Esta misma madrugada comienza una nueva temporada de la NBA, sin discusión la mejor liga de baloncesto del mundo. Y, como en cada edición, son muchas las narrativas que se han ido cociendo a fuego lento durante el verano para enganchar al espectador los … próximos ocho meses. Todos estarán pendientes de si, por ejemplo, los impactantes Oklahoma City Thunder conseguirán replicar el campeonato conquistado el pasado junio y crear una dinastía. También son muchos los focos que, una vez más, apuntan a los Lakers.

Doncic, tras su turbulenta salida de los Mavericks, parece haber reconstruido su cuerpo, más fino que nunca el esloveno, para, junto con el incombustible LeBron James, devolver a los angelinos a lo más alto. La progresión de las nuevas estrellas como Anthony Edwards y Victor Wembanyama será otro de los focos de interés, así como el enésimo intento de Kevin Durant, esta vez con los Houston Rockets, de sumar otro anillo o el desembarco del prometedor Cooper Flagg de la mano de los ya mencionados Mavericks. Sin embargo, es la revolución de los veteranos una de las historias más llamativas en este inicio de campaña.

Los Angeles Clippers, considerados durante mucho tiempo como un equipo maldito, siempre a la sombra de los poderosos Lakers, han hecho una apuesta hasta ahora inédita en la liga para, de una vez por todas, intentar conquistar su primer campeonato: han reunido a la plantilla más vieja de la historia de la NBA, con una media de 33,2 años nada menos. A James Harden (35 años), Kawhi Leonard (34), Bogdan Bogdanovic (32), Kendrick Nunn (31) o Nicolas Batum (36), se les han unido durante el mercado de fichajes otros nombres ilustres, con más presente y pasado que futuro, como Chris Paul (40 años), Brook Lopez (37) o Bradley Beal (32). Del núcleo duro de la plantilla, solo Ivica Zubac, John Collins y Derrick Jones Júnior, todos de 28 años, bajan de la treintena.

Con esta fórmula, los californianos esperan que sea el empirismo el que les lleve hacia la gloria pues, en la NBA, abundan cada vez más los jugadores jóvenes que dan el salto con tan solo un año de experiencia en la liga universitaria (NCAA). Sin ir más lejos, el pasado curso, la edad media de toda la competición fue de 26 primaveras, siete menos que la que ostentan los novedosos Clippers. Pese a todo, hace tan solo unos meses, los Thunder se convirtieron en el segundo conjunto más joven de la historia (24,2) en conquistar el trofeo Larry O’Brien, lo que transforma el proyecto de los angelinos en una moneda al aire.

Hay un equipo que sirve como precedente para el experimento de los Clippers. En la temporada 2000-01, los Utah Jazz de John Stockton y Karl Malone conjuntaron un grupo que promediaba 32 años de media. Aunque en la fase regular les fue muy bien, con unas respetables 53 victorias, las fuerzas se les agotaron en el momento culmen y fueron eliminados a las primeras de cambio en los playoffs. Un hacer que sería una catástrofe para los de Los Ángeles, que ven esta oportunidad como la última para llegar por primera vez a las Finales (su mejor registro fue en 2021, cuando alcanzaron las de la Conferencia Oeste). Si el accidente es de categoría, estarían obligados a realizar una profunda reconstrucción de su franquicia.

Más allá de su planificación de plantilla, los Clippers son un escudo bajo sospecha durante los últimos meses. Una investigación del medio ‘The Athletic’ destapó que sus dirigentes, en 2021, habían creado una empresa falsa de plantación de árboles que, al poco de su inauguración, contrató a la estrella del equipo, Kawhi Leonard, al que se le pagó una cantidad cercana a los 28 millones de dólares para que este no abandonase el equipo y renovase su compromiso.

Esta contabilidad creativa tenía como objetivo convencer a Leonard a base de billetes, ya que el dinero que en teoría recibió sirvió para satisfacer sus altas pretensiones económicas y, por otra parte, esquivar el tope salarial de la NBA. Una polémica que ha dejado muy tocada a la competición, que desde hace un mes abrió una investigación interna. El problema es que la mente pensante de esta operación habría sido Steve Ballmer, antiguo jefazo de Microsoft y propietario más rico de toda la liga. Mientras se disipan las sombras, los Clippers buscarán hacer historia con la revolución de los veteranos.