Hay Mundial de Fórmula 1. Estas cuatro palabras, que parecían una utopía hace solo unas semanas, se han convertido en una realidad gracias a dos axiomas que se cumplen sobre la pista: Max Verstappen es un animal competitivo y McLaren no hace más que pegarse tiros en el pie. Lo que parecía ser un campeonato cómodo para los coches papaya, ya es un drama de enormes dimensiones por culpa de una indefinición que aprovecha como nadie el neerlandés.

Verstappen ha demostrado muchas veces que es una bestia al volante. No solo hablamos de su calidad como piloto, sino que es voraz y un luchador que nunca baja los brazos. Pero lo que le faltaba para meterse de lleno por el Mundial se lo ha dado McLaren. El neerlandés ha olido sangre, ve el miedo que desprende el equipo británico a quedarse sin el título y se ha lanzado a por todas. Ha recibido el empujón que le faltaba para creérselo y lanzarse a por su quinto campeonato.

Foto: gran-premio-estados-unidos-carrera-cronica-verstappen-piastri-norris-alonso-sainz

TE PUEDE INTERESAR

Max Verstappen vuelve a triunfar en EEUU y mete el miedo en el cuerpo (todavía más) a McLaren

El Confidencial EFE

Fue en el anterior Gran Premio, en Singapur, donde McLaren levantaba el título de Constructores. No era más que la confirmación del buen rendimiento del MCL39, donde Oscar Piastri y Lando Norris habían demostrado un dominio casi con mano de hierro en los primeros compases de la temporada. Pero ha sido en las últimas cuatro carreras donde se les ha metido el miedo en el cuerpo, pues un lobo anda suelto y ha salido de caza: Verstappen ha olido sangre y va a por todas.

De hecho, lo peor que le podía pasar a McLaren es que Verstappen se lo crea. Pero el neerlandés ha visto una puerta abierta en las últimas carreras y no está dispuesto a dejar de pelear por intentar convertirse en pentacampeón del mundo: «La oportunidad de ganar el Mundial está ahí. Tenemos que intentar todo lo que sea posible y seguir completando fines de semana como este», confesaba al término de la carrera. Un aviso a navegantes que debería preocupar a sus inmediatos rivales.

La falta de órdenes claras en McLaren ha provocado una guerra que está siendo aprovechada por el neerlandés. La escudería británica ha afirmado, por activa y por pasiva, que no tiene un primer y segundo piloto, por lo que saber quién sería capaz de levantar el título de campeón solo dependería de la pericia de sus dos deportistas, eso sí, siempre manteniendo unas reglas de juego limpias y que evitaran el peligro en pista. Pero los mundos utópicos no existen en Fórmula 1.

Hace cuatro Grandes Premios, Piastri era líder del Mundial con 309 puntos, seguido de Lando Norris con 275, y de Verstappen con 205. El australiano tenía más de cien puntos de ventaja con respecto al neerlandés, por lo que todo indicaba que el título sería entre los dos pilotos de McLaren. Pero nadie cayó en la cuenta de que el hecho de que no hubiera una orden dentro del equipo, podía desatar una lucha interina que beneficiara a Red Bull. Y eso es lo que está pasando.

En la carrera al esprint de EEUU, Piastri y Norris escenificaron lo que todo el mundo veía, menos McLaren. Primera curva, los dos monoplazas intentan ganar la posición y, en un golpe en cadena con Nico Hülkenberg y Fernando Alonso, los dos monoplazas papaya quedan fuera de carrera a las primeras de cambio. La escenificación de la peor pesadilla de los de Zak Brown, hecha realidad. Y, mientras tanto, Verstappen aprovechaba para dar otro zarpazo al Mundial.

Un final donde pasará de todo

Mucho ha llovido desde aquel Gran Premio de los Países Bajos. Cuatro pruebas más tarde, Verstappen se ha metido de lleno en la lucha por el título: victoria en Monza, victoria en Bakú, victoria en Texas —tanto en la carrera al esprint como en la prueba larga— y segundo puesto en Singapur para sumar 101 puntos y recortar la friolera de 64 a Piastri. Y ese piloto que estaba a más de 100 de distancia del líder, se ha colocado a 40 con cinco carreras —más dos esprints— aún por delante.

El problema de McLaren es evidente: sigue siendo el mejor coche, el más consistente y el más rápido en pista, pero también el que más miedo tiene a perdermientras sus dos pilotos juegan a demostrar quién es el macho alfa del equipo. Y, por detrás, Verstappen recorta puntos a ritmo de récord para mostrar su candidatura al Mundial, esa que hace cuatro carreras parecía una absoluta locura y que, ahora, se antoja como una completa realidad. ¿Podrá dar caza a Piastri?

El Mundial está en un puño y 40 puntos no parecen una distancia imposible de recuperar, sobre todo por las continuas dudas que muestra McLaren carrera tras carrera. En los últimos Grandes Premios, en los que Verstappen ha sumado 101 puntos, Norris ha logrado 57 y Piastri, 37. El temblor de piernas ha llegado a los coches papaya y el neerlandés empieza a oler el miedo de sus rivales. Es lo único que le faltaba para lanzarse a tumba abierta a por el título de 2025.

Hay Mundial de Fórmula 1. Estas cuatro palabras, que parecían una utopía hace solo unas semanas, se han convertido en una realidad gracias a dos axiomas que se cumplen sobre la pista: Max Verstappen es un animal competitivo y McLaren no hace más que pegarse tiros en el pie. Lo que parecía ser un campeonato cómodo para los coches papaya, ya es un drama de enormes dimensiones por culpa de una indefinición que aprovecha como nadie el neerlandés.