedad gastronómica-artística de Altamira. «Desde muy pequeñita, desde los dos años y pico, ya sabes, hacía los típicos garabatos como todos los niños, pero a nosotros nos vino muy bien porque los autistas se caracterizan porque se aíslan bastante. En casa, por ejemplo, yo, mi padre, mi hermano… somos todos de pintar, de hacer fotografías», una afición que su hija ha heredado y ha sido el punto de unión con la familia. «Ahora lo necesita. Es como una mecánica para ella que le viene muy bien».
Es la primera exposición de Isabel, que a lo largo de los años ha llenado cientos de láminas y cuadernos con sus pinturas. Todo lo ha aprendido en casa, con ayuda de su padre. «Ella es autodidacta, en el sentido de que ha aprendido conmigo. En su día recibí clases de pintura en Barrena» y, en base a ello, le intenta enseñar poco a poco a su hija. «A mí me viene muy bien porque me anima también a pintar, a hacer fotos… Es que tiene una habilidad extraordinaria», comenta.
«Es una buena manera de ver que, a pesar de su manera de ver el mundo diferente, tiene unas grandes habilidades»
La temática principal es la naturaleza y los paisajes, tal y como se puede ver en Altarte, aunque el único límite es que «tiene que ser pintar lo que ella quiera y cuando ella quiera». La muestra estará abierta en la sociedad Altarte hasta el 16 de noviembre los sábados y domingos de 12.00 a 13.30 horas. Para visitar la exposición entre semana, habrá que concertar cita llamando al 658.713.918.
Tampoco se centra en una técnica en concreto. «Como nosotros tocamos todos los palos, ella también lo hace igual. De hecho, ella ahora cada 15-20 días o cada mes, me dice, ‘papá, hay que pintar’». La inspiración llega en cualquier momento, desde un cuadro que haya visto en una exposición, un fotografía sacada en algún viaje por ella o por la familia, o alguna imagen que encuentre por internet. «Ella también hace fotografía, además, maneja el Photoshop».
Otras habilidades
Jesús aprovecha también para trabajar otro tipo de aptitudes a través de la pintura. «Me costó muchísimo que tuviera paciencia, porque al principio quería empezar y terminar. Había que hacerlo rápido y, claro, hay técnicas que no puedes hacer eso. El óleo, por ejemplo, tienes que dejarlo secar, tienes que esperar por la capa». Poco a poco también ha conseguido ampliar el abanico con otros materiales «más rápidos», como por ejemplo el acrílico y la acuarela, que secan más rápido y los puede acabar en una sesión. «Cada vez que vamos de vacaciones se lleva una libreta y ella va haciendo sus dibujos allí».
Con esta exposición en Altarte quieren dar a conocer el gran valor que guardan las personas autistas gracias a su visión personal del mundo. «Estos niños tienen unas capacidades maravillosas, una concentración y una memoria brutal», explica Jesús, que no dudó en aceptar la propuesta de Patxi Morales. «Es una buena manera de que se vea lo que hace, que hace cosas muy curiosas y que se vea que estos niños, a pesar de su manera de ver el mundo diferente, también son muy sensibles, muy capaces de hacer y tienen unas grandes habilidades».
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